Patrulla de Bares Retro: Barcelona 4.0

Patrulla de Bares Especial para Cambio Político

Misión: Restaurante y Marisquería La Barcelona
Dónde: Pavas, La Geroma (ver mapa)

Esta Patrulla siempre se queja de la falta de buenos bares en la zona de Pavas. Es una tristeza, con el montón de gente que vive por allá, aunque eso sí, bares pipis no faltan, en cuenta uno que usurpa el sagrado nombre de la cerveza, al cual deberíamos ir, aunque sea por puro masoquismo, nada más por las ganas de aumentar nuestra lista de abominables, que albricias, hoy informamos que se ha reducido (ver abajo).

La Barcelona

También esta Patrulla lamentaba el cierre de La Barcelona, un local de gloriosa historia, y que en un última encarnación estuvo sin mucho éxito en Sabana Sur. Pero, para saldar su deuda con la humanidad, un representante de la tercera generación de la familia fundadora, decidió hacer el cuarto intento, que se ubica al final del boulevard de Rohrmoser, en lo que llaman el triángulo.

Nada más para los registros, la primera Barcelona estuvo por muchas décadas en la esquina de la avenida central con la calle 12, cuando aquello era todavía un digno vecindario; luego estuvieron al final del aeropuerto de Pavas en donde literalmente los pilotos tapis podían literalmente parquear su avioneta a la par; y la tercera, como ya se dijo anteriormente.

 
Eso sí, la actual Barcelona está todavía en proceso, ocupa un casa de dos plantas y sólo la parte de abajo está habilitada, salvo el baño de hombres que utiliza lo que alguna vez fue el baño principal, todavía con su ducha (que no la quiten, sirve para revivir a algún intoxicado). En decoración evidencia la total ausencia de un diseñador, como deber ser en un bar que se precie, y ahora que está de moda la famosa ley de los minusválidos, la entrada tiene una rampa, en la que de fijo más de uno se ha malmatado.

El menú ya no busca estar especializado en mariscos, sino que tiene de todo un poco, hay un buena sección de gallos de donde se probó un exquisito gallo de morcilla; un gallo de chorizo, con un chorizo tostadito que estaba para morirse; y también un gallo de pollo, con el pollito desmenuzado y hecho como hervido; la sopa de mariscos era más propiamente una crema, le podían haber echado más bichitos; el chifrijo, haciéndole el honor a la que se perfila como la boca nacional; frijoles blancos, con su buen pellejo de chancho; tacos de queso, traen de una vez un platito con tres; dados de queso, traen de una vez un platito con cuatro; raviol, nada del otro mundo; lomo jalapeño, otro que tampoco estaba muy allá por la salsa; frijoles molidos, buenos pero sin que aspiren a volverse famosos; las alitas de pollo sí estuvieron muy bien, picantitas y sin necesidad de ponerles nombre en otro idioma; la especial del menú era el lomo presidente, que por dicha nada que ver con nuestros anteriores presidentes (o sea, no le faltaba nada), con un arrocito blanco muy bien hecho y con una salsa buenísima y ese día tenían como especial la lengua en salsa, que estaba bien jalada.

Lo mejor del lugar es la atención, un par de saloneros que son un vacilón y que tienen de laborar más de tres décadas en las distintas Barcelonas, o sea, ya están incluidos dentro del inventario. Y aunque para ser sinceros, el lugar no entra en el top 10, sí representa un oasis para la zona en que está ubicado, ya no nos morimos de hambre en Pavas.

Y para terminar: hoy celebramos con sumo gozo el cierre de otro lugar de la lista de abominables, el infame Yugo de Oro de Cinco Esquinas, alguna vez uno de los mejores bares del universo y últimamente un remedo de sus glorias pasadas, cierra así su triste y vergonzosa existencia.

La Barcelona La Barcelona La Barcelona

AL FIN LLEGARON

NdE: Historia de las anteriores ubicaciones de La Barcelona

En la constelación de estrellas tabernísticas josefina, destacan algunos lugares de rancia tradición, que han vencido el paso de los años, el cambio de generaciones y otro sinfín de adversidades como lo pueden ser la demolición de locales, pérdida de patentes, incendios y hasta conversiones religiosas de sus dueños.

La mayoría simplemente fenecen ante un infortunio de esta índole, pero unos poquísimos renacen con nuevos bríos en algún otro lugar. Tal es el caso de La Barcelona, una de las esquinas de mejores remembranzas en San José. Ubicada anteriormente en la esquina de la avenida central con la calle doce, atraía a los empleados del antiguo Instituto Nacional de Seguros y del Hospital San Juan de Dios. Tan importante llegó a ser en sus tiempos de oro, que hasta una producción editorial incipiente tuvo, y por ejemplo, podríamos citar un fragmento del libro Moralejas, escrito por el insigne poeta nacional Gabriel Ramos Valverde, que se expendía en esa antigua Barcelona:

Graffiti en un baño de restaurante caro

Me siento en el retreta
con pena de reflexionar
lo que me costó el filete
y en lo que vino a parar

Pero la zonarojización de San José los hizo buscar mejores aires. Primero, y por ello el símil se hace literal, obtuvieron la concesión del bar en el aeropuerto Tobías Bolaños, en donde los pilotos cumplidamente se echaban sus tapis antes de volar (tienen la gran ventaja de que en el aire no los puede parar un tráfico), y más recientemente, para la tranquilidad de los que moramos en el suelo, se trasladó a Sabana Sur, cien metros al sur de la Contraloría, en donde esperamos sirva de aliciente para que nuestros contralores sean más abiertos de mente.

Siempre sigue en manos de la familia Del Vecchio y siempre sigue con énfasis en menú de mariscos. Pero no os confundáis, hay un menú de restaurante y otro de bocas, a este último le dedicaremos nuestra energía.

Las patrulleras queseras se regocijaron pidiendo dados y dedos de queso. Ambas presentaciones son bien distintas y le hacen honor a sus nombres, y estuvieron muy bien hechas. Dentro de la gama marisquera, que por cierto no estuvo muy demandada entre los patrulleros, sólo se probó un ceviche, bueno pero sin mover en demasía las hormonas. Lo que sí está muy bueno, rebueno y requetebueno es la variedad de gallos: el de morcilla es de antología y el de pollo fue el más celebrado de la velada. En carnes estuvieron muy bien el lomo suizo y el lomo jalapeño, obviamente este último sin llegar a la gloria del de La Fuente. Ante tal despliegue de virtuosismo culinario, se procedió a pedir más bocas, los aros de cebolla resultaron buenísimos, pero los frijolitos molidos no salieron nada del otro mundo, también pasaron sin especial mención el arroz con pollo, los canelones o ravioltico y los frijoles blancos. El taco de carne fue el único que obtuvo nota de reprobado. Y hasta había una «boca misteriosa», que no se las cuento para que tengan que ir.

Como podrá apreciar el hambriento lector, la velada estuvo inspirada y los patrulleros se emplearon a fondo en su oficio. Y aunque para ser sinceros el lugar no resultó tan deslumbrante para entrar a nuestro Top Ten, bien se merece otras visitas.

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PATRULLA DE BARES

SEMPER COMPOTATIUM

Al rescate de la más noble de las tradiciones culinarias costarricenses: la boca
Enemigo mortal del karaoke y los bares de pipicillos

LLOREMOS POR SIEMPRE POR LA EXTINTA SAINT FRANCIS
¡LA BIRRA EN VASO SIN HIELO! ¡NI A PICO DE BOTELLA!

Combatiente declarado contra los sports bar
Los aborrecibles Pancho’s, Millenium, Yugo de Oro Cinco Esquinas y el Valle de las Tejas dichosamente de Dios gozan

VALETE ET INEBRIAMINI

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