Una “guerra civil” en el movimiento MAGA
Especial para Cambio Político

El apoyo incondicional de Estados Unidos a Israel durante el conflicto en Gaza ha provocado algo inédito dentro de las filas conservadoras del país: un cisma profundo en el movimiento MAGA, que algunos analistas ya describen como una “guerra civil interna”.
Lo que durante años fue una coalición relativamente cohesionada bajo el lema Make America Great Again —con su líder, Donald Trump, de vuelta en la Casa Blanca y dominando la agenda republicana— ahora se enfrenta a tensiones abiertas. La causa: la persistente y amplia alianza estadounidense con Israel, especialmente en medio de la violencia en Gaza, que ha reconfigurado prioridades y lealtades dentro de la derecha política.
Un antes y un después en la política interna
El detonante explícito del conflicto —más aún que la propia política exterior— fue la muerte, en septiembre, de uno de los referentes del movimiento, Charlie Kirk. La controversia suscitada desde ese episodio ha abierto un debate duro sobre si el apoyo incondicional de Washington a Israel debe seguir siendo un pilar de la política exterior estadounidense.
El País
En eventos como AmericaFest, la gran reunión anual de voces conservadoras en Phoenix, Arizona —un hito para la base MAGA— las discusiones se han tornado tan ásperas que han terminado en insultos y rupturas entre figuras prominentes.
El País
De aliados a rivales: el frente interno se fractura
El movimiento MAGA, lejos de su imagen monolítica, muestra ahora grupúsculos enfrentados:
Por un lado, quienes respaldan la alianza con Israel como parte del compromiso tradicional estadounidense con su principal aliado en Oriente Medio, por otro, sectores más nacionalistas y aislacionistas que cuestionan la intervención militar y el gasto asociado a conflictos extranjeros.
El enfrentamiento ha puesto a figuras antes aliadas en posiciones confrontadas. Intentos de moderar el discurso han generado reacciones adversas y acusaciones cruzadas sobre quienes “traicionan” los valores originales del movimiento.
International Business Times UK
Discurso, antisemitismo y límites de la libertad de expresión
La polémica ha avivado además debates sobre los límites de la libertad de expresión y el antisemitismo dentro de la derecha estadounidense. Una entrevista en televisión entre el presentador Tucker Carlson y figuras controvertidas generó fuertes críticas de líderes más moderados, quienes vieron en ella un blanqueo de discursos extremistas.
La disputa tocó nervios sensibles cuando algunos líderes denunciaron incluso la posibilidad de que voces radicales hayan influido o celebrado la muerte de Kirk, abriendo un frente de acusaciones que trasciende las diferencias políticas y entra en lo ético y humanitario.
Una coalición resquebrajada
Lo que era antes una amplia alianza bajo el paraguas America First ahora se enfrenta a un desafío interno sin precedentes: definir qué significa hoy ser conservador en Estados Unidos. ¿Implica apoyar incondicionalmente a Israel? ¿O significa priorizar el aislamiento y los intereses nacionales por encima de alianzas tradicionales? Ese debate, que parecía distante hace apenas unos meses, hoy divide ideológicamente al movimiento MAGA.
Anadolu Ajansı
Algunos analistas afirman que esta fractura no es pasajera, sino que podría reconfigurar el Partido Republicano de cara a las elecciones de 2028, con nuevas figuras emergentes y viejos líderes en disputa por definir el rumbo del conservadurismo.
The Washington Post
Un espejo de tensiones globales
La división interna de MAGA no solo refleja tensiones políticas domésticas, sino cómo las decisiones de política exterior —especialmente el apoyo a Israel— tienen repercusiones profundas en la política interna de Estados Unidos. Este fenómeno pone de manifiesto que, incluso dentro de una coalición que alguna vez pareció monolítica, los desacuerdos sobre prioridades pueden desencadenar rupturas profundas.
Contrastes y voces expertas: ¿por qué se fractura MAGA?
Una cosa ha quedado clara para analistas y comentaristas: el cisma dentro del movimiento Make America Great Again no es solo una disputa táctica, sino una batalla estratégica por la identidad del conservadurismo estadounidense. El eje de la fractura es la política exterior, y en particular la relación con Israel y el papel de Estados Unidos en Medio Oriente.
Anadolu Ajansı
1. America First vs. apoyo incondicional a Israel
Tradicionalmente la derecha republicana mezclaba retórica America First con un sólido respaldo a Israel. Pero hoy esa alianza está siendo puesta en cuestión desde dentro del propio MAGA. Figuras como Tucker Carlson, Steve Bannon y Marjorie Taylor Greene han criticado el apoyo automático a aliados en guerras lejanas, argumentando que contradice los principios de soberanía nacional y oposición a intervenciones extranjeras.
Por ejemplo, Carlson llegó a decir que Estados Unidos debería “dejar a Israel pelear sus propias guerras”, en línea con una corriente isolacionista dentro de la base MAGA.
Anadolu Ajansı
Este grupo desafía la idea de que el compromiso con Israel sea compatible con America First, planteando que poner a otro país por encima de los intereses estadounidenses erosionaría la confianza en el movimiento.
2. Polarización generacional y moral
Encuestas recientes sugieren que los jóvenes dentro del movimiento conservador tienen una visión distinta de los hechos en Gaza y de la política exterior de Washington. La cobertura sin filtros de las hostilidades, con imágenes y testimonios difundidos en redes sociales, ha empujado a segmentos más jóvenes hacia una postura crítica o escéptica sobre el apoyo militar a Israel, algo que también se observa entre amplios sectores de otros partidos políticos.
Peoples Dispatch
Esto ha generado una brecha entre generaciones dentro del propio MAGA: los más veteranos tienden a defender la alianza tradicional, mientras que los más jóvenes cuestionan que una potencia global deba respaldar incondicionalmente acciones militares en regiones lejanas.
3. El rol de figuras mediáticas y la transversalidad del debate
El cisma no se limita a legisladores y estrategas políticos. Personalidades mediáticas y comentaristas han alimentado la división. La famosa entrevista de Carlson con el controvertido podcaster Nick Fuentes —y la defensa pública de Carlson por parte de otros líderes— puso en el centro no solo la política hacia Israel, sino los límites de la libertad de expresión y la tolerancia dentro del movimiento.
Al mismo tiempo, otros líderes conservadores como Ben Shapiro han criticado duramente lo que consideran un blanqueo de discursos extremistas, lo que agrava el choque de prioridades entre los diferentes sectores dentro de MAGA.
Aurora Israel Noticias en Español
4. Expertos: ¿fractura profunda o debate natural?
Algunos observadores ven en este cisma una fractura profunda, casi definitoria, del futuro del republicanismo estadounidense: una lucha por el alma del movimiento entre quienes quieren un retorno a políticas de no intervención y quienes defienden una alianza histórica con Israel como piedra angular de la política exterior.
Otros analistas, sin embargo, sugieren que estas tensiones pueden ser parte de la evolución normal de cualquier gran coalición política. Todo movimiento que se expande y envejece enfrenta debates internos cuando las prioridades cambian y nuevas generaciones cuestionan las viejas.
Claves de lectura
- El conflicto no es solo ideológico, sino también generacional y cultural dentro del conservadurismo.
Consejo Global de Chicago - La exposición visual de la guerra en Gaza ha jugado un rol importante en la reevaluación de políticas exteriores.
Peoples Dispatch - El movimiento está dividendo entre intervencionistas, aislacionistas y pragmáticos, cada uno con visiones muy distintas sobre qué significa America First.
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