Cuentos para crecer: Duerme bien, pequeño oso

Duerme bien, pequeño oso

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Por la noche, el pequeño oso se ha quitado sus pantalones de manzanas y se ha puesto sus pantalones de estrellas.

Ha escuchado un largo cuento para dormirse.

Ha rezado su pequeña oración.

Ha acompañado tarareando la canción de cuna.

Y ha recibido sus cinco besitos.

Después, todavía necesitaba beber un trago de agua por la taza azul, porque, de pronto, todas las noches le entra mucha sed.

Además, todavía tenía que ponerse los calcetines rojos de dormir, que había olvidado.

Y quería que le calentaran con el aliento el aire bajo la manta, porque allí debajo estaba tan frío…

Y entonces, solamente entonces, se podía apagar la luz de su habitación.

Ahora, todo está en silencio. Pero el pequeño oso aún no está cansado.

Y cuando los pequeños osos no están cansados, se escabullen de su cama sin hacer ruido, se construyen una escalera para subir hasta la ventana y mirar hacia fuera…

…donde la luna, como redonda farola de la noche en el cielo, brilla con suave luz sobre la pradera, sobre la casa, sobre los árboles, sobre el río y sobre el mundo entero.

Fuera, se ha puesto fresco.

Los patos se dan un último baño en el río.

A veces, en el silencio, se oye croar a las ranas.

En el embarcadero, una camiseta ondea en el viento de la noche.

Fue la vela del barco, cuando, por la mañana, el pequeño oso se convirtió en pirata.

Y la caja de zapatos era el cofre del tesoro.

Al lado, vive la vieja señora Rosa. Ella ha estado todo el día trabajando en el jardín.

Ha cavado, podado, sembrado y regado. Y mientras lo hace, siempre les cuenta historias a las flores.

El pequeño oso visita con frecuencia a la señora Rosa. Escucha sus historias y, a veces, la ayuda a cavar en el jardín con su pala amarilla.

El pequeño oso puede ver desde su ventana que la vieja señora Rosa se ha dormido en su silla.

¡Estaba tan cansada!

El espantapájaros está en la pradera, al borde del bosque.

Lo hicieron los niños con madera y cosas viejas en el último otoño. Desde entonces, vienen con frecuencia y juegan en su pradera. Siempre le ponen flores frescas o hierbas en el sombrero.

El pequeño oso le ha regalado al espantapájaros su coche de madera con ruedas rojas.

Por la noche, los ciervos vienen a la pradera del espantapájaros.

Desde ayer, hay una carpa de circo en el pueblo de al lado. El pequeño oso estuvo un rato mirando a la gente del circo cuando acompañó a la compra. Vio caravanas de colores, un hombre sobre altos zancos, una gruesa vendedora de azúcar de algodón, un diminuto poney y un gran oso pardo.

Ahora, la sesión de noche ya ha terminado. Los espectadores se han ido a sus casas y los artistas se han metido en sus caravanas.

En el silencio de la noche, el payaso toca en su violín una nana para el pequeño elefante.

A veces, ya de noche, pasa una barcaza río abajo.

Quizá vaya hasta el próximo puerto. Incluso, quizá, hasta el inmenso mar.

El pequeño oso ve las luces y oye el suave traqueteo de los motores.

Sobre la pradera, flota un globo con una carta. Ha hecho un largo, largo viaje y pronto aterrizará.

¿Qué pondrá en la carta?

Quizá la encuentre el pequeño oso. Quizá mañana temprano, después de haber dormido bien.

El pequeño oso se alegra ya por mañana.

Porque de nuevo será un pirata y viajará por el tempestuoso mar con su capitán de piratas.

Descubrirán lejanas tierras y hallarán un misterioso cofre del tesoro.

Quizá el pequeño asno visite mañana al pequeño oso. Juntos irán a casa de la vieja señora Rosa y la ayudarán en el trabajo.

Y después harán una excursión en el carromato a la pradera del espantapájaros.

Hace calor al sol y, a veces, el carromato rueda rápido, muy rápido.

Quizá descubran algo por el camino…

¿ Y si mañana no sale el sol? ¿Y si incluso quizá llueve?

Entonces, el pequeño oso se irá corriendo al granero y subirá hasta el desván. Es su cueva de oso. Allí ha reunido muchas cosas. También una flauta de barro, con la que puede tocar canciones.

¡Qué agradable es estar sentado donde no te mojas! Sobre todo cuando, además, hay algo bueno para comer.

Fuera, la lluvia susurra y huele a fresco.

Sí, el pequeño oso se alegra por mañana.

Pero todavía es de noche. El pequeño oso cierra los ojos y entonces escucha una música que suena suavemente en algún sitio.

El pequeño oso se imagina que son los musicantes de la luna, que caminan en la noche y tocan sus canciones. Para la luna, para los niños y para los pequeños osos.

La luna se queda toda la noche en el cielo, brilla sobre la pradera, sobre la casa, sobre los árboles, sobre el río y sobre el mundo entero.

Y también brilla dentro, a través de la ventana.

A veces, el pequeño oso le da un beso de buenas noches a la luna…

…y entonces se queda dormido.

Quint Buchholz
Duerme bien, pequeño oso
Santa Marta de Tormes, López Ediciones, 1998

El Proyecto CUENTOS PARA CRECER consiste en la publicación de relatos destinados en especial a niños y adolescentes, así como a todos los que encuentran placer en la lectura.

Debido al tipo de historias ofrecidas, este proyecto permite reflexionar sobre una serie de valores considerados esenciales para el desarrollo del carácter, como la tolerancia, la solidaridad, el espíritu de diálogo y la honradez, proporcionando además un valioso instrumento de aprendizaje.

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