Anecdotario Nacional

Anecdotario Nacional

DURANTE el gobierno del General don Tomás Guardia, que fue un gobierno de orden y de respeto, se conspiraba mucho para derrocarlo. Hubo un hombre valiente, decidido, militar pundonoroso Y aguerrido, don Zenón Castro Rodríguez que tramaba un golpe de Estado contra Guardia. Para ello los complotistas contaban con la intervención de un militar destacado en uno de los cuarteles de la capital.

Los revolucionarios se reunían en casas particulares. A la primera reunión asistió el militar gobiernista. Pasaron los días y de nuevo se presentó a seguir discutiendo los planes revolucionarios junto con sus demás compañeros. Don Zenón Castro, que era el Jefe del Movimiento Revolucionario, le pregunta por su ausencia, y el militar de Guardia le responde, excusándose, de que Petra, su señora esposa estaba con calentura.

Se acercaba la fecha para dar el golpe de cuartel y no se volvió a saber nada del militar gobiernista ni a tener noticias de su persona.

Extrañados ante la ausencia prolongada del compañero, uno de los presentes, dirigiéndose a su Jefe, don Zenón Castro, le dice:

“Coronel: Qué le pasa al militar gobiernista que no asiste a nuestras reuniones?”.

Y don Zenón, aquél viejo valiente de las luengas barbas partidas en dos y echadas sobre sus anchos hombros, le responde:

“Sin duda alguna, sigue Petra con calentara”.

Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora. Dibujos de Noé Solano. Usado con autorización.

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