Mayo 31, 2024
Por Edgardo Ayala
SAN SALVADOR – El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, arranca su segundo quinquenio fortalecido con el apoyo popular recibido por su ataque frontal contra las pandillas, pero podría perder el favor de la población si no logra mejorar la economía del país, en momentos en que se sospecha que podría modificar las leyes para permanecer más periodos en el poder.
Bukele, el presidente milenial, de 42 años, de corte autoritario, afianzó su segundo mandato consecutivo tras ganar por amplio margen (84,6 % de los votos) las elecciones del 4 de febrero en medio de duras críticas de que algunos artículos de la Constitución no le permitían lanzarse como candidato para un periodo continuo.
“Desbaratar las pandillas ha sido clave, y por eso le hemos brindado una segunda oportunidad al presidente, pero en la economía estamos bastante mal”, dijo a IPS Daniel Martínez, a dos días de que el presidente inicie con su segundo mandato, el 1 de junio.
Martínez, de 61 año, se gana la vida vendiendo ropa y zapatos usados en Zacamil, un barrio obrero de edificios residenciales, en el norte de San Salvador. El comercio informal abunda en esta área de la ciudad.
“El negocio de las ventas es variado, a veces se gana y a veces nos toca irnos a casa con las manos vacías”, se lamentó Martínez mientras esperaba compradores, parado a la par de decenas de coloridos vestidos y blusas que colgaban de una soga amarrada a dos árboles, a la orilla de la acera.
Martínez sostuvo que la mejora de la economía será el reto de Bukele en su segundo mandado, que inicia este sábado 1 de junio con una ceremonia de investidura presidencial en una plaza del centro de San Salvador, la capital de este país centroamericano, de 6,7 millones de habitantes.
Ahora es la economía
“La economía será un tema primordial para este nuevo periodo, que haya empleo, esa es la expectativa que tenemos”, acotó Martínez, que en 1983 empezó a estudiar administración de empresas en la Universidad de El Salvador, pero no pudo culminar la carrera por varios factores.
En las últimas décadas El Salvador ha mostrado un ritmo de crecimiento lento, de entre 2 % y el 3 % anual, insuficientes para proveer de empleo a la mayoría de la población.
Además, la inflación acumulada llegó a 27 % a mayo de 2024, debido al incremento de los precios de los alimentos. En consecuencia, quienes no alcanzan a cubrir esa alza, debido a los bajos salarios, pasan a estar bajo la línea de pobreza, dijo el economista Rafael Lemus, en una entrevista televisiva.
De la población total, 30,3 % se encontraba en pobreza en 2023, lo que representó alrededor de 1,9 millones de personas, 55 000 más que en 2022, reportó la prensa local.
“Desbaratar las pandillas ha sido clave, y por eso le hemos brindado una segunda oportunidad al presidente, pero en la economía estamos bastante mal”: Daniel Martínez.
En sus primeros cinco años de gobierno, que iniciaron el 1 de junio de 2019 y terminan este viernes 31 de mayo, Bukele se ganó el aplauso popular al arremeter contra las pandillas, llamadas “maras” en El Salvador, y anular su operatividad en los barrios y ciudades, aunque en el proceso se capturó a personas inocentes, que no son pandilleros.
También hay bastante evidencia de que al principio el presidente pactó bajo la mesa con las maras para mantener a raya los homicidios, luego por alguna razón el acuerdo se rompió y el presidente decidió combatirlas.
Esa política de mano dura, llamada régimen de excepción, se mantiene vigente desde marzo de 2022, y es esa estrategia por la que el mandatario salvadoreño es conocido internacionalmente. Fue la llave que le permitió mantener el apoyo de la gente y ganar un segundo mandato.
Las autoridades han encarcelado a más de 80 000 personas en el marco de la lucha contra las pandillas, según cifras oficiales. No se tiene claro cuántos de esos son inocentes, pero el gobierno ha sacado de las cárceles a unos 10 000 para que sigan el proceso judicial en libertad.
Varios jefes de Estado y de gobierno, o sus representantes, se darán cita a la investidura presidencial de Bukele, entre ellos el mandatario argentino, Javier Milei, quien ha profesado admiración por la estrategia de encarcelamientos masivos de su par salvadoreño.
Históricamente, el acucioso problema de los homicidios, mayoritariamente causados por las pandillas, había sido la preocupación número uno de los salvadoreños, y la economía el número dos. Una vez que se atajó los homicidios y la delincuencia, los temas económicos pasaron a encabezar el listado.
“Hemos sufrido tanto, no podíamos salir con tanta violencia, y eso ha mejorado mucho”, aseveró Ana Ruth Mazariego, de 56 años, mientras daba forma circular a las tortillas de maíz, que iba colocando en una plancha de metal para que se cuezan, en el pequeño emprendimiento en el que trabaja, en el norte de San Salvador.
Luego agregó: “Se debe de mejorar la parte del trabajo para que haya empleo para la gente que están desalojando en el centro (de San Salvador), tienen que ofrecerles otros medios, para no dejarlas sin su medio de ingresos”.
La mayoría de analistas concuerda en que, en efecto, mejorar el crecimiento económico para que haya más empleo, y de mejor calidad, será el principal reto de Bukele en los próximos cinco años.
“Si no se avanza en el área económica, eso puede convertirse en una demanda creciente de la gente que le puede ir restando simpatía”, aseguró Ramón Villalta, director ejecutivo de la Iniciativa Social para la Democracia, en entrevista con IPS.-
Eso puede resultarle crítico al presidente, si es que pretende afianzarse en el poder por más tiempo, como se sospecha. O aunque no, dañaría de todas formas a su partido Nuevas Ideas para seguir ganando elecciones.
Cambios constitucionales exprés: ¿reelección indefinida?
Las sospechas de que el mandatario salvadoreño busca permanecer más de dos periodos en el Ejecutivo van cobrando más fuerza, e incluso los mismos seguidores del mandatario se encargan de pregonar, en las redes sociales y en los programas de televisión, que si el pueblo así lo quiere, habrá Bukele para largo rato.
Hay otros hechos que pudieran indicar que se va en esa dirección y configurar una suerte de dictadura, al estilo de Daniel Ortega, en Nicaragua, advierten los analistas. Pero eso aún está por verse.
La unicameral Asamblea Legislativa, dominada por la banca de Nuevas Ideas, el partido de Bukele, aprobó en abril una reforma al artículo 248 de la Constitución que, en esencia, permite que las modificaciones hechas a la Carta Magna sean aprobadas por una misma legislatura, sin necesidad de esperar a que la siguiente, dentro de tres años, las ratifique.
Hasta ahora, el procedimiento había sido que una legislatura aprobaba los cambios a la Constitución con la mitad más uno de los votos de los diputados, y la siguiente, los ratificaba con los dos tercios.
Ahora, una misma legislatura puede hacer cambios constitucionales y ese mismo día ratificarlos con las tres cuartas partes de los votos, los que tiene de sobra la bancada oficialista. De hecho, se espera que la reforma hecha al artículo 248 sea ratificado pronto.
En junio de 2023, con los votos del oficialismo, la Asamblea redujo de 84 a 60 el número de diputados, y Nuevas Ideas tiene ahora el control casi absoluto, 56, más que suficientes para realizar los cambios constitucionales que desee el presidente y que pueden ser ratificados por ellos mismos, incluso el mismo día de la aprobación.
La exigencia de que fueran dos legislaturas las involucradas en la modificación de la Constitución, una que aprobara y otra que ratificara, tenía la lógica de que esas reformas no fueran producto de eventos políticos coyunturales ni resultado del capricho de un partido político en el poder.
De modo que, si de momento Bukele solo puede estar en el poder por dos periodos, porque así lo establecieron los cinco jueces de la Sala Constitucional, afines al oficialismo, los diputados de Nuevas Ideas pueden cambiar esa norma y establecer, por ejemplo, la reelección indefinida, entre varias otras reformas que Bukele necesite.
En septiembre de 2021 esos cinco jueces interpretaron los artículos de la Constitución que prohibían la reelección continua, y resolvieron que Bukele sí podía lanzarse para candidato nuevamente.
“Más allá de la reelección indefinida, que sí es una preocupación, hay que ver más ampliamente todas las reformas que se pueden aprobar y que pueden generar una afectación bastante grave al país”, acotó Villacorta.
Afectaciones que vayan minando el Estado de derecho del país, amplió.
Con la reforma al 248, “se deja la abierta la posibilidad de que pase cualquier cosa (con la Constitución), según lo necesite el presidente”, aseguró a IPS Eduardo Escobar, director ejecutivo de Acción Ciudadana.
Y añadió: “Van a ir moviendo las cosas según sea necesario, y va a llegar el momento en que verán el tema de la reelección y la pueden poner indefinida”.
ED: EG