Abril 8, 2024
Por Corresponsal de IPS
NACIONES UNIDAS – El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reunió este lunes 8 para debatir la solicitud de adhesión de Palestina como miembro pleno de la organización, una propuesta que ya recibió un jarro de agua fría de parte de Estados Unidos.
“El Comité (de Admisiones) tiene que deliberar dentro del mes de abril. Cualquier miembro del Consejo puede decidir presentar una resolución de adhesión para que se vote en cualquier momento”, dijo al inició de la reunión la embajadora de Malta, Vanessa Frazier, que ostenta la presidencia rotatoria del Consejo.
Antes de la sesión, el subjefe de la delegación de Estados Unidos en la ONU, Robert Wood, declaró que “nuestra postura es que la cuestión de la plena adhesión de Palestina es una decisión que debe ser negociada entre Israel y los palestinos”.
El tema “era una cuestión de estatus final bajo los acuerdos de Oslo (entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina, en 1993). Las partes deben llegar a un acuerdo y así es como debe producirse la plena adhesión” de un Estado palestino a la ONU, dijo Wood.
Israel se opone actualmente a la existencia de Palestina como país soberano, y esa nación tiene en la ONU el estatus de “Estado observador no miembro”, el cual también lo ostenta la Ciudad del Vaticano.
El Consejo de Seguridad, de 15 miembros, estudia la solicitud palestina, que data de 2011 y fue nuevamente presentada la semana pasada por su delegado ante la organización, Riyad Mansour.
La recomendación favorable del Consejo de Seguridad es un requisito indispensable para que pueda decidir sobre la membresía la Asamblea General de la ONU, de 193 países.
En el Consejo se requiere que haya al menos nueve votos a favor entre los 15, y ningún veto de los cinco miembros permanentes: China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia.
Mientras, en la Franja de Gaza (con Cisjordania, uno de los dos territorios palestinos ocupados por Israel), escenario de una ofensiva militar israelí durante seis meses, se ha producido un retiro parcial del ejército atacante en áreas del sur.
El retiro no significa cambio en los objetivos militares fijador por Israel, sino solo una pausa, pues el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu declaró que ya está fijada una fecha para la invasión de Rafah, la ciudad más al sur de la franja, aunque no la reveló.
Rafah, originalmente de unos 200 000 habitantes, en el extremo sur de la Franja y paso fronterizo con Egipto, recibió en los meses del actual conflicto a más de un millón de desplazados de otras áreas de Gaza, que en total sumaba unos 2,3 millones de habitantes apretujados en un espacio de 365 kilómetros cuadrados.
Parte de esos refugiados se desplazan ahora hacia la ciudad de Jan Yunis, inmediatamente al norte de Rafah, donde un ataque israelí puede tener consecuencias humanitarias desastrosas, según entidades de las Naciones Unidas.
El actual curso del conflicto estalló después de que el pasado 7 de octubre la milicia islamista Hamás atacó desde Gaza el sur israelí y en la operación murieron 1200 personas y unas 250 fueron tomadas como rehenes, según Tel Aviv.
La respuesta militar israelí ha causado la muerte de unas 33 000 personas y heridas a más de 73 000, según fuentes palestinas, y ha destruido miles edificaciones e inutilizado instalaciones de provisión de alimentos, agua, electricidad, combustible, comunicaciones y servicios de salud y educación.
Las agencias humanitarias coordinadas por la ONU logran llevar auxilios a la población palestina, pero de modo insuficiente e intermitente, a través de camiones que ingresan desde Egipto por Rafah, pero reclaman que Israel permita que ingrese más ayuda desde el puerto israelí de Ashdod, al norte de la Franja.
Entretanto, continúan las tratativas –con Egipto, Estados Unidos y Qatar en plan de mediadores- tendientes a conseguir un alto el fuego que permita un mayor ingreso de ayuda humanitaria a Gaza, y la liberación de algunos de los 133 rehenes que se considera que aún están en manos de Hamás.
A-E/HM