Anecdotario Nacional

Anecdotario Nacional

EN el Hospital San Juan de Dios se encontraba gravemente enfermo un amigo del Licenciado don Luis Castro Ureña. Durante la administración de don Cleto González Víquez, don Luis desempeñó, con toda brillantez, el delicado cargo de Ministro de Gobernación y Policía, pues su labor social fué bastante meritoria.

Estando don Luis en su Oficina, llegó a verlo su hermano don Roberto.

El Licenciado Castro Ureña le expresó el propósito de ir al Hos­pital a ver a su amigo enfermo, pero que lo desanimaba mucho el pensar en las dificultades de entrar, por las órdenes emanadas de la Superintendencia de dicho establecimiento.

Don Roberto, le repuso:

—»Mira, Luis. Yo soy «HERMANO» y puedes pasar con­migo. Aquí está la tarjeta».

Y el abogado de las buenas causas, el gran amigo de aquella gran dama que se llamó Amparo de Zeledón, le contestó:

—»Gracias, Roberto. Voy a ir solo; si acaso tengo alguna dificultad con los porteros, les diré que soy hermano…

—»¿Hermano?».

—»Si, hombre. PUES TUYO».

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