Septiembre 8, 2025
Por Thalif Deen
NACIONES UNIDAS – Cuando se celebre la reunión de alto nivel de más de 150 líderes mundiales en las Naciones Unidas, del 22 al 30 de septiembre, uno de los momentos políticos más destacados será el anuncio por parte de al menos 10 países occidentales del reconocimiento de Palestina como Estado soberano.
Los 10 países —algunos de los cuales ya hicieron su reconocimiento antes de la reunión de la ONU— son el Reino Unido, Francia, Canadá, Australia, Portugal, Malta, Bélgica, España, Irlanda y Noruega, lo que demuestra que el apoyo tradicional a Israel está disminuyendo gradualmente en el mundo occidental.
Según la cadena de televisión CNN, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel ha «rechazado» las recientes peticiones de reconocimiento de los países europeos, calificándolas de «recompensa a Hamás» que socavan los esfuerzos por alcanzar un alto el fuego, mientras que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha criticado duramente las peticiones de reconocimiento.
Aun así, Estados Unidos, incondicional defensor de Israel, ejercerá su veto en el Consejo de Seguridad contra cualquier intento de reconocimiento de un Estado palestino como «miembro de pleno derecho de las Naciones Unidas».
Hasta ahora, el Estado de Palestina ha sido reconocido como nación soberana por 147 de los 193 Estados miembros, es decir, algo más de 76 % de todos los miembros de la ONU. Es ya «Estado observador no miembro» de la Asamblea General de la ONU desde noviembre de 2012.
Mientras tanto, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, afirmó al diario The New York Times: «Les dijimos a todos estos países (europeos) que si hacían esto del reconocimiento, todo sería falso, ni siquiera real. Si lo hacen, van a crear problemas. Habrá una respuesta».
La administración Trump, quizá como contramedida, ha revocado los visados estadounidenses a todos los delegados palestinos que iban a intervenir en la 80 Asamblea General (AG), la máxima instancia de la ONU y que comienza formalmente este martes 9 de septiembre.
Como resultado, se planteó la posibilidad de trasladar al menos una sesión de la AG a Ginebra, como se hizo cuando al líder de la Organización de Liberación Palestina (OLP), Yasser Arafat, se le denegó el visado estadounidense en 1974, o que los delegados palestinos participaran a distancia.
Cuando se le pidió información actualizada, el portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, dijo a los periodistas la primera semana de septiembre: «Estamos en contacto con el Departamento de Estado para tratar de obtener alguna aclaración y, obviamente (y) esperamos, una revocación de la decisión basada en sus obligaciones en virtud del Acuerdo (entre Estados Unidos y la sede de la ONU».
Dadas las restricciones de visado de Estados Unidos, ¿existe la posibilidad de que la semana de alto nivel de la Asamblea General se celebre en algún lugar fuera de Estados Unidos? preguntó uno de los periodistas.
«No», respondió Dujarric. «No he visto ningún movimiento creíble en ese sentido». Luego añadió: «Quiero decir que los Estados miembros pueden decidir celebrar una reunión donde decidan celebrarla. Esa sería una decisión de la Asamblea General. Pero, francamente, no he visto ningún impulso serio en ese sentido».
Alon ben Meir, profesor jubilado de relaciones internacionales, en la última ocasión en el Centro de Asuntos Globales de la Universidad de Nueva York (NYU), dijo a IPS que no se puede subestimar el importante papel de los países europeos en el apoyo a la independencia palestina.
Su apoyo, dijo, debe trascender el simbolismo y centrarse en lo esencial de lo que se necesita para promover la causa palestina. Las medidas que deben adoptarse incluyen:
– Proporcionar apoyo económico directo a las instituciones y la infraestructura palestinas, garantizando al mismo tiempo la rendición de cuentas.
– Establecer acuerdos comerciales bilaterales con los palestinos para impulsar su economía, independientemente de Israel.
– Impulsar la mejora del estatus de observador y la participación de Palestina en los organismos internacionales, al tiempo que se proporcionan foros jurídicos para lograr la aceptación y los derechos internacionales.
– Elevar el nivel diplomático de las oficinas de representación del consulado palestino en sus capitales.
– Financiar una campaña de diplomacia pública en sus respectivas capitales para conseguir apoyo para la creación de un Estado palestino.
Ofrecer formación y apoyo a las fuerzas de seguridad interna palestinas en coordinación con Israel para mantener el orden y la estabilidad, dijo Ben Meir, que ha impartido cursos sobre negociación internacional y estudios sobre Medio Oriente.
James Jennings, presidente de Conscience International y defensor desde hace mucho tiempo de los derechos humanos de los palestinos, dijo a IPS que el grupo de países europeos que pretenden reconocer a Palestina y exigir la creación de un Estado palestino en Nueva York durante este mes, lamentablemente, no cambiarán la situación sobre el terreno.
A su juicio, llegan con décadas de retraso y no están en condiciones de empoderar a los palestinos para que establezcan su Estado.
«La sinceridad del plan también puede ponerse en duda. La medida puede estar sincronizada para distraer la atención de la votación de la Asamblea General de la ONU y del fracaso casi seguro de obtener el reconocimiento del Consejo de Seguridad. Al fin y al cabo, algunos de estos mismos países han estado armando a Israel con las bombas que, en los últimos dos años, han matado regularmente a mujeres y niños palestinos desarmados en Gaza», analizó.
Palestina aún no es una nación, a pesar de su amplio reconocimiento diplomático. Primero debe alcanzar una soberanía genuina. La historia demuestra que la verdadera independencia hay que conquistarla, no se concede, afirmó.
«La ribera occidental del río Jordán y la Franja de Gaza son territorios ocupados. En este momento, Palestina es solo una idea, un grupo de personas con una bandera y un aparato político y administrativo limitado. La fuerte identidad grupal de los palestinos es su principal activo, lo que significa que, pase lo que pase, el pueblo de Palestina está en su tierra para quedarse», afirmó Jennings, que también es director ejecutivo de la organización Académicos de Estados Unidos por la Paz.
La nación palestina cuenta con el apoyo de un número cada vez mayor de personas en Estados Unidos y Europa Occidental, pero la cuestión es cómo poner en práctica la idea.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
La solución de dos Estados se ha debatido durante mucho tiempo, pero ahora los observadores cercanos a la política internacional la consideran muerta.
Los hechos sobre el terreno, con casi seis décadas de ocupación militar opresiva y el elevado número de colonos israelíes que viven ahora dentro de la llamada Línea Verde de 1967, hacen que sea extremadamente difícil, si no imposible, establecer un Estado palestino, consideró Jennings.
El reconocimiento mundial de Palestina está creciendo. La posición conjunta de las naciones europeas puede ayudar a centrar la atención en el problema de la apatridia palestina, pero no sustituye a la lucha activa contra el dominio de Israel sobre Cisjordania y Gaza. Su mayor valor puede ser centrar la atención en la falta de voluntad colectiva de la comunidad internacional para imponer una solución.
«Hasta ahora, Israel se ha negado incluso a definir sus propias fronteras. El Knesset (parlamento), bajo el Likud (el partido extremista del primer ministro Benjamin Betanyahu), está dispuesto a apoderarse y nacionalizar todo el territorio palestino, lo que significa que no puede haber dos Estados, sino solo uno: Israel», dijo Jennings
Recordó que «el embajador de Estados Unidos en Israel, Mike Huckabee, respalda esta postura y proclama que Dios entregó Palestina a los judíos».
Por lo tanto, es poco probable que la presión externa sobre Israel por parte de este grupo de países funcione sin el liderazgo del principal valedor de Israel, Estados Unidos, concluyó Jennings.
Ampliando esa posición, Ben Mier dijo que, aunque ese reconocimiento es significativo, sigue siendo simbólico a menos que todos los actores implicados adopten muchas medidas críticas para mitigar las cuatro razones siguientes que explican los fracasos en el avance de la perspectiva de establecer ese Estado.
En primer lugar, Israel ha hecho todo lo que estaba en su mano, especialmente ahora con el apoyo de la administración Trump, para impedir que eso ocurra.
En segundo lugar, la Autoridad Palestina ha hecho poco por establecer un gobierno representativo legítimo y un aparato político que responda a las necesidades de la población, a pesar de que 147 países ya la han reconocido.
En tercer lugar, los Estados árabes, aunque han mostrado públicamente su apoyo, han proporcionado cierta ayuda financiera, pero no han realizado ningún esfuerzo concertado a lo largo de los años para hacer realidad la idea.
Y, en cuarto lugar, los países que han reconocido la condición de Estado palestino no han tomado medidas significativas para garantizar su implementación.
«Para allanar de forma realista el camino hacia la condición de Estado palestino, los actores implicados tendrán que tomar medidas trascendentales y mantener el rumbo, a pesar de que Israel se resistirá vehementemente y presionará a Estados Unidos para que utilice su influencia para impedir tal resultado», concluyó Ben Meir.
T: MF / ED: EG