Templo de Hatshepsut
La historia de Hatshepsut, «la más grande de las damas», muestra la fe y la devoción de los antiguos egipcios por sus adorados faraones.
UBICACIÓN | Deir al-Bahari, en las afueras de Luxor, Egipto. |
TRANPORTE | Taxis o camionetas. También es posible ir en bicicleta o a pie. |
IMPORTANTEUna linterna es imprescindible para recorrer el interior del templo. No deje de llevar una botella de agua, sombrero, anteojos oscuros y protector solar. |
Fue la primera construcción importante desde los tiempos del desorden, tras la liberación de un dominio de cien años por parte de los hicsos. Quien se encargó de la edificación fue el arquitecto y canciller real Senenmut, al cual se le asignó una historia novelesca -jamás demostrada- con Hatshepsut. Originalmente, el templo constaba de una amplia calzada, rodeada de esfinges, que culminaba en el gran patio al que se accedía por terrazas escalonadas, construidas en la ladera de la montaña y unidas por rampas. Dentro de sus enormes dimensiones, había una capilla que honraba al padre de la reina, Tutmosis I. Y otras dedicadas a distintos dioses, donde Anubis, era uno de ellos. En la cámara funeraria se encontraban dos sarcófagos de cuarzo rojo. En uno estaba la momia de Hatshepsut y en el otro la de su padre, que ella había hecho llevar a su propia tumba.
El templo de Deir Al-Bahari fue el antecedente de lo que Hatshepsut preparaba. Forma parte de la historia de un logro increíble, un deseo secreto y una profunda ambición por ser rey.
La reina-rey Hatshpsut
Tutmosis I y la princesa Ahmose tuvieron tres hijos varones, que fallecieron antes que su padre, y dos mujeres. La mayor de ellas, educada para reinar, era Hatshepsut. Apenas tenía 12 años cuando pasó a ser la única heredera real pura. Pero el trono de su padre fue conferido a Tutmosis II, hijo que había tenido el difunto con una de sus esposas menores, quien para legitimar su cargo de faraón se casó con Hatshepsut, convirtiéndola en reina o «Gran esposa real». Sólo tuvieron una hija, Neferura y tras veinte años de reinado, Tutmosis II murió. Según la tradición, el trono debía recaer indefectiblemente en un varón. Y Tutmosis II había tenido un hijo con una concubina, pero era un niño demasiado joven para asumir el gobierno.
Siguiendo la costumbre egipcia, se le encargó a Hatshepsut -descendiente de reyes y reinas- la regencia del joven príncipe, Tutmosis III. Ella, con sólo 32 años, quedó gobernando Egipto. Mandó construir el templo de Deir Al-Bahari. Ninguna reina había hecho construir nada igual. Regaló dos obeliscos a la tumba de su padre, en Karnak. Su propio obelisco quedó inacabado en la cantera de Asuán, se partió mientras lo separaban de la roca. Fueron momentos de plenitud para el Antiguo Egipto. Sin embargo, Tutmosis III había crecido lo suficiente para reclamar el trono. Entonces: ella se coronó faraón.
«La más grande de las damas»
En el templo de Karnak hay inscripciones que recogen la escena de su coronación. Hatshepsut se concentró en asuntos comerciales. A ella se debe la famosa expedición al país de Punt y el enriquecimiento de los santuarios de su nación. Promovió dos grandes obras arquitectónicas: la Capilla Roja del Templo de Karnak y un templo localizado en Deir Al-Bahari, donde se retrata una crónica de su reinado, como ella quería que se la recordara. Figura ahí su nacimiento divino, cuando el dios Amón se encarnó en su padre para engendrar una reina capaz de imponerse en un mundo de hombres. Se cree que la gente la aceptó como rey porque era una excelente gobernante y Egipto estaba prosperando. Hatshepsut fue una soberana pacífica, prefirió construir templos en lugar de conquistar territorios. Pero hubo al menos seis campañas militares durante su reinado. Tutmosis 111, adolescente aún, se había sumado a las expediciones del ejército. Según el registro hallado en una piedra cerca de Nubia, dejado por un testigo ocular, Hatshepsut se puso al frente de su ejército en el campo de batalla y derrotó a los nubios.
Se proponía instaurar una auténtica dinastía femenina de reyes. Declaró «heredera» a su hija Neferura, que había sido educada por Senenmut. Pero llegaría la muerte repentina de la princesa, un hecho que determinó que Hatshepsut se fuera retirando del cargo. Tutmosis III, comenzó a tomar el mando del gobierno y Hatshepsut, abandonada por todos, murió en su palacio de Tebas tras veintidós años de reinado.
Borrar su nombre
Hatshepsut tuvo una muy buena relación con su sucesor. Pero después de veinte años en el poder, Tutmosis III borró su nombre de todos los monumentos. Se cree que temía que se hubiera alterado el orden divino, por lo que era necesario no dejar ninguna constancia de que Egipto había sido alguna vez gobernado por una mujer.
Hatshepsut: La reina faraón
Hatshepsut, que había reinado como «Gran Esposa Real» y regente del heredero, desde la muerte de su esposo, Tutmosis II, no estaba dispuesta a perder el trono. Ante el reclamo de Tutmosis III, ya mayor de edad, ella se convirtió a sí misma en faraón. Creó un mito por el cual el dios Amón, presente en el momento de su nacimiento, la había designado como gobernadora de Egipto hasta su muerte. Y se hizo representar con el atuendo de los faraones: la barba postiza y la falda real egipcia.