Lugares que hay que visitar antes de morir

La Puerta de Brandeburgo

Sumérjase en la tumultuosa historia del corazón de la capital alemana.

Información esencial	Pruebe la Academia de Artes para un café tranquilo y comer un bocadillo.
Localización	Berlín, Alemania
Zona de tiempo	UTC+1
Sabía que…	La puerta tiene de 65 m de ancho y cinco pasajes.
Moneda	Euro

Para un monumento que originalmente se llamaba Puerta de la Paz, la Puerta de Brandeburgo ha sido testigo de numerosos conflictos. Encargada por el rey Federico Guillermo II de Prusia como una monumental puerta de arenisca en la muralla aduanera que rodeaba Berlín, la importancia de esta entrada en particular radicaba en que marcaba el comienzo de Unter den Linden, una avenida de tilos que conducía al Palacio Real.

Inspirada en la puerta de la Acrópolis de Atenas, las seis parejas de columnas dóricas que forman cinco pasajes se completaron en 1791. Dos años más tarde, el monumento fue coronado por la Cuadrigas, una escultura de un carro tirado por cuatro caballos conducido por Victoria. La incorporación de la diosa romana de la victoria resultó ser algo irónica, ya que, 13 años más tarde, Prusia fue derrotada por los franceses y Napoleón se llevó la cuadriga para exhibirla en París. Fue devuelta a Berlín en 1814.

El general von Pfuel, el oficial que rescató la escultura de las garras francesas, fue recompensado con el privilegio de utilizar el pasaje central, siendo la única persona, aparte de la familia real, que podía hacerlo. Otros también utilizaron la Puerta de Brandeburgo con fines simbólicos. Los nazis la utilizaron para procesiones con antorchas, mientras que la puerta se convirtió en un símbolo de la Guerra Fría cuando quedó aislada en tierra de nadie, justo detrás del lado oriental del Muro de Berlín. La Puerta de Brandeburgo sirvió de telón de fondo para los discursos de los presidentes Kennedy y Reagan en Berlín, y fue el lugar donde el canciller de Alemania Occidental, Helmut Kohl, cruzó por primera vez a Alemania Oriental tras la caída del Muro de Berlín.

Afortunadamente, más de dos siglos después de su construcción, la Puerta de Brandeburgo ha recuperado por fin su propósito original como símbolo de paz. Es un lugar de reunión para la nación alemana en momentos de celebración, ya sea para ver los fuegos artificiales de Nochevieja, apoyar a los futbolistas alemanes en la Copa del Mundo o animar a los participantes en la maratón de Berlín.

La plaza peatonal Pariser Platz es el mejor lugar para tomar una foto de la Puerta de Brandeburgo. La cuadriga mira hacia el este, así que llega justo antes del anochecer para ver los últimos rayos de sol brillando en las columnas de arenisca. No hay necesidad de pasar hambre mientras esperas la foto perfecta: la plaza está rodeada de cafeterías y restaurantes. Starbucks y Dunkin’ Donuts probablemente hacen un buen negocio con los empleados de la embajada estadounidense que se encuentra al otro lado.

Atraviesa la puerta para explorar la vegetación del Tiergarten, un enorme parque urbano que alberga el zoológico de Berlín, la Columna de la Victoria y el Monumento a los Caídos Soviéticos. Vuelve a atravesar la puerta y explora los lugares históricos de Unter den Linden, como el arsenal de artillería Zeughaus, de principios del siglo XVIII, la catedral de Santa Eduvigis y varias residencias reales. A un paso al norte se encuentra el edificio del Reichstag, el parlamento alemán.

La geografía por sí sola hace que cualquier visitante de la vibrante y cosmopolita Berlín se vea obligado a volver una y otra vez a la Puerta de Brandeburgo. La impresionante puerta es un recordatorio de que Berlín es, por fin, una ciudad de paz y libertad.

Basado en 101 lugares para visitar antes de morir de Inspired for life