MADRID, 12 Mar. 2024 (Europa Press) – Un antiguo empleado de Boeing, John Barnett, conocido por alertar sobre problemas en los estándares de producción de la compañía en la fábrica del 787 Dreamliner de North Charleston (Carolina del Sur, Estados Unidos), ha sido hallado muerto el pasado 9 de marzo por una herida «autoinfligida».
En los días previos a su muerte, Barnett había estado testificando en un juicio por denuncia de irregularidades contra el fabricante de aviones, según recoge el medio británico BBC.
Así, Boeing ha manifestado su tristeza por el fallecimiento de Barnett, que había trabajado para la compañía durante 32 años, hasta su jubilación en 2017. Además, desde 2010 fue responsable de calidad en la planta de North Charleston que fabrica el 787 Dreamliner.
En 2019, el ex empleado señaló a la BBC que los trabajadores bajo presión habían estado montando deliberadamente piezas de calidad inferior a los aviones en la línea de producción. También desveló que había descubierto graves problemas con los sistemas de oxígeno, lo que podría significar que una de cada cuatro máscaras de respiración no funcionaría en caso de emergencia.
Asimismo, poco después de empezar a trabajar en Carolina del Sur, le empezó a preocupar que la urgencia por fabricar nuevos aviones precipitara el proceso de montaje y pusiera en peligro la seguridad, algo que la empresa negó.
Más tarde declaró a la BBC que los trabajadores no habían seguido los procedimientos previstos para el seguimiento de los componentes a través de la fábrica, lo que había permitido la desaparición de componentes defectuosos.
En algunos casos, incluso se retiraron piezas de calidad inferior de los contenedores de chatarra y se instalaron en aviones que se estaban construyendo para evitar retrasos en la cadena de producción.
Estados Unidos abre una investigación penal contra Boeing
El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha iniciado una investigación penal contra Boeing por el desprendimiento de un panel en un avión 737 Max 9 de Alaska Airlines en pleno vuelo el pasado 5 de enero y que obligó a un aterrizaje forzoso.
Así, los investigadores ya se han comunicado con algunos pasajeros y tripulantes de ese vuelo, entre los que se incluyen pilotos y asistentes de vuelo, según recoge el diario ‘Wall Street Journal’.
Desde Alaska Airlines han señalado que «en un suceso como éste, es normal que el Departamento de Justicia esté llevando a cabo una investigación». «Estamos cooperando plenamente y no creemos que seamos un objetivo de la investigación», ha añadido la aerolínea.
En concreto, el Boeing de Alaska Airlines sufrió un desprendimiento de un panel siete minutos después de despegar de Portland (Oregón), lo que obligó a los pilotos a realizar un aterrizaje de emergencia sin que hubiera heridos.
Desde entonces, el fabricante estadounidense ha estado bajo escrutinio de las autoridades del país, como la Administración Federal de Aviación (FAA), que detectó en un auditoria reciente múltiples casos que incumplían los requisitos de control de calidad en la fabricación de aviones comerciales.
En esta línea, el informe apunta a problemas de incumplimiento en el control del proceso de fabricación, la manipulación y el almacenamiento de piezas y el control de productos del fabricante estadounidense.
El mes pasado, Bloomberg ya informó que el Departamento de Justicia estaba analizando el incidente de Alaska Airlines, examinando si entraba en el ámbito del acuerdo de enjuiciamiento diferido que el Gobierno firmó en 2021 con el fabricante de aviones por dos accidentes mortales anteriores de su avión 737 Max.