EL DESASTRE DEL HINDENBURG │ Sam Shere, 1937
LOS ZEPPELINES ERAN MAJESTOS skyliners, lujosos behemoths que significaban riqueza y poder. La llegada de estas naves era noticia, razón por la cual Sam Shere, del servicio International News Photos, esperaba bajo la lluvia en la Estación Aeronaval de Lakehurst, Nueva Jersey, el 6 de mayo de 1937, a que el LZ 129 Hindenburg, de 804 pies de eslora, llegara a la deriva desde Frankfurt. De repente, ante la mirada de los medios de comunicación congregados, el hidrógeno inflamable de la gran nave se incendió, provocando un espectacular estallido en llamas de color amarillo brillante y matando a 36 personas. Shere fue uno de los casi dos docenas de fotógrafos y reporteros gráficos que se apresuraron a documentar la tragedia. Pero es su imagen, con su cruda inmediatez y horrible grandeza, la que ha perdurado como la más famosa, debido a su publicación en las portadas de todo el mundo y en LIFE y, más de tres décadas después, a su uso en la portada del primer álbum de Led Zeppelin. El accidente ayudó a poner fin a la era de los dirigibles, y la poderosa fotografía de Shere de uno de los primeros desastres aéreos más formativos del mundo persiste como un recordatorio cauteloso de cómo la falibilidad humana puede conducir a la muerte y la destrucción. Casi tan famosa como la foto de Shere es la angustiada voz del locutor de radio de Chicago Herbert Morrison, que gritaba mientras veía a la gente caer por los aires: «Está estallando en llamas …. Es terrible. Es una de las peores catástrofes del mundo… ¡Oh, la humanidad!»
Basado en un especial de la revista Time