Franja de Gaza: por qué la historia de este enclave es clave para entender el conflicto actual

Franja de Gaza: por qué la historia de este enclave tan masificado es clave para entender el conflicto actual

Destruction from the latest siege of Gaza.
Ashraf Amra/Anadolu via Getty Images)

Maha Nassar, University of Arizona

El foco del conflicto en Oriente Próximo ha vuelto de nuevo a la Franja de Gaza, con el Gobierno de Israel ordenando un “asedio completo” del enclave palestino.

Al margen de los bombardeos, la orden de cortar el suministro de alimentos, la electricidad y el agua no hará sino empeorar la difícil situación de los residentes en lo que se ha denominado la “mayor prisión al aire libre del mundo.”

Pero, ¿cómo se convirtió Gaza en una de las zonas más densamente pobladas del planeta? ¿Y por qué es ahora un territorio controlado por Hamás? Como estudiosa de la historia palestina, creo que comprender las respuestas a estas preguntas proporciona un contexto histórico crucial para la violencia actual.

Breve historia de Gaza

La Franja de Gaza es un estrecho pedazo de tierra en la orilla sureste del mar Mediterráneo. Tiene aproximadamente el doble del tamaño de Washington, D.C. y está encajonada entre Israel, al norte y al este, y Egipto, al sur.

Antiguo puerto comercial y marítimo, Gaza ha formado parte durante mucho tiempo de la región geográfica conocida como Palestina. A principios del siglo XX, estaba habitada principalmente por árabes musulmanes y cristianos que vivían bajo dominio otomano. Cuando Gran Bretaña tomó el control de Palestina tras la Primera Guerra Mundial, los intelectuales de Gaza se unieron al emergente movimiento nacional palestino.

Durante la guerra de 1948 que estableció el Estado de Israel, el ejército israelí bombardeó 29 pueblos del sur de Palestina, lo que llevó a decenas de miles de aldeanos a huir a la Franja de Gaza, bajo el control del ejército egipcio que se desplegó después de que Israel declarara la independencia. La mayoría de ellos y sus descendientes permanecen allí hoy en día.

Tras la Guerra de los Seis Días de 1967 entre Israel y sus vecinos árabes, la Franja de Gaza quedó bajo ocupación militar israelí. La ocupación ha dado lugar a “violaciones sistemáticas de los derechos humanos”, según Amnistía Internacional, entre ellas la expulsión de la población de sus tierras, la destrucción de viviendas y la represión incluso de formas no violentas de disidencia política.

Los palestinos protagonizaron dos grandes levantamientos, en 1987-1991 y en 2000-2005, con la esperanza de poner fin a la ocupación y establecer un Estado palestino independiente.

Hamás, grupo militante islamista palestino con sede en Gaza, se fundó en 1988 para luchar contra la ocupación. Hamás y otros grupos militantes lanzaron repetidos ataques contra objetivos israelíes en Gaza, lo que llevó a la retirada unilateral de Israel de Gaza en 2005. En 2006 se celebraron elecciones legislativas palestinas. Hamás venció a su rival laico, Fatah, que había sido ampliamente acusado de corrupción. No se han celebrado elecciones en Gaza desde 2006, pero los sondeos de marzo de 2023 revelaron que el 45 % de los gazatíes apoyaría a Hamás en caso de celebrarse una votación, por delante de Fatah, con un 32 %.

Tras un breve conflicto entre militantes de Hamás y Fatah en mayo de 2007, Hamás se hizo con el control total de la Franja. Desde entonces, Gaza ha estado bajo el control administrativo de Hamás, aunque las Naciones Unidas, el Departamento de Estado de Estados Unidos y otros organismos internacionales siguen considerando que está bajo ocupación israelí.

¿Quiénes son los palestinos de Gaza?

Los más de 2 millones de habitantes de la Franja de Gaza forman parte de la comunidad palestina mundial de 14 millones de personas. Aproximadamente un tercio de los habitantes de Gaza tiene sus raíces familiares en tierras de la Franja. Los dos tercios restantes son refugiados de la guerra de 1948 y sus descendientes, muchos de los cuales proceden de ciudades y pueblos de los alrededores de Gaza.

Un mural azul, rojo y amarillo en una pared en la que hay una ventana por la que mira un niño.
Un mural recién pintado en el campo de refugiados palestinos de Shati, en la ciudad de Gaza.
Majdi Fathi/NurPhoto via Getty Images

Gaza tiene una población muy joven: casi la mitad de sus habitantes tiene menos de 18 años. El enclave es también muy pobre, con una tasa de pobreza que se sitúa en el 53%.

A pesar de este sombrío panorama económico, los niveles de educación son bastante altos. Más del 95 % de los niños gazatíes de 6 a 12 años están escolarizados. La mayoría termina el bachillerato, y el 57 % de los alumnos de la prestigiosa Universidad Islámica de Gaza son mujeres.

Pero los jóvenes lo tienen realmente difícil para salir adelante. Para los licenciados de entre 19 y 29 años, la tasa de desempleo se sitúa en el 70 %. Y una encuesta del Banco Mundial realizada a principios de este año reveló que el 71 % de los habitantes de Gaza muestra signos de depresión y altos niveles de trastorno de estrés postraumático.

Hay varios factores que contribuyen a esta situación. Uno de los principales es el bloqueo de 16 años que Israel y Egipto, con el apoyo de Estados Unidos, han impuesto a Gaza.

Años de bloqueo

Poco después de las elecciones de 2006, la administración Bush intentó obligar a Hamás a abandonar el poder y colocar a un líder rival del partido Fatah que se consideraba más cercano a Israel y Estados Unidos. Hamás se adelantó a la operación y tomó el control total de Gaza en mayo de 2007. En respuesta, Israel y Egipto –con el apoyo de Estados Unidos y Europa– cerraron los pasos fronterizos de entrada y salida de la Franja e impusieron un bloqueo terrestre, aéreo y marítimo.

El bloqueo, que sigue en vigor, limita la importación de alimentos, combustible y material de construcción. Limita hasta dónde pueden salir al mar los pescadores de Gaza, prohíbe casi todas las exportaciones e impone estrictas limitaciones a la circulación de personas dentro y fuera de Gaza.

Los años de cierre han devastado la vida de los palestinos de Gaza. Sus habitantes no tienen agua suficiente para beber y para el saneamiento. Se enfrentan a cortes de electricidad que duran de 12 a 18 horas cada día. Sin agua ni electricidad suficientes, el frágil sistema sanitario de Gaza está “al borde del colapso”, según el grupo de derechos médicos Medical Aid for Palestine.

Estas restricciones afectan especialmente a los jóvenes y las personas más vulnerables. Israel niega sistemáticamente a los pacientes enfermos los permisos que necesitan para recibir atención médica fuera de Gaza. Los estudiantes brillantes con becas para estudiar en el extranjero a menudo se encuentran con que no pueden salir.

Los expertos de la ONU afirman que este bloqueo es ilegal según el derecho internacional. Sostienen que equivale a un castigo colectivo de los palestinos de Gaza, una violación de la Convención de La Haya y de las Convenciones de Ginebra que forman la columna vertebral del derecho internacional.

El sufrimiento no tiene fin

Israel afirma que el bloqueo de Gaza es necesario para garantizar la seguridad de su población y que se levantará cuando Hamás renuncie a la violencia, reconozca a Israel y cumpla los acuerdos anteriores.

Pero Hamás ha rechazado sistemáticamente este ultimátum. En su lugar, los combatientes intensificaron el lanzamiento de cohetes caseros y morteros contra las zonas pobladas que rodean la Franja de Gaza en 2008, con el fin de presionar a Israel para que levantara el bloqueo.

Tres hombres vestidos con ropa militar y armados junto a un muro.
Soldados israelíes toman posiciones en Gaza en 1993.
STR/AFP via Getty Images

Israel ha lanzado cuatro grandes ataques militares contra Gaza –en 2008-2009, 2012, 2014 y 2021– para destruir la capacidad militar de Hamás. Esas guerras mataron a cuatro mil palestinos, más de la mitad de los cuales eran civiles, junto a 106 personas en Israel.

Durante ese tiempo, la ONU calcula que se han producido daños por valor de más de 5 000 millones de dólares en los hogares, la agricultura, la industria y las infraestructuras de electricidad y agua de Gaza.

Cada una de esas guerras terminó con un frágil alto el fuego, pero sin una resolución real del conflicto. Israel pretende disuadir a Hamás de lanzar cohetes. Hamás y otros grupos militantes afirman que, incluso cuando han respetado anteriores alto el fuego, Israel ha seguido atacando a los palestinos y se ha negado a levantar el bloqueo.

Hamás ha ofrecido una tregua de larga duración a cambio de que Israel ponga fin al bloqueo de Gaza. Israel se ha negado a aceptar la oferta, aferrándose a su postura de que Hamás debe primero poner fin a la violencia y reconocer a Israel.

En los meses previos a la última escalada, las condiciones en Gaza se han deteriorado aún más. El Fondo Monetario Internacional informó en septiembre de que las perspectivas económicas de Gaza “siguen siendo nefastas”. La situación se agravó cuando Israel anunció el 5 de septiembre que interrumpía todas las exportaciones desde un paso fronterizo clave de Gaza.

Sin un final a la vista para el sufrimiento causado por el bloqueo, parece que Hamás ha decidido poner fin al statu quo con un ataque sorpresa contra israelíes, incluidos civiles. Los ataques aéreos de represalia de Israel y su imposición de un “asedio total” a la franja han provocado aún más sufrimiento sobre los gazatíes de a pie.

Es un trágico recordatorio de que los civiles se llevan siempre la peor parte de los conflictos.The Conversation

Maha Nassar, Associate Professor in the School of Middle Eastern and North African Studies, University of Arizona

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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