—»¿Es cierto don Ricardo, que a usted lo manda su íntimo amigo y consejero don Buenaventura Casorla?»
Y aquel hombre, que con un reportaje en la prensa cambiaba todo un panorama político nacional, mirando por breves instantes a su interlocutor, que parecía haberse arrepentido de haberle hecho tal pregunta, le responde:
—»¡A mí no me manda nadie! Lo que pasa es que Buenaventura, muchas veces piensa mejor para la salud de la República que como lo hago yo»…
Tomado del Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora. Usado con autorización.
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