Abril 18, 2024
Por Joseph Chamie
Este es un artículo de opinión de Joseph Chamie, demógrafo, consultor independiente y exdirector de la División de Población de las Naciones Unidas.
PORTLAND, Estados Unidos – Si bien el consenso internacional y la opinión pública mundial son rotundamente claros al exigir un alto el fuego inmediato a la guerra entre Hamas e Israel, sigue siendo incierto si éste se respetará.
El 7 de octubre de 2023, Hamás atacó a Israel, provocando aproximadamente 1.200 muertes y 240 rehenes. Casi diez semanas después del ataque que causó la muerte de miles de civiles palestinos en Gaza, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución el 12 de diciembre de 2023 destinada a abordar la guerra entre Hamás e Israel.
La resolución exigía un alto el fuego humanitario inmediato en Gaza, el cumplimiento del derecho internacional por parte de las partes y la liberación de todos los rehenes tomados por Hamás. La votación fue de 153 países a favor, 23 abstenciones y 10 en contra (Tabla 1).
Varios meses después de la resolución de alto el fuego de la Asamblea General de las Naciones Unidas y casi seis meses después del ataque del 7 de octubre de 2023, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptó, tras varios intentos fallidos, su primera resolución de alto el fuego el 25 de marzo de 2024, que muchos líderes mundiales acogieron con agrado. Los 14 miembros del consejo votaron a favor de la Resolución 2728 (2024) del Consejo de Seguridad y Estados Unidos se abstuvo.
La resolución exige que un alto el fuego inmediato entre en vigor durante el mes de Ramadán, que fue del 11 de marzo al 9 de abril de 2024. La resolución también pide la liberación incondicional de todos los rehenes y garantizar el acceso humanitario ante la necesidad urgente de ampliar el flujo de ayuda a Gaza.
El 28 de marzo, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) emitió una resolución pidiendo a Israel que permitiera el acceso sin obstáculos de la ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, que las Naciones Unidas advirtieron que estaba al borde de la hambruna. Ante el aumento vertiginoso de la desnutrición entre los niños, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) dijo que Israel necesitaba «intensificar» la ayuda humanitaria a Gaza o habría hambruna.
La CIJ reconoció que Israel ha provocado una hambruna en Gaza. Los jueces emitieron por unanimidad un fallo jurídicamente vinculante según el cual Israel debería “tomar todas las medidas necesarias y efectivas para garantizar, sin demora… la prestación sin obstáculos… de los servicios básicos y la asistencia humanitaria que se necesitan con urgencia” en Gaza.
El fallo de la CIJ es parte de la creciente presión mundial que empuja a Israel a hacer más para abordar la crisis humanitaria y la hambruna que se avecina en Gaza.
La resolución de la CIJ se produjo tras un caso presentado por Sudáfrica que acusa a Israel de genocidio por el Estado en Gaza. De conformidad con la decisión de la CIJ, un Tribunal Federal de Estados Unidos también dictaminó que la campaña militar de Israel en Gaza puede constituir genocidio.
Anteriormente, el 24 de enero de 2024, varias organizaciones internacionales exigieron un alto el fuego inmediato a la guerra entre Hamás e Israel. Entre esas organizaciones se encontraban agencias humanitarias, grupos de derechos humanos, grupos religiosos y funcionarios de las Naciones Unidas, entre ellos Amnistía Internacional, Christian Aid, la Red Internacional Médicos del Mundo, el Comité Central Menonita, Oxfam y Save the Children.
Esas organizaciones también pidieron a todos los Estados que detengan la transferencia de armas que puedan utilizarse para cometer violaciones del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos.
Se informa que el grupo palestino Hamás ha acogido con satisfacción la resolución del Consejo de Seguridad que pide un alto el fuego en Gaza. En un comunicado, Hamás dijo que estaba comprometido con las condiciones de la resolución.
Hamás añadió que afirma su disposición a participar en intercambios inmediatos de prisioneros en ambas partes y señaló que Israel debe rendir cuentas en su adhesión a la resolución del Consejo de Seguridad. Además, un funcionario de Hamás destacó la necesidad de alcanzar un alto el fuego permanente que conduzca al regreso de los desplazados y a la retirada de Israel de Gaza.
El gobierno israelí condenó la reciente votación del Consejo de Seguridad y dijo que la resolución socava los esfuerzos para asegurar la liberación de los cautivos en Gaza. Altos funcionarios israelíes indicaron que ignorarían el llamado a un alto el fuego y se habían fijado el objetivo de una “victoria total”.
Además, el ministro de Asuntos Exteriores de Israel dijo que a pesar de la resolución del Consejo de Seguridad, Israel no cesará el fuego en la Franja de Gaza. Añadió que Israel pretende destruir a Hamás y tiene la intención de continuar luchando hasta que todos los rehenes tomados el 7 de octubre sean devueltos a sus hogares.
Asimismo, el primer ministro de Israel declaró que el ejército seguiría adelante con su ofensiva contra Rafah, la ciudad en el extremo sur de Gaza donde se estima que se refugian aproximadamente 1,5 millones de palestinos desplazados.
También recientemente, en una reunión del gabinete israelí, el primer ministro declaró que Israel está “a un paso de la victoria” para ganar la guerra con Hamás y prometió que no habría tregua hasta que Hamás libere a todos los rehenes.
Muchos países, incluido Estados Unidos, han advertido a Israel sobre su propuesta de ofensiva terrestre a gran escala en Rafah debido a sus graves consecuencias humanitarias y a la preocupación por la salvaguardia de los palestinos inocentes que buscan refugio allí.
La opinión mundial sobre la guerra entre Hamas e Israel y la necesidad de un alto el fuego inmediato se refleja claramente en la votación de la Asamblea General de la ONU el 12 de diciembre de 2023.
La proporción de países a favor de esa resolución de la ONU fue de 82 %, lo que representa 90 % de la población mundial. La proporción de países que se opusieron a la resolución fue de 5 %, lo que representa 5 % de la población mundial, pero 0,9 % de la población mundial si se excluye a Estados Unidos (Imagen 1).
Además, una encuesta de Eurotrack realizada en noviembre de 2023 en siete países de Europa occidental (Dinamarca, Francia, Alemania, Italia, España, Suecia y el Reino Unido) informó que la mayoría de los europeos, entre 55 y 73 %, pensaba que Israel debería detener su campaña militar y llamar a un alto el fuego. En Alemania, por ejemplo, casi 70 % de los alemanes encuestados sentían que las acciones militares de Israel no eran justificables.
También es importante señalar que una encuesta nacional realizada en marzo en Estados Unidos halló que una sólida mayoría de estadounidenses, 55 %, desaprueba las acciones militares de Israel.
Una encuesta nacional anterior realizada en noviembre informó que la mayoría de los estadounidenses, 68 %, pensaba que Israel debería pedir un alto el fuego e intentar negociar la guerra entre Hamas e Israel, que se ha convertido en una crisis humanitaria. Esa proporción, dos tercios de los votantes estadounidenses, continuó manteniéndose en una encuesta nacional realizada en febrero.
A pesar de la oposición de la mayoría de los estadounidenses a las acciones bélicas de Israel y los llamamientos a un alto el fuego, el gobierno de Joe Biden ha autorizado “silenciosamente” envíos de armas a Israel. Esos envíos incluyen más de 1.800 bombas MK84 de 2.000 libras y 500 bombas MK82 de 500 libras, así como 25 aviones de combate F-35A y motores por un valor aproximado de 2500 millones de dólares.
Los críticos de Biden creen que se ha alineado demasiado con el gobierno israelí. Les preocupa la complicidad de Estados Unidos en la cuestión moral que rodea a la guerra, que ha dejado al gobierno estadounidense moralmente comprometido y defendiendo un flagrante doble rasero en materia de derechos humanos.
Además, criticaron al presidente estadounidense por no tomar medidas más enérgicas para promover un alto el fuego y ayudar a los civiles palestinos en Gaza.
Debido principalmente a los intensos bombardeos aéreos de Israel, más de 70 % de las casas en Gaza han sido destruidas y más de 33 000 palestinos han muerto, dos tercios de ellos mujeres y niños. Además, más de 75 000 palestinos han resultado heridos y la mayoría de los palestinos que viven en Gaza han sido desplazados y viven en campamentos miserables con pocos alimentos, agua y combustible.
Esas críticas verbales a las políticas estadounidenses han creado dificultades para Biden en los votos de protesta en varias primarias estatales en todo el país, además de representar riesgos para su campaña de reelección.
Incluso dentro de Israel, un número cada vez mayor de israelíes dice que un alto el fuego es la mejor manera de salvar a los cautivos israelíes retenidos por Hamás. Algunos tampoco creen que se puedan lograr los objetivos de la guerra y sienten que la matanza de civiles palestinos inocentes en Gaza pone en peligro la seguridad de Israel a largo plazo.
En un acontecimiento reciente tras la adopción de la resolución de alto el fuego del Consejo de Seguridad de la ONU, Estados Unidos restó importancia a la resolución, afirmando que no es jurídicamente vinculante. En consecuencia, según el gobierno de Biden, la resolución no tiene ningún impacto en la capacidad de Israel para continuar su guerra con Hamás y Estados Unidos continuará con sus flujos de armamentos hacia Israel.
Sin embargo, muchos países, así como expertos en derecho internacional, han afirmado que todas las resoluciones del Consejo de Seguridad son vinculantes y obligatorias. Además, las Naciones Unidas han dicho que todas las resoluciones del Consejo de Seguridad son derecho internacional y por lo tanto son vinculantes como leyes internacionales. El secretario general de la ONU destacó que la resolución debe implementarse y que el fracaso sería imperdonable.
A medida que la guerra entre Hamás e Israel entra en su séptimo mes, algunos en Israel, incluidos funcionarios del actual gobierno israelí, que es una coalición de derecha que incluye a nacionalistas religiosos, creen que habrá un largo camino de guerra por delante.
Sin embargo, las protestas antigubernamentales en las ciudades israelíes están instando al gobierno a alcanzar un acuerdo de alto el fuego para liberar a todos los rehenes retenidos en Gaza por Hamás y celebrar elecciones anticipadas.
Muchas de las familias de los rehenes que protestan creen que se está acabando el tiempo para los rehenes tomados el 7 de octubre y están expresando su descontento con el manejo de la guerra por parte del primer ministro después de seis meses en Gaza.
En un acontecimiento reciente relacionado con las noticias sobre la guerra, el primer ministro israelí, con un apoyo abrumador en la Knesset, dijo que planea “actuar inmediatamente” sobre una nueva ley israelí que otorga a altos funcionarios del gobierno poder para cerrar redes de noticias extranjeras ubicadas en Israel por motivos de seguridad nacional.
Los expertos en libertad de prensa advirtieron que el cierre de Al Jazeera podría sentar un precedente peligroso en Israel.
La guerra entre Hamás e Israel ha entrado ahora en su séptimo mes. Decenas de miles de civiles palestinos han resultado muertos, heridos y desplazados y decenas de rehenes siguen cautivos en Gaza.
Además, una semana después de la adopción de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía un alto el fuego inmediato, la liberación de rehenes y una mayor ayuda a Gaza, los ataques militares israelíes contra una comitiva de ayuda aprobada dirigida por el grupo benéfico World Central Kitchen (WCK) mataron a siete de sus empleados en Gaza.
Desde el ataque del 7 de octubre de 2023 contra Israel, Gaza ha sido el lugar más mortífero para los trabajadores humanitarios, con un total de 224 fallecidos en la guerra entre Hamás e Israel.
El ataque más reciente a la comitiva de WCK también está haciendo retroceder los intentos de varios países y grupos de ayuda de abordar la crisis de hambre de los palestinos en Gaza. El mortal incidente ocurrido en el convoy de ayuda alimentaria también ha contribuido al creciente aislamiento internacional de Israel.
Muchos países, entre ellos Australia, Gran Bretaña y Estados Unidos, condenaron el ataque al convoy de ayuda alimentaria de WCK que resultó en la muerte de siete de sus trabajadores y exigieron explicaciones a Israel. Algunos líderes occidentales se unieron a WCK para pedir una investigación independiente porque creen que “el perpetrador no puede estar investigándose a sí mismo”.
Además, en una reciente entrevista televisiva transmitida en Estados Unidos, el afligido director de WCK dijo: “Esto ya no parece una guerra para defender a Israel. En este punto, esto realmente parece una guerra contra la humanidad misma”.
Se informó que el presidente estadounidense Biden estaba “indignado” por el ataque a la comitiva de ayuda alimentaria WCK y lo calificó de “inaceptable”. Dijo que Israel no ha hecho lo suficiente para proteger a los civiles en Gaza y enfatizó la necesidad de un alto el fuego inmediato y de que el gobierno israelí concluya un acuerdo sin demora para traer a los rehenes a casa.
Además, en una reciente conversación telefónica con el primer ministro israelí, el presidente estadounidense indicó que si Israel no cambia de rumbo en Gaza, “no podremos apoyarle”.
Un resultado de ese intercambio fue la decisión de Israel de abrir el puerto de Ashdod y el cruce de Erez en el norte de Gaza. Sin embargo, Israel aún tiene que indicar cuándo y qué tipo de ayuda se permitirá ingresar a Gaza.
El consenso internacional y la opinión pública mundial respecto de la guerra entre Hamás e Israel, que se ha convertido en uno de los conflictos más destructivos, mortíferos e intratables del siglo XXI, son sobradamente claros.
Sin embargo, aún queda por ver si la Resolución 2728 del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la guerra entre Hamás e Israel logrará sus objetivos principales de un alto el fuego inmediato, la liberación incondicional de todos los rehenes y la urgente necesidad de ampliar el flujo de ayuda humanitaria a los palestinos en Gaza. Una pregunta abierta pero con algunas señales esperanzadoras.
Joseph Chamie es demógrafo consultor independiente. Fue director de la División de Población de las Naciones Unidas y autor de numerosas publicaciones sobre temas de población, incluido su libro más reciente: “Nacimientos, muertes, migraciones y otros asuntos importantes sobre población”.
T: MLM / ED: EG