Por Eberhard Reuss (dpa)
Heidelberg (Alemania), 21 nov – El museo Sammlung Prinzhorn de la ciudad alemana de Heidelberg mostrará desde el jueves y hasta el 31 de marzo una selección de pinturas y dibujos de más de una veintena de mujeres, hombres y niños que fueron pacientes psiquiátricos y murieron a manos del nazismo.
La muestra, llamada «Personas que podrían haber seguido viviendo», está integrada por obras de artistas como Hanna Hellman, que durante su internación en un centro psiquiátrico pintó más de 1.800 acuarelas con motivos florales que enviaba a su familia todas las semanas.
«Mi querida hermana, lo que tengo para decir, lo dicen las pinturas», escribió.
En 1942, los nazis entraron en la clínica judía Jacoby, cerca de Koblenz, y deportaron a Hellmann y todos los demás pacientes. La artista, de 64 años, fue asesinada poco después en el campo de exterminio Sobibor.
Además de una selección de las pinturas de Hellman, se podrán ver otros 120 dibujos y pinturas. El título de la muestra («Personas que podrían haber seguido viviendo») es atribuido a Elfriede Lohse-Wächtler, una artista que registró en sus dibujos la vida cotidiana de sus compañeros pacientes psiquiátricos y comentó: «Aquí hay gente enterrada viva».
Lohse-Wächtler fue víctima de su matrimonio fallido y de la psiquiatría nazi, según dijo el director de la colección, Thomas Röske.
«Su marido la engañó y se divorció con la excusa de que era una enferma mental incurable. De esta forma la dejó en manos de la psiquiatría. Fue inhabilitada, esterilizada a la fuerza y asesinada en el centro de exterminio de Pirna-Sonneberg en 1940», añadió.
Hasta 300.000 personas murieron víctimas de la eutanasia en tiempos del nazismo, y se estima que 400.000 fueron esterilizadas de forma forzosa. El museo Sammlung Prinzhorn hará ahora visibles los destinos detrás de estos números. Entre las obras expuestas hay varios testimonios de sus temores y experiencias traumáticas.
Wilhelm Werner, por ejemplo, que era paciente del centro Werneck, cerca de Schweinfurt, fue esterilizado de forma forzada y plasmó esta experiencia en un ciclo de obras con el título original de «Siegeszug der Sterelation» (marcha triunfal a la esterilización).
Werner fue asesinado en 1940. Un empleado del centro guardó sus dibujos. En 2008, el Sammlung Prinzhorn adquirió los 44 dibujos con lápiz.
También hay dibujos de Theodor Wagemann. De joven, había acompañado a contrabandistas a través de la frontera cerca de Aachen. Cuando los empleados de aduana le dispararon, Wagemann, que tenía 15 años y era aprendiz de sastre, entró en estado de ‘shock’ y dejó de hablar. En 1933 le diagnosticaron una psicosis.
Como paciente, Wagemann fue esterilizado de forma forzada. Un médico que era amigo de sus padres evitó que fuera asesinado. Hasta su muerte en 1998, Wagemann vivió en distintos centros de asistencia e hizo cientos de dibujos que mostraban a Hitler y otros nazis de alto rango.
En su búsqueda del inconsciente como supuesto origen del arte, el psiquiatra Hans Prinzhorn recopiló obras de pacientes psiquiátricos en el Hospital Universitario de Heidelberg hace más de 100 años. Como resultado de sus indagaciones, recibió más de 5.000 dibujos y obras de personas internadas en instituciones psiquiátricas.
En 1922, Prinzhorn publicó un libro ilustrado pionero titulado «Bildnerei der Geisteskranken» («El arte de los enfermos mentales»), que se convirtió en una especie de «biblia surrealista» y cimentó el término «outsider art» tras la Segunda Guerra Mundial.
Prinzhorn no llegó a vivir todo esto y murió poco después de que los nazis asumieran el poder. La colección que lleva su nombre sirvió a los idéologos nazis como «material comparativo» para difamar el arte moderno como «enfermo».
Hacia el final de la dictadura nazi, la colección histórica Prinzhorn abarcaba más de 6.000 trabajos de 485 pacientes. Actualmente, este acervo suma más de 40.000 obras por donaciones y compras.
De acuerdo con las investigaciones que hay hasta el momento, al menos 45 de los artistas de Prinzhorn murieron por crímenes del nazismo. «Nos esforzamos por darle a los y las artistas representados aquí una cara y una voz mostrando sus obras», señalan Thomas Röske y su equipo en la muestra.