Mayo 23, 2025
Por Thalif Deen

NACIONES UNIDAS – Cuando el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ofreció declarar a la vecina Canadá como el 51 estado de los Estados Unidos, los canadienses rechazaron con vehemencia la propuesta.
«No queremos formar parte de Estados Unidos», fue el grito de guerra. Y la efímera oferta fue rechazada de plano.
El siguiente objetivo fue Groenlandia, un territorio autónomo dentro de Dinamarca que mantiene el control sobre la política exterior, la defensa, la seguridad nacional y el sistema judicial y legal.
Trump dijo que quiere comprar Groenlandia. Pero los daneses no se impresionaron. «Groenlandia no está en venta. Groenlandia no es danesa. Groenlandia pertenece a Groenlandia», afirmó la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen.
Uno de los lemas políticos más duraderos de Trump, Make America Great Again (Maga, Hagamos grande de nuevo a Estados Unidos), aparece en miles de gorras de béisbol, carteles y camisetas.
En una de las numerosas manifestaciones políticas contra Estados Unidos que tuvieron lugar en Groenlandia, una pancarta invertía el lema Maga: Make America Go Away (Hagamos que Estados Unidos se vaya).
Quizás Trump tenga éxito en su campaña para lograr una relación más próspera con Arabia Saudí como aliado de confianza y, posiblemente, como 51 estado de Estados Unidos, según una broma que circula en la sala de delegados, el lugar de reunión de la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York.
Los saudíes, que le dieron una bienvenida digna de la realeza el 13 de mayo, prometieron una inversión asombrosa de 600 000 millones de dólares en Estados Unidos.
Trump elogió al príncipe heredero y gobernante de facto de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman, calificándolo de «hombre increíble» y «gran tipo», sin hacer mención alguna a la preocupación sobre los derechos humanos en el país y la implicación directa de Bin Salman en su violación.
El acuerdo histórico se centró principalmente en la venta de armas y la ayuda militar de Estados Unidos a los saudíes, junto con las inversiones de Qatar y los Emiratos Árabes Unidos (EAU), los otros dos países que Trump visitó en su gira por el Golfo.
Arabia Saudí, una nación de Medio Oriente bendecida por el petróleo, es uno de los mayores compradores mundiales de armas estadounidenses, entre las que se incluyen aviones de combate, helicópteros de combate, misiles, tanques de combate y vehículos blindados de transporte de tropas.
Tras la muy publicitada visita de Trump a Riad durante dos días, la Casa Blanca declaró enfáticamente que Arabia Saudí sigue siendo «nuestro mayor socio en ventas militares al extranjero (FMS, en inglés)», con casos activos valorados en más de 142 000 millones de dólares, casi el doble del presupuesto de defensa de Arabia Saudí para 2025, que asciende a 78 000 millones de dólares.
«Nuestra relación en materia de defensa con el reino de Arabia Saudí es más fuerte que nunca bajo el liderazgo del presidente Trump, y el paquete firmado (el 13 de mayo), el mayor acuerdo de cooperación en materia de defensa de la historia de Estados Unidos, es una clara demostración de nuestro compromiso con el fortalecimiento de nuestra asociación», declaró la Casa Blanca.
Añadió que «el acuerdo abre la puerta a una mayor participación de la industria de defensa estadounidense y a asociaciones de mantenimiento a largo plazo con entidades saudíes».
Zain Hussain, investigador del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri), dijo a IPS que Arabia Saudí depende en gran medida de las importaciones de armas de Estados Unidos.
En el periodo 2020-2024, señaló, Estados Unidos suministró 74 % de todas las importaciones saudíes de armas importantes, y en la última década (entre 2015 y 2024), Estados Unidos aportó 72 % de las importaciones saudíes de las armas importantes.
Si se analizan más detenidamente las diferentes categorías de armamento, se pone de manifiesto el grado de dependencia de Arabia Saudí de las importaciones de armas de Estados Unidos.
Por ejemplo, entre 2015 y 2024, Estados Unidos suministró alrededor de 80 % de las importaciones saudíes de aviones, 84 % de las importaciones saudíes de misiles, 65 % de las importaciones saudíes de vehículos blindados y 89 % de las importaciones saudíes de sistemas de defensa aérea.
Por supuesto, a pesar de la fuerte dependencia de Arabia Saudí de Estados Unidos para la importación de armas, el reino de la península arabiga también importa armas de otros Estados. Por ejemplo, las importaciones de buques de Arabia Saudí entre 2015 y 2024 procedieron de España (67 %), Francia (21 %) y Alemania (12 %), según detalló Hussain.
Ahora, en Arabia Saudí, Trump anunció el compromiso de ese país de invertir 600 000 millones de dólares en Estados Unidos, lo que reforzará los lazos económicos que perdurarán durante generaciones.
«Los primeros acuerdos anunciados refuerzan nuestra seguridad energética, nuestra industria de defensa, nuestro liderazgo tecnológico y nuestro acceso a las infraestructuras globales y a minerales críticos», dijo Trump.
- Los acuerdos celebrados son históricos y transformadores para ambos países y representan una nueva era dorada de la asociación entre Estados Unidos y Arabia Saudí.
- Desde el primer día, la política comercial y de inversión fundamentada en el «Estados Unidos primero» de Trump ha dado prioridad a la economía estadounidense, a los trabajadores estadounidenses y a nuestra seguridad nacional, según la Casa Blanca.
Natalie J. Goldring, que representa al Acronym Institute en las Naciones Unidas y se centra en cuestiones relacionadas con las armas convencionales y el comercio de armas, aseguró a IPS que «Ya hemos visto esta película».
En 2017, al comenzar su primer mandato (2017-2021), Trump afirmó que las empresas estadounidenses venderían 110 000 millones de dólares en equipamiento militar a Arabia Saudí.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
Aproximadamente un año y medio después, Glenn Kessler, verificador de datos de The Washington Post, concluyó que se había avanzado muy poco en la aplicación del acuerdo.
Otorgó a la afirmación de la administración cuatro «Pinochos», la máxima puntuación que suele otorgar el periódico a las afirmaciones falsas.
Para Goldring, «hay pocas pruebas, si es que hay alguna, de que los acuerdos actuales tengan una base más sólida en la realidad».
«Al igual que con muchas otras cuestiones, el presidente Trump tiende a hacer afirmaciones grandilocuentes que a menudo no se sustentan en la realidad», afirmó.
En este caso, el comunicado de prensa ensalza su papel como «negociador en jefe», aunque no incluye prácticamente ningún detalle sobre las ventas propuestas de equipo y servicios militares.
Esto hace imposible discernir qué proporción de estas ventas propuestas se originó de hecho durante el gobierno de su predecesor, Joe Biden (2021-enero 2025), o incluso en la primera administración Trump.
«El enfoque de la administración Trump se centra directamente en los hipotéticos beneficios económicos de estos acuerdos, en lugar de en la política exterior y los riesgos para la seguridad internacional», dijo la especialista.
A su juicio, «la administración Trump debe reconocer que las armas no son tostadoras y no deben venderse como si lo fueran. Sin embargo, los acuerdos propuestos no parecen tener en cuenta el historial de Arabia Saudí en materia de derechos humanos, por ejemplo».
Goldring recordó que «según la legislación estadounidense, las violaciones de los derechos humanos por parte de Arabia Saudí deberían inhabilitarla para recibir equipo y servicios militares de Estados Unidos».
«Y Arabia Saudí no es en absoluto la única en este sentido; por ejemplo, Israel debería ser inelegible por motivos similares», acotó.
Un boletín informativo de la Casa Blanca, publicada al concluir su gira por los tres países árabes, resalta que Arabia Saudí es uno de los mayores socios comerciales de Estados Unidos en Medio Oriente.
La inversión directa saudí en Estados Unidos ascendió a 9500 millones de dólares en 2023, centrada en los sectores del transporte, el inmobiliario y el automovilístico.
En 2024, el comercio de mercancías entre Estados Unidos y Arabia Saudí ascendió a 25 900 millones de dólares, con exportaciones estadounidenses por valor de 13 200 millones de dólares, importaciones por valor de 12 700 millones de dólares y un superávit comercial en mercancías de 443 millones de dólares.
T: MF / ED: EG