Tiempos sombríos

Manuel Rojas Bolaños

Este es un fin de año sombrío. No me refiero por supuesto al clima, cuyos cielos encapotados, acompañados de lluvias y de frío son propios de esta época del año. Hablo más bien de un estado de ánimo que flota por encima de las luces, el consumismo y la alegría por decreto que vivimos año con año.

Aparte de las situaciones personales, que cada uno vive como puede, lo cierto es que hay razones objetivas para no sentirse optimista en cuanto al futuro que nos espera, tanto en el plano nacional como en el internacional. Hay un enorme signo de interrogación sobre los resultados de las elecciones presidenciales que se avecinan, tanto si gana la candidata de Pueblo Soberano, como si gana alguno o alguna de sus contendientes.

Un fuerte sector ciudadano teme, con razón, al continuismo chavista, fortalecido además por una posible mayoría legislativa, que transformaría al país radicalmente, y no con fin de empujar el desarrollo social y económico de las mayorías. No importa lo que se diga o lo que quieran creer quienes apoyan a Chaves y su candidata, lo cierto es que la crítica a quienes han llevado “corona” y al esquema institucional vigente, no tiene la intencionalidad de favorecer la mayoría ciudadana —aunque se invoque constantemente al pueblo— sino fortalecer a otro grupo privilegiado que quiere desarrollar hasta sus ultimas consecuencias el modelo neoliberal vigente en el país, disminuyendo a la vez el peso de los incómodos controles democráticos. Es el camino que han empezado a seguir algunos países europeos y latinoamericanos: democracia “iliberal” le llaman algunos.

Pero la posibilidad de triunfo de otra candidatura también genera incertidumbre y temor, por que no se trata ciertamente de volver al pasado, a una sociedad que algunos idealizan, pero fue la partera del actual régimen. Eso no se puede olvidar. ¿Qué hacer entonces para asegurar el crecimiento económico acompañado del bienestar social, en un contexto marcado por una creciente desigualdad social? Quienes podrían triunfar no han dicho mayor cosa al respecto; hasta ahora han rehuido referirse extendidamente al tema, salvo los intentos del candidato del Frente Amplio. Los demás no parecen tener —o no quieren darla a conocer— una propuesta de país. Más allá de las críticas a Chaves y su gobierno, es poco lo que dicen sobre lo que harían —y cómo— si llegaran a ganar las elecciones.

Y no han dicho, además, cómo lo harían dentro de una situación internacional donde el conflicto y su resolución por las armas predomina en muchas regiones del mundo, aunque los titulares se los lleven Ucrania y Gaza. Una situación determinada por la presencia apabullante de Trump y sus ideas sobre un nuevo período de “pax americana”, con la repartición del mundo en tres grandes zonas regentadas por los Estados Unidos, Rusia y China. Un mundo donde los conflictos se resolverán a medias, según convenga a los intereses de los tres grandes, sin importar los intereses de las poblaciones afectadas. Un mundo donde difícilmente países pequeños como Costa Rica —gane quien gane en febrero— podrían definir políticas públicas independientemente y alcanzar objetivos de bienestar social para las mayorías ciudadanas. Un mundo, además, seriamente marcado y dañado por la presencia extendida del narcotráfico.

Por eso el panorama es sombrío.

En una reciente entrevista en El País, el joven actor catalán Biel Rossell ha dicho: “Fui niño en una crisis económica y adolescente en una pandemia. Crecí con la certeza de que no hay futuro”. ¿Cuántos chicos y chicas de este país estarán pensando lo mismo?

Diciembre de 2025