La gente quiere un cambio

Bazar digital

Carlos Revilla M.

Conversando hace unos días con unos amigos contrarios a Liberación Nacional, me reclamaban que defendiera a Johnny Araya, si hace cuatro años había hecho lo mismo con Laura Chnichilla, y que por lo tanto no eran creíbles mis argumentos a favor de la campaña actual del PLN. Efectivamente hace cuatro años también defendí a Laura Chinchilla y al PLN.

Empiezo diciendo lo que creo fue para muchos una sorpresa desagradable (me incluyo), me refiero al gobierno de Laura Chinchilla. No voy a defender este gobierno, que tiene algunas cosas muy buenas, lo cierto es que la percepción de la mayoría de la gente es que este ha sido un gobierno malo (aunque no el más malo) de los últimos tiempos. Es como si le dijéramos a finales de 1981 a alguien de la coalición unidad «pero si Ud. dijo bellezas de Carazo en la campaña de 1978…» ¿Quién se iba a imaginar entonces semejante desastre? Bueno, igual sucede ahora.

Pero entonces, ¿significa todo esto que lo que pueda decir ahora a favor del PLN no es creíble? Sinceramente pienso que no. Me parece que en el aspecto argumentativo, con respecto al PLN, hay una gran diferencia entre la campaña del 2010 y esta del 2014. Hace cuatro años en el PLN no se hablaba de rectificar, ahora si, no se hablaba de volver a la socialdemocracia, ahora si, no se hablaba de cambio, ahora si y muy importante no se quería ver a la sociedad civil, ahora si.

Desgranemos un poco esto en algunos de los puntos. ¿Qué quiero decir con rectificar? Pues simplemente que se han cometido errores, algunos importantes (no voy a tratar este tema ahora, quizás en otra columna). La socialdemocracia también es un punto que se ha debilitado mucho, de ahí que se hable de volver a ella. Pongo el ejemplo del aumento de la desigualdad, el cual es un tema socialdemócrata, no la desigualdad en si, pero si que es inaudito que en gobiernos de liberación crezca en lugar de disminuir.

Los resultados de las elecciones del 2 de febrero pasado demostraron que el país quiere un cambio, lo que no queda tan claro es si lo quieren hacer con liberación o sin el. Claro, algunos pueden argumentar que con liberación no hay cambio posible; no soy tan ciego como para no ver que la gente quiere un cambio con liberación o sin el. Lo que si es cierto es que el PLN de esta campaña no es el mismo de antes, y esto no solo se nota en el discurso.

Parte de los problemas del PLN de esta campaña se relacionan con que internamente se alega que el partido no está unido, y esto es precisamente por querer romper con las viejas estructuras del arismo que lo tenían copado. Esto ya no es así, pero hacerlo ha tenido su costo. También esto es una demostración de la voluntad de cambio.

Los tiempos son otros, y tal vez este no sea el momento de liberación, pero si digo que este liberación de ahora tiene voluntad de enmienda y vocación para el cambio. Por ser lo que fuimos e hicimos los últimos períodos es que estamos en esta disyuntiva.

Lo que no hay que desaprovechar es el momento histórico de haber derrotado estrepitosamente a la derecha extrema (Movimiento Libertario), con todo lo que eso significa para las fuerzas progresistas de las que todavía hay en el PLN. Y en ese sentido es mucho lo que se puede lograr en la próxima Asamblea Legislativa, porque si por esos avatares del destino le toca al PLN ser oposición, tengan garantía de que será una oposición responsable ¿pueden garantizar lo mismo el Frente Amplio y el PAC?

Me parece que es tiempo de cambio y de nuevos derroteros, y no importa el próximo resultado electoral, tenemos una oportunidad histórica de transformar este país.