Por Ansgar Haase (dpa)
Bruselas, 20 jun (dpa) – La Unión Europea (UE) adoptó un nuevo paquete de sanciones contra Rusia, destinadas en particular a combatir la elusión de las ya existentes, tras duras negociaciones en torno a objeciones de Alemania.
Las sanciones serán menos severas de lo previsto porque el Gobierno del canciller Olaf Scholz impulsó medidas debilitadas en favor de la industria alemana. Los críticos temen que la industria de defensa rusa siga teniendo acceso, por el momento, a bienes y tecnologías occidentales con el fin de fabricar armas para la guerra contra Ucrania.
Además de las medidas contra la evasión de las sanciones, el décimocuarto paquete de la UE contra Rusia también prevé por primera vez la imposición de duras sanciones contra el multimillonario negocio ruso del gas natural licuado (GNL). Según los diplomáticos, se prohibirá el uso de puertos como el de Zeebrugge en Bélgica para el transporte de GNL ruso a terceros países.
Esta medida apunta a que Rusia pueda vender menos gas natural licuado y por tanto contar con menos recursos para invertir en su guerra de agresión en Ucrania.
Según la Comisión Europea, el año pasado se enviaron a otros países entre 4.000 y 6.000 millones de metros cúbicos de GNL ruso a través de Estados de la UE, en transacciones por valor de varios miles de millones de euros.
El acuerdo sobre el nuevo paquete de sanciones se alcanzó hoy en una reunión de los representantes permanentes de los Estados miembros en Bruselas, según anunció la actual Presidencia belga del Consejo de la UE. Se formalizará el próximo lunes en una reunión de ministros de Relaciones Exteriores del bloque en Luxemburgo. Las sanciones podrán entrar en vigor inmediatamente después.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, celebró el avance a pesar del debilitamiento de la propuesta original. «Este potente paquete de medidas seguirá impidiendo a Rusia el acceso a tecnologías clave.»
El nuevo paquete de sanciones había sido propuesto por la Comisión Europea a principios de mayo. El hecho de que no se llegara antes a un acuerdo se debió principalmente a las preocupaciones y peticiones de cambios de Alemania.
Los defensores de una acción decisiva contra la elusión de las sanciones, por otra parte, se refirieron a las estimaciones de la Comisión Europea, según las cuales se siguen entregando a Rusia, a través de filiales de empresas europeas, mercancías por valor de cientos de millones de euros, que ya no deberían acabar allí debido a las sanciones. Se trata principalmente de bienes que pueden contribuir al desarrollo del sector ruso de defensa y seguridad.
Según los diplomáticos, el compromiso estipula ahora que la llamada «Cláusula No Rusia» no tiene que aplicarse a las filiales de las empresas europeas, como estaba previsto, por el momento. Esta cláusula obliga a los exportadores de la UE a prohibir contractualmente la reexportación de determinados productos a Rusia y su reexportación para uso en Rusia.
Entre las mercancías afectadas figuran los productos de aviación, las armas y los productos de tecnología avanzada utilizados en los sistemas militares rusos. El acuerdo prevé un análisis detallado del impacto potencial de la «Cláusula No Rusia» en la economía para eventualmente volver a discutir una ampliación de la misma.
La postura alemana también causó controversia en el seno del Gobierno germano. Según informaciones de dpa, el Ministerio de Relaciones Exteriores consideró problemáticas y perjudiciales para su imagen las reservas de la Cancillería sobre el paquete de sanciones.
Las fuentes del Ministerio señalaron que su titular, Annalena Baerbock, trabajó intensamente durante los dos últimos años para restablecer la confianza perdida entre los socios europeos como consecuencia de la antigua política con Rusia y que esa confianza no debe dilapidarse.