Berlín, 28 ago (dpa) – La destrucción de la República de Weimar perpetrada por los nacionalsocialistas en 1933 en Alemania guarda pocos paralelismos con los retos que enfrenta la actual democracia del país, según el historiador germano Götz Aly.
«Reconozco muchas más diferencias que similitudes», declara Aly en una entrevista concedida a dpa en Berlín, con motivo del lanzamiento de su libro «Wie konnte das geschehen? Deutschland 1933 bis 1945» (¿Cómo pudo suceder? Alemania de 1933 a 1945).
«Tenemos órganos constitucionales intactos; no se puede decir lo mismo del entonces presidente del Reich, Paul von Hindenburg», expone Aly, quien se muestra optimista y cree que la democracia alemana actual sabe cómo defenderse. «No veo motivos para el alarmismo», afirma.
«Tampoco me parece correcto comparar a Alternativa para Alemania (AfD) con el Partido Nacionasocialista Obrero Alemán (NSDAP). No veo a ningún Goebbels o Hitler brillando en las antipáticas apariciones de Alice Weidel: eran personalidades completamente diferentes y sin escrúpulos», explica el reputado historiador.
«No hay duda de que hay grupos racistas y violentos dentro de la AfD. Pero eso no se aplica al partido en su conjunto, y hoy no tenemos una situación de guerra civil como en 1931-32», apunta el reconocido historiador del régimen nazi.
Otros paralelismos: Goebbels y Putin
Si bien Aly desaconseja usar a modo de «recordatorio» al régimen nacionalsocialista a la vista de los acontecimientos mundiales de la actualidad, él mismo no puede evitar observar algunos comportamientos particulares que sí le recuerdan a los nazis.
Entre ellos, menciona la directiva decretada por el presidente ruso, Vladímir Putin, en la que describía a la invasión de Ucrania como «operación militar especial».
Según el historiador, el ministro nazi de Propaganda, Joseph Goebbels, prohibió usar la palabra «guerra» tras invadir Polonia en 1939 e impuso describirla como «contrataque». Asimismo, añade, a medida que avanzaba la guerra, en Alemania se prohibieron las palabras «paz», «iniciativa de paz», o «esperanza de paz».
Hitler, Trump y el domino de los medios
El historiador alemán también compara el ritmo frenético y la continua actividad del régimen nazi con el del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. «Lanzando un decreto tras otro cada día, pregonando noticias falsas a diario, presionando constantemente a sus oponentes, inquietando al mundo con iniciativas, provocaciones y amenazas siempre nuevas», enumera.
Sin embargo, contrapone: «Todas estas comparaciones son engañosas. Ni Putin ni (Viktor) Orbán ni Trump pueden equipararse a Hitler. A diferencia de Hitler, Trump no trabaja para una guerra de conquista llevada a cabo por Estados Unidos».
Del presidente húngaro, por ejemplo, Aly dice que se ve a sí mismo como un mediador, ya sea en contacto con Putin o con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Y sobre Putin considera que, más allá de que persiga una política de agresión imperialista, esta no puede equipararse todavía a la guerra de Hitler encaminada al asesinato en masa.