A su regreso a la Caballeriza Nacional, busca al General Guardia y le dice:
—“Quiero hablar con el caballero, con el hombre bondadoso, con el amigo de todo mi aprecio, para explicarle el percance ocurrido y pedirle perdón”.
Después de haberlo escuchado, don Tomás, bastante molesto, le responde:
—“Lleve inmediatamente a curar el caballo y que no lo sepa el señor Presidente de la República porque lo manda a fusilar enseguida”…
Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora. Dibujos de Noé Solano. Usado con autorización.
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