Por Gregor Tholl (dpa)
Berlín, 21 ago (dpa) – El novio de Lola la llama desde una cabina telefónica, porque perdió una bolsa con 100.000 marcos alemanes. Manni debe entregar ese dinero a su jefe, ya que de lo contrario se meterá en gravísimos problemas.
Por eso, le implora a Lola que lo ayude, ya que de lo contrario asaltará un supermercado puntualmente a las 12. «Espera», le grita Lola decidida y sale corriendo. El desafío es conseguir el dinero y rescatar a su amor en un lapso de solamente 20 minutos.
Este periodo es presentado tres veces durante «Corre, Lola, corre», dirigida por Tom Tykwer, protagonizada por Franka Potente como la protagonista de cabello rojo y Moritz Bleibtreu en el rol de Manni.
El estreno cinematográfico de este film que transcurre a toda velocidad tuvo lugar en agosto de 1998 y desde entonces se convirtió en una película de culto, a la vez que impactó a Hollywood y propagó a nivel global una imagen «cool» de Berlín.
Sin embargo, 25 años después, esta cinta que ronda lo experimental pese a su apariencia moderna es literalmente de otro siglo y, de hecho, parece haber quedado superada por el paso del tiempo.
¿Marcos alemanes? ¿Cabina telefónica? La trama de «Corre, Lola, corre» se enraiza fuertemente en la década de los ’90. Actualmente Manni no se habría visto obligado a buscar una cabina telefónica para contarle su dilema a Lola. La habría llamado directamente desde su teléfono inteligente o bien le habría escrito un mensaje.
E incluso probablemente nada de esto habría sucedido, porque con tanto dinero no habría tomado el metro, donde perdió la bolsa, sino que habría pedido un taxi vía alguna aplicación.
Tom Tkywer comenta al respecto: «Una gran parte de las películas del último siglo deberían ser nuevamente contadas a partir de la invención del ‘smartphone’, si solamente dependiera de la historia».
Sin embargo, se encarga de aclarar, no depende estrictamente de eso si un film envejece bien o no. «Las buenas películas no construyen su potencia solamente a partir de la trama, sino también de la belleza de su construcción, de una determinada atmósfera, una energía, y a veces también una performance extraordinaria».
El realizador de 58 años opina también: «Las películas importantes son como confidentes o amigos que nos acompañan a lo largo de la vida. A algunas las perdemos de vista con los años y de repente ya no tienen nada para decirnos. Con otras mantenemos una conexión para siempre. Y de vez en cuando redescubres perlas del pasado y te vuelves a enamorar».
El director de cintas como «Cloud Atlas» y «Tres» admite: «No vuelvo a ver nunca mis propias películas cuando ya las dejé atrás». Sin embargo, a causa del aniversario de «Corre, Lola, corre», volvió a verla.
«Para su edad la encontré muy fresca. ‘¿Cómo lo logramos entonces?’, me pregunté. Y pensé que por entonces realmente era otra persona, hoy en día no podría hacer una película así. Fue una sensación interesante», apunta el realizador.
Algunos conocedores de Berlín todavía se siguen enojando hasta hoy por la carrera de la protagonista, porque es imposible que realmente se pueda cumplir ese trayecto en el tiempo mostrado en la cinta.
Por ejemplo, puede verse el puente de Oberbaum sobre el río Spree entre los barrios de Kreuzberg y Friedrichshain. El supermercado, en cambio, es un antiguo mercado Bolle en Charlottenburg, a unos 11 kilómetros.
Al respecto, Tykwer asegura con tranquilidad: «Los errores cinematográficos son tan lindos, los amo. Nos recuerdan de manera amigable que no se trata de lograr la perfección. La vida tampoco es perfecta, entonces, ¿por qué debería serlo el arte? Lo principal es la verosimilitud».
Tykwer es uno de los autores y directores de la exitosa serie de televisión alemana del género policial «Babylon Berlín». Actualmente se encuentra trabajando de nuevo en una película, la primera desde «Un holograma para el rey» (2016), con Tom Hanks en el rol protagónico.
Su nuevo film narra la historia de una pareja, encarnada por Lars Eidinger y Nicolette Krebitz, cuya familia se reencuentra al contratar a una inmigrante siria como ama de llaves.
Tykwer, nacido en Wuppertal, no perdió entretanto su entusiasmo por la capital alemana. «Reciente exploramos toda la ciudad en busca de locaciones para mi nueva película, ‘Das Licht’. Y mi impresión fue que Berlín sigue siendo como siempre fue, caótica y de ensueño, horrible y hermosa. Nunca terminada. Genial».