Imagen de Ana Frank con pañuelo palestino

Causa ola de críticas en Alemania

Por Monika Wendel (dpa)

dpa
El Museo Fluxus de la ciudad alemana de Potsdam muestra un cuadro de Ana Frank, víctima del Holocausto, con una kufiya, también conocida como «pañuelo palestino». La exposición, crítica con Israel, ha desencadenado un debate. Foto: Michael Bahlo/dpa

Potsdam (Alemania), 17 dic (dpa) – La imagen de Ana Frank envuelta en un pañuelo palestino en el Museo Fluxus+ de Potsdam generó intensas críticas en Alemania.

¿Profanación de la memoria, sospecha de antisemitismo o libertad artística? Mientras organizaciones judías reaccionan con indignación, la fiscalía ya se ocupa de una denuncia penal. Sin embargo, el museo no quiere retirar el retrato.

La disputa en torno a la exposición «COMUNE – La paradoja de la similitud en el conflicto de Cercano Oriente», del artista italiano Costantino Ciervo, se extiende desde hace semanas entre el museo privado y la comunidad judía de la ciudad de Potsdam.

La embajada de Israel en Alemania calificó esta imagen de la joven judía como una «deslegitimación de Israel y relativización del Holocausto».

Ana Frank vivió en un escondite en Ámsterdam durante la Segunda Guerra Mundial y escribió allí su célebre diario. Tras ser descubierta dos años después, murió en 1945 en el campo de concentración nazi de Bergen-Belsen.

Museo: el retrato es «símbolo de condena a la violencia»

En la exposición de Potsdam, Ana Frank aparece con el pañuelo palestino kufiya sobre los hombros, escribiendo en una tableta. Ciervo, quien vive en Berlín y es conocido por sus obras controvertidas, escribió que así quiere abordar la cuestión del genocidio.

Con su proyecto también busca «estimular una reflexión crítica sobre los conflictos y los puntos en común que conectan a culturas aparentemente muy alejadas entre sí».

Como reacción a la polémica, a fines de noviembre el museo colocó junto a la imagen de Ana Frank una declaración en la que, entre otras cosas, se afirma: «Su memoria como víctima del Holocausto no solo representa el recuerdo de la Shoá, sino que es un símbolo universal de condena a la violencia».

El museo no quiere descolgar el retrato

En la plataforma X, en cambio, la embajada de Israel criticó: «Esto es lamentablemente un ejemplo paradigmático de tendencias en la escena cultural: bajo el manto de la libertad artística se normalizan la tergiversación de la historia, el antisemitismo y, en última instancia, también el terrorismo».

«La alternativa más sencilla sería retirar este cuadro. Hiere los sentimientos de la comunidad judía», dijo el comisionado contra el antisemitismo del estado federado de Brandeburgo, Andreas Büttner, quien se involucró hace semanas.

El museo sigue rechazando esta posibilidad. «Una intervención en el contenido de la exposición y retirar obras no entra en consideración», afirmó el director ejecutivo del museo Fluxus+, Tamás Blénessy, quien al mismo tiempo rechazó las acusaciones de antisemitismo.

Se busca una solución posible

Como propuesta de solución, ahora se plantea que la comunidad judía elabore a su vez un texto con sus críticas, que se exhiba para su lectura junto al retrato de Ana Frank. «Lo hemos aceptado», dijo a dpa el director del museo, Blénessy.

Previamente también se había considerado la posibilidad de colgar una cortina delante de la imagen con una «advertencia de contenido sensible».

En la exposición, que se extiende hasta el 1 de febrero, varios retratos de figuras palestinas delante de mapas son transformados mediante inteligencia artificial en «dobles» visuales. Las mismas personas aparecen representadas, entre otras cosas, con la estrella de David.

Museo: denuncia penal es intento de intimidación

La Central de Bienestar de los Judíos en Alemania criticó que una libertad artística ejercida a costa de grupos vulnerables no fomenta la cohesión social ni contribuye a la paz, según publicó el martes el diario «Potsdamer Neuesten Nachrichten».

«Más bien aviva las brasas en una atmósfera en la que las judías y los judíos están expuestos, desde el 7 de octubre de 2023, a una escalada de violencia de una magnitud sin precedentes», recalcó.

La fiscalía de Potsdam no quiso pronunciarse por el momento ante una consulta sobre la denuncia penal presentada ni sobre el contenido de la acusación.

El museo calificó el paso jurídico como un intento de «intimidarnos a nosotros y al artista». Aunque, al mismo tiempo, existe disposición a un «diálogo en pie de igualdad», aseguró Blénessy, mientras que la alcaldesa de la ciudad, Noosha Aubel, se propone intervenir como mediadora.

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