JD Vance plantea las características de la cultura hillbilly y su pasado campesino
El candidato a vicepresidente de Donald Trump, JD Vance, es una figura conocida en el partido republicano. Pero, el senador por el estado de Ohio es conocido también en Estados Unidos por su libro Hillbilly Elegy, un bestseller que luego inspiró una película en 2020 con el mismo nombre. En su obra, Vance indaga en la cultura hillbilly que es la cultura estadounidense de la clase trabajadora blanca en la cual Vance creció. La «muerte» de esta comunidad a manos de los poderes políticos ha sido un concepto clave para la retórica de Trump por lo que no es casual que Vance haya terminado como su mano derecha.
Vance cuenta la historia de dos generaciones de su desestructurada familia hillbilly, parte de sus abuelos maternos y la de su madre hasta llegar a él mismo. En la obra se repasa la desintegración de un modo de vida, de toda una cultura profundamente americana, religiosa y patriota, ubicada en las profundidades de Ohio y Kentucky. Esta familia tiene naturalizada la violencia como trato personal así como la idolatría a la patria y a los valores tradicionales.
Esto es «lo que pasa en las vidas de la gente real cuando la economía industrial se hunde. Sobre cómo se reacciona a las malas circunstancias de la peor manera posible. Sobre una cultura que anima cada vez más a la descomposición social en lugar de contrarrestarla», afirma el autor en su libro. La cultura Hillbilly, a pesar de verse moribunda, subsiste. La terquedad de sus habitantes hace que sus valores sobrevivan y una de sus razones para seguir adelante es el patriotismo.
A partir del análisis sociológico de Vance sobre las comunidades apalaches, se puede observar la lenta gestación de la desigualdad, los prejuicios, el odio y la violencia, pero también se percibe un análisis que en ocasiones roza el clasismo e incluso el racismo a partir de una crítica al individuo, pero que paradójicamente también culpa a la compleja organización socioeconómica como la base del desencanto y el abandono.
La voluntad personal es para Vance algo que supera a la complejidad de la falta de oportunidades laborales, la automatización productiva, la deslocalización, las transformaciones globales de la economía y la erosión de las formas de vida tradicionales. En este sentido, Vance afirma que logró «escapar» de la comunidad hillbilly por la perseverancia y personalidad de sus abuelos, que lo educaron en la premisa de que podría hacer lo que quisiera y que no era como el resto de «desgraciados».
No obstante, cuando Vance fue la Universidad de Yale, sintió una «doble ausencia» ya que no integró del todo en Yale como tampoco se sentía parte de su antigua comunidad. Vance afirma tener «el conflicto interior que provoca un rápido ascenso social: había mentido a una desconocida para evitar sentirme un traidor (…) una consecuencia del aislamiento es ver la medida normal del éxito no sólo como inalcanzable, sino como propiedad de la gente que no es como nosotros. Mamaw siempre luchó contra esa actitud mía y, en gran medida, logró su propósito».
A pesar de ser arrastrado por un excesivo nivel de meritocracia, el libro ilustra el perfil del discurso social de los hillbilies, cargado de una gran desconfianza hacia los demás, de lo foráneo, de lo ajeno, pero también de los medios de comunicación y de la globalización. Una idiosincrasia así se ve dotada en el siglo XXI con redes sociales y teorías conspirativas que terminan llegando a una conclusión que forma parte del discurso de Trump: el fracaso no es tu culpa, es culpa de una sociedad sesgada y de un gobierno inmoral que la acompaña.
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