En el 123 aniversario de su nacimiento, recordamos a Ricardo Saprissa Aymá como un pionero que dejó una huella imborrable en el fútbol nacional.
El 24 de junio de 2024, se conmemoró el 123 aniversario del nacimiento de Ricardo Saprissa Aymá, una figura emblemática en el mundo del deporte. Nacido en 1901, Saprissa se destacó no solo como un atleta excepcional en diversas disciplinas, sino también como un hombre cuya pasión y dedicación trascendieron fronteras.
Hijo de catalanes radicados en El Salvador, Saprissa encontró su amor por el deporte en una etapa temprana. Tras la muerte repentina de su padre, regresó a San Salvador desde Barcelona, donde había iniciado su educación en la Escuela Pías de Sarriá. En El Salvador, su talento para el béisbol comenzó a brillar, siendo descrito por la prensa como una «muralla» en el campo. Además, se convirtió en uno de los mejores tenistas de Centroamérica y nunca dejó de lado el fútbol, una pasión que comenzó en su escuela en Barcelona.
En 1921, Saprissa se graduó como ingeniero topógrafo y regresó a Barcelona con su madre y dos hermanos, con la intención de continuar sus estudios. Sin embargo, la Universidad de Barcelona no reconoció su título, obligándolo a abrir una tienda para subsistir.
A pesar de este revés, su amor por el deporte no se apagó. Se unió al América para jugar béisbol y al equipo de tenis Pompeya, destacando en la modalidad de dobles junto a Antonio Juanico, con quien fue campeón de España en 1923 y 1924, y participando en los Juegos Olímpicos de París en 1924.
Saprissa también dejó su marca en el hockey sobre hierba, ganando campeonatos de España con el Real Club de Polo y siendo internacional con la selección española. En el fútbol, su habilidad no pasó desapercibida y en 1922 se unió al Real Club Deportivo Español de Barcelona, donde jugó como defensa y estableció una fuerte amistad con el legendario Ricardo Zamora.
Su estilo de juego limpio y contundente, sin una sola expulsión, le ganó el respeto tanto dentro como fuera del campo. Un episodio destacado en su carrera fue su enfrentamiento con Paulino Alcántara del Barcelona, donde su fuerte pero legal carga provocó conmoción y controversia, aumentando su popularidad.
En 1928, Saprissa formó parte del equipo del Espanyol que ganó el Campeonato de España, y aunque una lesión le impidió jugar el primer partido de la Liga en 1929, su fortaleza física y carácter deportivo quedaron inmortalizados en anécdotas de su tiempo en el campo.
Finalmente, tras una brillante carrera deportiva, Saprissa se trasladó a Costa Rica para apoyar a su hermano en la administración de una fábrica textil. La Guerra Civil Española y nuevas amistades en Costa Rica le hicieron decidir establecerse definitivamente en este país, donde dejó una huella imborrable.
Hoy recordamos y celebramos la vida de Ricardo Saprissa Aymá, un verdadero pionero del deporte, cuyo legado sigue inspirando a nuevas generaciones.
Fuente: saprissa.com