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Por Benno Schwinghammer (dpa)
Nueva York, 21 jun (dpa) – El deportista extremo alemán Jonas Deichmann quiere cumplir su propio sueño americano y cruzar los Estados Unidos desde el Atlántico hasta el Pacífico y viceversa, de ida y vuelta.
Cuando Deichmann comience el próximo miércoles 28 de junio su desafío en el puente de Brooklyn en Nueva York, su camino no solo lo llevará a Manhattan.
Luego de atravesar en bicicleta las famosas calles de la Gran Manzana, su ruta seguirá rumbo a Nueva Jersey, Pennsylvania, el Medio Oeste, luego las Montañas Rocosas y, después del desierto, Los Angeles y el Pacífico.
Una vez que arribe a Los Angeles, después de unas tres semanas y media de pedalear, el llamado «Forrest Gump alemán» dejará su bicicleta y retomará el camino de regreso al trote.
Atravesar los Estados Unidos es el sueño americano de Deichmann. Pero no por la famosa ruta 66 ni tampoco en coche o moto, sino solo a fuerza de músculos y voluntad.
«Pedalearé hasta que oscurezca y luego me acostaré a descansar en mi tienda de campaña en cualquier lugar, al costado de la ruta, quizás haga una fogata», anticipa el atleta extremo, de 36 años, que ya recorrió varios continentes en bicicleta.
La ilusión es enorme. «En los próximos cuatro meses viviré más experiencias que la mayoría de la gente en diez años», se entusiasma.
Deichmann es ciclista de formación y marcó varios récords al cruzar continentes.
Por ejemplo, figura en el Libro Guinness de los Récords por haber logrado la travesía más rápida en bicicleta desde Portugal hasta Vladivostok, Rusia. El deportista alemán, recuerda, necesitó 64 días para recorrer los 16.000 kilómetros.
Luego le siguieron viajes desde Alaska hasta la Patagonia y del Cabo Norte, en Noruega, hasta el Cabo de Buena Esperanza, en Sudáfrica.
El documental «Das Limit bin nur ich» (El límite solo soy yo), sobre Deichmann, está disponible en la plataforma Netflix en Alemania.
Deichmann recibió recientemente mayor atención con su «Triatlón alrededor del mundo», en el que recorrió en bicicleta, corriendo y nadando 120 veces la distancia de la competencia Ironman en una vuelta al mundo.
La aventura del atleta alemán por Estados Unidos será mucho más corta, pero la logística volverá a ser un desafío para el viajero solitario.
Cada gramo menos cuenta, razón por la cual en el pasado ya ha decidido acortar el mango de su cepillo de dientes, por ejemplo. En tanto, la tienda de campaña de Deichmann pesa menos de un kilo.
El deportista y escritor transportará su equipaje en varias alforjas que colocó en la bicicleta. En cambio, durante su carrera de regreso rumbo al Atlántico cargará todo en un remolque que llevará atado a su cuerpo.
No siempre tendrá a disposición una alimentación equilibrada para atletas, pero Deichmann tiene ganas de disfrutar la típica comida estadounidense. «El desayuno americano, con ‘pancakes’ y salchichas y huevos fritos, perfecto. Luego un par de Snickers y soy feliz», asegura.
El deportista considera «una gran diferencia» el no contar con un equipo de asistencia a su lado. Pero afirma que esto también forma parte de la aventura del doble cruce de Estados Unidos, que estima que concluirá a fines de noviembre en Nueva York. «Será especialmente emocionante si algo sale mal», expresa.
De esta forma también tiene muchas más posibilidades de entrar en contacto con la gente, sostiene el deportista alemán, quien asegura que la comunidad es especialmente importante para él.
Cuando corrió por México en 2021, cada vez más atletas aficionados y medios de comunicación se fueron uniendo a su paso.
Pronto, el hombre de barba larga y el gorro de «Bubba Gump» se convirtió simplemente en el «Forrest Gump alemán», en referencia al personaje que interpretó Tom Hanks en la película del mismo nombre en la que Gump desencadenó un movimiento nacional de jogging con una carrera sin rumbo por los Estados Unidos.
Deichmann destaca que en este nuevo desafío se alegrará de contar con compañía, ya sea en el Parque Nacional Monument Valley de Arizona, en el Valle de la Muerte de California, en las Montañas Rocosas o en Pennsylvania.
«Los momentos especiales me brindan muchísima energía. Cuando corro por Monument Valley al atardecer, me importa una mierda si acabo de correr 50 kilómetros. Es simplemente genial», asegura.
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