Jul 31, 2024
Carmen Quintela
Este organismo, que formaba parte de los observadores internacionales que habían sido invitados por el gobierno de Maduro para fiscalizar los comicios, afirma que no detallar los resultados desglosados por mesa “constituye una grave violación de los principios electorales”. De las urnas a las calles: la batalla por el recuento en Venezuela se transforma en disturbios y detenciones.
La misión de observación electoral del Centro Carter, la organización estadounidense invitada por el Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano durante los comicios, ha emitido finalmente su declaración sobre las elecciones presidenciales que han dado la victoria a Nicolás Maduro.
El Centro Carter advierte que la elección presidencial “no se adecuó a parámetros y estándares internacionales de integridad electoral y no puede ser considerada como democrática”.
La organización explica que “no puede verificar o corroborar la autenticidad de los resultados” presentados por el CNE en la medianoche del domingo 28 de julio, en la que la autoridad electoral declaró a Maduro ganador de la contienda con el 51,2% de los votos, sin presentar los resultados desglosados mesa por mesa y asegurando que habían revisado el 80% de las actas.
Estaba previsto que presentaran esta declaración el martes por la mañana, durante una rueda de prensa con el equipo de la delegación, pero se retrasó unas horas y fue publicada por la organización cuando los miembros de la misión ya se encontraban fuera del país.
A día de hoy, las actas electorales, que muestran el resultado por partido y por mesa, todavía no han sido publicadas por el CNE y su sitio web oficial lleva desde el lunes sin estar operativo.
El Centro Carter expone que “el hecho que la autoridad electoral no haya anunciado resultados desglosados por mesa electoral constituye una grave violación de los principios electorales”.
Además, asegura que “las autoridades del CNE mostraron parcialidad a favor del oficialismo y en contra de las candidaturas de la oposición”.
Durante la presentación de los resultados electorales el domingo por la noche, Elvis Amoroso, presidente del CNE, celebró la victoria de Maduro y el lunes por la tarde, sin haber dado ningún otro dato del resultado electoral, lo proclamó como presidente en un acto oficial.
La oposición, por su parte, ha asegurado que según su recuento de actas, que ayer superaba el 73%, Edmundo González Urrutia, el candidato de la coalición de oposición, sería el ganador de las elecciones. La Plataforma de Unidad Democrática ha publicado las actas a las que ha tenido acceso en un sitio web para consulta pública.
La organización con base en Atlanta asegura que los comicios venezolanos no alcanzaron “los estándares internacionales de integridad electoral” en ninguna de sus etapas y que “ha infringido numerosos preceptos de la propia legislación nacional”.
“Se desarrolló en un ambiente de libertades restringidas en detrimento de actores políticos, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación”, expone, y añade que “partidos de la oposición han sufrido intervenciones judiciales en desmedro de sus liderazgos social y políticamente más reconocidos para beneficiar a personas afines al gobierno”.
Esto, dicen, influyó sobre la conformación de sus candidaturas. “De manera aún más importante, la inscripción de la candidatura de las principales fuerzas de oposición se halló sujeta a la discrecionalidad de las autoridades electorales que adoptaron decisiones sin respetar principios jurídicos básicos”.
La organización se refiere, sin nombrarla, a María Corina Machado, líder de la oposición y elegida durante unas elecciones primarias en octubre de 2023. Machado fue inhabilitada políticamente durante 15 años y se impidió su participación, lo que implicó que la oposición nombrara a Edmundo González Urrutia en una carrera a contrarreloj.
Además, el Centro Carter habla de una serie de problemas en cuanto a la información y logística del proceso electoral y hace mención al voto en el extranjero. “Los ciudadanos enfrentaron barreras legales desmedidas, incluso arbitrarias, para inscribirse en el padrón en el extranjero. El resultado de la restrictiva jornada especial se tradujo en cifras muy bajas de nuevos votantes en el exterior”, señalan.
Naciones Unidas calcula que hay al menos 7,7 millones de venezolanos en el exterior. Menos de 70.000 pudieron votar en estos comicios.
La misión de observación electoral recuerda que la campaña tuvo un “notable desequilibrio” a favor del gobierno. “La candidatura oficialista contó con muy amplios recursos, lo que se tradujo en la gran desproporción de mítines, murales, vallas y afiches a su favor”.
La organización también evidenció un abuso de los recursos públicos a favor de la campaña de Maduro, como el uso de vehículos, la movilización de funcionarios para la campaña y el “uso de programas sociales”.
“Las autoridades intentaron restringir las campañas de la oposición, incluyendo la persecución e intimidación de personas que prestaron servicios o vendieron bienes para el proselitismo opositor para generar un efecto disuasivo”, exponen.
El Centro Carter concluye comentando que la jornada del domingo transcurrió de manera masiva, pacífica y cívica, “pese a restricciones en el acceso a recintos para observadores nacionales y, sobre todo, testigos de partidos, mecanismos de eventual presión sobre el electorado”.
A pesar de que en los centros que pudieron monitorear la organización comprobó “la voluntad de la ciudadanía venezolana por participar en un proceso electoral democrático”, los esfuerzos, lamenta, “fueron desmerecidos por la ausencia de transparencia del CNE en la difusión de los resultados”.
Declaración del Centro Carter Sobre la Elección en Venezuela
ATLANTA (30 de julio de 2024) — La elección presidencial de Venezuela de 2024 no se adecuó a parámetros y estándares internacionales de integridad electoral y no puede ser considerada como democrática.El Centro Carter no puede verificar o corroborar la autenticidad de los resultados de la elección presidencial declarados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela. El hecho que la autoridad electoral no haya anunciado resultados desglosados por mesa electoral constituye una grave violación de los principios electorales.
El proceso electoral de Venezuela en 2024 no ha alcanzado los estándares internacionales de integridad electoral en ninguna de sus etapas relevantes y ha infringido numerosos preceptos de la propia legislación nacional. Se desarrolló en un ambiente de libertades restringidas en detrimento de actores políticos, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación. A lo largo del proceso electoral, las autoridades del CNE mostraron parcialidad a favor del oficialismo y en contra de las candidaturas de la oposición.
En el campo específicamente electoral, la actualización del registro de electores se realizó con numerosos inconvenientes: plazos muy cortos, relativamente escasos lugares de inscripción y una mínima campaña de información y difusión públicas. El problema se agravó en el exterior, donde los ciudadanos enfrentaron barreras legales desmedidas, incluso arbitrarias, para inscribirse en el padrón en el extranjero. El resultado de la restrictiva jornada especial se tradujo en cifras muy bajas de nuevos votantes en el exterior.
El registro de partidos y candidatos tampoco se adecuó a estándares internacionales. En los años recientes, partidos de la oposición han sufrido intervenciones judiciales en desmedro de sus liderazgos social y políticamente más reconocidos para beneficiar a personas afines al gobierno, influyendo sobre la conformación de sus candidaturas. De manera aún más importante, la inscripción de la candidatura de las principales fuerzas de oposición se halló sujeta a la discrecionalidad de las autoridades electorales que adoptaron decisiones sin respetar principios jurídicos básicos.
La campaña electoral se desarrolló con un notable desequilibrio a favor del gobierno en todos los campos. La candidatura oficialista contó con muy amplios recursos, lo que se tradujo en la gran desproporción de mítines, murales, vallas y afiches a su favor. Se observó el abuso de recursos públicos, incluyendo el uso de vehículos, la movilización de funcionarios para la campaña y el uso de programas sociales. Asimismo, la candidatura gubernamental tuvo preponderancia en la televisión y la radio, tanto en publicidad, transmisión de eventos y cobertura noticiosa. Las autoridades intentaron restringir las campañas de la oposición, incluyendo la persecución e intimidación de personas que prestaron servicios o vendieron bienes para el proselitismo opositor para generar un efecto disuasivo.
Pese a este contexto, la ciudadanía venezolana se movilizó masiva y pacíficamente el 28 de julio para expresar sus preferencias. La jornada de votación transcurrió de una manera cívica, pese a restricciones en el acceso a recintos para observadores nacionales y, sobre todo, testigos de partidos, mecanismos de eventual presión sobre el electorado (puntos de control partidario gubernamental en la cercanía de los recintos para verificar la asistencia de los votantes) e incidentes de tensión o violencia reportados en algunas localidades. En el número limitado de recintos visitados, los equipos de observadores del Centro Carter comprobaron la voluntad de la ciudadanía venezolana por participar en un proceso electoral democrático y demostrando su compromiso cívico como integrantes de mesa, testigos de partidos y observadores. Estos esfuerzos fueron desmerecidos por la ausencia de transparencia del CNE en la difusión de los resultados.
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Sobre la misión técnica de observación electoral del Centro Carter en Venezuela
El Centro Carter fue invitado por el CNE para observar la elección presidencial de 2024 y firmó un memorando de entendimiento para garantizar que la misión pudiera observar libremente de acuerdo con sus estándares metodológicos. El Centro Carter desplegó 17 expertos y observadores a partir del 29 de junio, con equipos en Caracas, Barinas, Maracaibo y Valencia. La misión se reunió con una amplia gama de actores, incluyendo el CNE, candidatos, partidos políticos, organizaciones de la sociedad civil, grupos de observación ciudadana, representantes de los medios de comunicación, funcionarios gubernamentales, las fuerzas armadas y expertos electorales. Dada la cantidad de integrantes, las observaciones directas del Centro Carter fueron limitadas, especialmente el día de las elecciones. El Centro Carter publicará un informe final de su misión de observación en Venezuela, detallando todos los hallazgos en este comunicado.
El Centro Carter ha observado 124 elecciones en 43 países y está comprometido con la observación electoral imparcial e independiente que proporcione transparencia en los procesos electorales con el objetivo de fomentar procesos que cumplan con los estándares internacionales de elecciones democráticas.