Por Robin Wille (dpa)
Stuttgart, 15 ago (dpa) – La industria automovilística alemana ha tenido que hacer frente recientemente a una caída de beneficios. Volkswagen, Mercedes-Benz, BMW, Porsche y Audi se han visto muy afectadas.
Las noticias negativas no eran nada nuevo. Más bien se sumaban a los anuncios de los fabricantes de automóviles y proveedores como Bosch, ZF o Continental de querer ahorrar y recortar puestos de trabajo.
Una de las industrias clave más importantes de Alemania se encuentra sometida a una enorme presión. Los problemas son numerosos y los retos, enormes. ¿Es el fin de Alemania como país automovilístico? ¿O hay aún una salida a la crisis?
«Los fabricantes de automóviles alemanes aún están lejos de una crisis real», afirma Frank Schwope, experto en automoción y profesor en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Berlín, al recalcar que no se prevén pérdidas.
Pese a caídas, siguen los beneficios millonarios
Mercedes Benz, por ejemplo, siguió obteniendo en el primer semestre un resultado consolidado de alrededor de 2.700 millones de euros (3.150 millones de dólares). Sin embargo, en el mismo periodo del año anterior los beneficios ascendieron a unos 6.100 millones de euros.
El grupo Volkswagen, al que pertenecen, además de la marca principal, Porsche y Audi, también siguió registrando beneficios millonarios. Lo mismo ocurrió con BMW.
Schwope lo ve así: durante los años de la pandemia, los fabricantes alemanes se vieron muy favorecidos y obtuvieron beneficios extremadamente elevados.
Según él, los chips para automóviles escaseaban y los fabricantes vendieron menos coches, pero a cambio vendieron modelos mucho más caros, con márgenes de beneficio correspondientemente más elevados.
Experto: «Se ha perdido el tren de la movilidad eléctrica»
«Los fabricantes alemanes han perdido el tren de la movilidad eléctrica», sostiene Schwope. Menciona que en el mercado chino apenas satisfacen los gustos de los jóvenes o de los compradores de coches modernos y tampoco son competitivos en este momento en el ámbito de la conducción autónoma.
Constantin Gall, experto en automóviles de la empresa de auditoría y consultoría EY, opina lo mismo, al indicar que la industria automovilística alemana se enfrenta actualmente a numerosas dificultades.
«En China, el mercado más importante para los grupos automovilísticos alemanes, estos están perdiendo cuota de mercado», apunta. A ello se suman, según él, los miles de millones de euros que suponen los aranceles estadounidenses a la importación.
Sin embargo, según Gall sería simplista atribuir la actual caída de los beneficios exclusivamente a las difíciles circunstancias externas y en parte, los problemas son también de origen interno.
«El superciclo de los años 2021 a 2023, con márgenes de ensueño gracias al coronavirus, la escasez de chips y las interrupciones en la cadena de suministro, parece haber dado a algunos participantes en el mercado una falsa sensación de seguridad, por lo que se ha descuidado la gestión de los costes», indica Gall.
Necesidad urgente de reestructuración
El experto destaca el hecho de se hayan invertido miles de millones en investigación y desarrollo sin que los resultados siempre hayan sido convincentes. «La industria automovilística alemana necesita urgentemente una reestructuración y una aceleración de los procesos de desarrollo», afirma.
«Los problemas de las distintas empresas son diferentes, pero la situación general de la industria y los trabajadores ya es precaria», advierte Christiane Benner, presidenta del sindicato metalúrgico IG Metall.
Benner señala que las cifras de ventas anteriores a la pandemia del coronavirus no se están alcanzando actualmente en la Unión Europea. «Como consecuencia, las fábricas no están funcionando a pleno rendimiento y estamos manteniendo duras discusiones para que los trabajadores no tengan que soportar de forma unilateral la carga», afirma Benner.
IGMetall: «Tenemos que superar esto juntos»
La sindicalista también ve problemas internos, sobre los que «la dirección debería asumir la responsabilidad». Además, propone, los accionistas deberían reducir el importe de los dividendos. «Tenemos que salir juntos de esto», afirma Benner.
La líder sindical destacó la difícil situación que atraviesan algunos proveedores. «La presión de los costes y los elevados costes de inversión para la transformación, junto con la falta de ingresos, están llevando a muchos al borde de la ruina», expone Benner.
El experto en automóviles Schwope comparte la opinión sobre los proveedores. Su situación, alerta, es mucho más sombría. En los últimos años han registrado márgenes de beneficio alarmantemente bajos. «Si alguien está en crisis, son los proveedores», opina Schwope.
¿Cómo puede recuperar la industria su antigua fortaleza?
Para recuperarse, los fabricantes alemanes tendrían que volver a fortalecerse en el mercado chino. «Y quizá también buscar nuevos socios locales allí», dice Schwope.
Dado que los fabricantes de automóviles tienen una influencia muy limitada o nula sobre las condiciones normativas inestables, es aún más importante que optimicen sus estructuras internas, aumenten su capacidad de actuación y su rapidez, y reduzcan los costes, según el experto de EY Gall.
En cuanto a la movilidad eléctrica, Gall recuerda que las empresas alemanas están ahora mucho mejor posicionadas que hace unos años, por lo que tienen buenas posibilidades de situarse a la cabeza de este mercado.