EN su finca “Pan de Azúcar”, el Licenciado don Ricardo Jiménez Oreamuno tenía trabajando como peón a don Ricardo Badilla que aún vive y que fué testigo presencial de la siguiente anécdota:
Un día se presentó a “Pan de Azúcar” un amigo de don Ricardo, agricultor afincado en la provincia de Puntarenas y vecino a él. Estaba interesado en adquirir una de las vacas de raza fina que el ilustre político tenía en su finca.
Le propuso comprársela, y al preguntarle por el precio, el Licenciado Jiménez le dijo:
—”Yo no acostumbro ponerle precio a mis vacas. Póngaselo usted si quiere”.
Y el amigo agricultor, le replicó: —”Le ofrezco ochenta colones”…
Don Ricardo se quedó un largo rato viendo a su amigo de pies a cabeza, y después le dijo:
“Le regalo la vaca, porque prefiero que vaya usted diciendo por la calle que soy UN VIEJO BUENO Y NO QUE SOY UN VIEJO TONTO”.
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Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora. Dibujante: Noé Solano V.
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