EL ENCAPUCHADO │ Sargento Ivan Frederick, 2003
CIENTOS DE FOTOPERIODISTAS cubrieron el conflicto en Irak, pero la imagen más memorable de la guerra no fue tomada por un profesional, sino por un sargento del Ejército estadounidense llamado Ivan Frederick. Durante el último trimestre de 2003, Frederick fue el soldado de mayor rango en la prisión de Abu Ghraib, la instalación a las afueras de Bagdad que Saddam Hussein había convertido en un símbolo de terror para todos los iraquíes, y que luego era utilizada por el ejército estadounidense como centro de detención para presuntos insurgentes. Incluso antes del inicio de la guerra de Irak, muchos cuestionaban los motivos de los gobiernos estadounidense, británico y aliados para la invasión que derrocó a Saddam. Pero nada desmintió más la afirmación de los aliados de que estaban contribuyendo a la democratización del país que el escándalo en Abu Ghraib. Frederick fue uno de los varios soldados que participaron en la tortura de prisioneros iraquíes en Abu Ghraib. Lo más increíble fue que tomaron miles de imágenes de sus maltratos, humillaciones y torturas a detenidos con cámaras digitales y las compartieron. La más difundida fue «El Encapuchado», en parte porque era menos explícita que muchas otras y, por lo tanto, podía aparecer con mayor facilidad en publicaciones convencionales. El hombre con los brazos extendidos en la fotografía fue privado de la vista, la ropa, la dignidad y, con cables eléctricos, de su sensación de seguridad personal. ¿Y su pose? Parecía deliberada e inquietantemente cristiana. Los invasores liberadores, al parecer, no tenían nada sagrado.
Basado en un especial de la revista Time