Por Britta Schultejans (dpa)
Múnich/Praga, 19 mar (dpa) – Hace 100 años moría el escritor Franz Kafka, dejando como legado algunas de las obras más perturbadoras de la literatura universal. Una nueva serie alemana, a punto de estrenarse en estos días, entrelaza vida y obra del gran escritor, en el mejor sentido kafkiano.
Y es que los angustiantes y, a primera vista, absurdos escenarios que Kafka creó con su singular forma de expresar sobriamente el espanto, siguen figurando entre las obras más influyentes de la literatura universal. Como cuando un empleado que se despierta por la mañana convertido en un enorme insecto («La metamorfosis») o un hombre al que simplemente lo arrestan sin que sepa por qué («El proceso»).
Con motivo del 100º aniversario de la muerte de Kafka, que se cumple el próximo 3 de junio, esta miniserie pone el foco en este hombre que durante su corta vida (1883-1924) logró forjar una obra tan trascendente como enigmática.
A partir de este miércoles, la serie «Kafka» podrá verse en la mediateca del canal público alemán ARD, mientras que la semana próxima -el 26 y 27 de marzo- se exhibirá en la señal televisiva de ARD.
A lo largo de seis episodios de 45 minutos, que abordan al autor a través de las personas que le fueron próximas o influyeron en él, se entrelazan brillantemente vida y obra del gran escritor -que dice de sí mismo con una mezcla de genuina incertidumbre y coquetería: «soy -si acaso- un poeta muy pequeño»-.
«Desde mi punto de vista, era un maestro de la observación. Nunca se limitaba a ‘mirar'», dice a dpa Joel Basman, el actor que encarna a Kafka.
Basman, quien redondea una interpretación de excelencia, asegura que se alegra de haber descubierto «un lado muy divertido» del escritor. En la serie, se cita una vez a Kafka diciendo: «Piense en mí como en un sueño».
Pero no solamente Kafka fue un amante de los detalles. Los realizadores de la serie, el director David Schalko y el guionista Daniel Kehlmann, demuestran hasta qué punto se familiarizaron con la compleja obra del autor.
Por ejemplo, cuando Kafka se siente como Josef K. en «El proceso», en la confrontación con su eterna prometida Felice Bauer (Lia von Blarer), emerge una de las frases más célebres de la literatura en lengua alemana: «Alguien debía de haber calumniado a Josef K., porque, sin haber hecho nada malo, fue detenido una mañana».
«Kafka» es una serie inusualmente narrada, apasionada por los detalles y cautivadora, así como kafkiana en el mejor sentido. A ello contribuye también un reparto de primerísima línea. Ya solamente Lars Eidinger, como el inquietante Rainer Maria Rilke, representa una auténtica delicia. Y David Kriss («El lector») interpreta a Max Brod, el mejor amigo y futuro albacea de Kafka.
El canal ARD, con justificado orgullo, le mostró la serie a algunos de los grandes literatos de nuestro tiempo. En el cuadernillo de prensa, se cita nada menos que a Salman Rushdie con las siguientes palabras:
«Las obras de Kafka se entretejen en su vida con extraordinaria habilidad. La serie rinde un magnífico homenaje a uno de los verdaderos gigantes de la literatura del siglo XX». Ian McEwan complementa: «‘Kafka’ es sencillamente brillante».
La serie de ARD es un logrado producto artístico, pero no el único, en dedicarse por estos días al fenómeno Kafka en el centenario de la muerte del escritor.
A mediados de marzo se estrenó en los cines la película «Die Herrlichkeit des Lebens» («The Glory of Life»), de Georg Maas y Judith Kaufmann, sobre el último año de vida del autor y su último amor, Dora Diamant.