Coronación de Carlos III de Inglaterra: estos serán los hitos del fin de semana

Carlos
nauguración oficial del Gobierno de Gales en Cardiff en junio de 2011

Pauline Maclaran, Royal Holloway University of London

La monarquía británica vive bajo presión. Los continuos escándalos y el apoyo menguante de una generación más joven sugieren una institución anticuada con poca relevancia en la era moderna. El fin de semana de la coronación del rey Carlos III, rodeado de pompa y boato, es una oportunidad de oro para que la monarquía demuestre al público británico el valor que sigue teniendo.

Los tres días del fin de semana de la coronación, del 6 al 8 de mayo, estarán repletos de actividades que podrían reforzar la imagen y la marca de la monarquía. Este tipo de actos festivos fomentan “los sentimientos, la fantasía y la diversión”, aspectos clave de las experiencias de consumo más atractivas, y no nos equivoquemos: la coronación es una experiencia de consumo.

Cada día se ha diseñado inteligentemente para inspirar una serie de sentimientos y respuestas que animen a la gente a comprometerse con la marca de la familia real. Este compromiso es crucial, porque una monarquía constitucional como la del Reino Unido depende del apoyo del público para seguir existiendo. En ninguna parte se ilustra esto más claramente que en varios países de la Commonwealth que se están distanciando del monarca británico como su jefe de Estado.

En el fondo, el fin de semana consistirá en crear experiencias y recuerdos personalizados en torno a la monarquía. En el pasado, estos recuerdos se conservaban en álbumes de recortes y de fotos que se transmitían de generación en generación. Ahora se comparten en las redes sociales. Pero siguen vinculando a amigos y familiares de una generación a otra, y garantizan que la monarquía siga arraigada en la cultura británica.

Sábado: la pompa

El acto central del fin de semana es la coronación en la Abadía de Westminster, donde serán coronados el rey Carlos III y la reina Camilla.

El resplandeciente espectáculo visual, que comienza con la procesión desde el palacio de Buckingham hasta la abadía, utiliza pompa y circunstancia cuidadosamente orquestadas para recordar a los espectadores la magia de la monarquía.

A medida que el Diamond Jubilee State Coach (y después, el Gold State Coach) que transporta al rey y a la reina consorte avanza por la ruta real, muchos espectadores animados dejarán que sus mentes se trasladen a los cuentos de hadas de su infancia.

Pero quizá el sentimiento más duradero que se genere en ese momento sea la sensación de estabilidad y continuidad que simbolizan estos desfiles tradicionales. El historiador David Starkey ha descrito la monarquía como “la única lente continua a través de la cual se puede mirar la historia de Inglaterra”.

El patrimonio es el activo clave de la familia real, y la coronación del rey Carlos III es otro eslabón importante en sus más de mil años de historia.

Como testimonio del “poder blando” de la monarquía, entre los dos mil invitados previstos habrá dignatarios extranjeros y líderes mundiales que ocuparán sus lugares en la abadía junto a los miembros de la familia real, aunque, siguiendo el precedente histórico, el presidente estadounidense Joe Biden no estará entre ellos.

La ceremonia, retransmitida a todo el mundo, nos recuerda el alcance global de la monarquía británica. La coronación de la reina Isabel II en 1953, la primera totalmente televisada, llegó a 27 millones de telespectadores y 11 millones de radioyentes. Millones de londinenses y visitantes inundaron las calles de Londres para presenciar el acto. Podemos esperar multitudes similares para Carlos y Camilla.

Domingo: juego

Para mucha gente, el acontecimiento principal del fin de semana serán el encuentro con los vecinos el domingo, cuando se celebren fiestas callejeras por todo el Reino Unido. Estas se han convertido en un componente crucial de los actos reales. El sitio web oficial de la coronación anima a la gente a participar en el Gran Almuerzo de la Coronación, ofreciendo material descargable para ayudar a planificar e inspirar la creatividad.

Las fiestas callejeras no son frecuentadas únicamente por los monárquicos. Muchos participantes estarán allí simplemente para disfrutar mezclándose con los demás y divertirse. Algunos incluso pueden ser republicanos o críticos con la monarquía.

Un estudio sobre el Jubileo de Oro de la Reina en 2002 descubrió que una fiesta callejera reunió a su comunidad de “fiesteros” precisamente por su aversión a la monarquía. El mismo estudio demostró que el principal objetivo al organizar una fiesta callejera era unir a las comunidades locales y acoger la diversidad, más que celebrar una identidad nacional común.

Este es también el propósito anunciado del concierto de la coronación del domingo por la noche en el castillo de Windsor, que “mostrará el diverso patrimonio cultural del país en música, teatro y danza”. Es especialmente importante para el futuro de la monarquía que su principal activo, el patrimonio británico, se interprete de formas más diversas que hasta ahora si se quiere mantener su relevancia.

Para que el concierto resulte lo más inclusivo posible, es probable que cuente con una mezcla heterogénea de intérpretes de toda Gran Bretaña y la Commonwealth. El coro de la coronación que también actuará en el concierto es un excelente ejemplo de ello. Cuenta con miembros de las comunidades de refugiados y LGBTQ+, y estará apoyado por un coro virtual compuesto por cantantes de toda la Commonwealth.

Mediante iluminaciones de alta tecnología con drones y otros sofisticados efectos por todo el país, los organizadores esperan transmitir a los espectadores un mensaje de unidad nacional, más que de identidad.

Lunes: servicio público

Una jornada de voluntariado local el 8 de mayo cierra el fin de semana de la coronación. Con ella, el rey mostrará su dedicación al servicio público. La “Gran Ayuda” se anuncia como una forma de inspirar la construcción de la comunidad y el apoyo a las áreas locales.

El esfuerzo debería atraer a la generación Z, que es la más desafecta a la monarquía y la considera una institución anticuada. Voluntarios habituales y generosos donantes caritativos, estos jóvenes están más a favor de los hechos que de las palabras. Su apoyo será crucial para la futura supervivencia de la monarquía.The Conversation

Pauline Maclaran, Professor of Marketing & Consumer Research, Royal Holloway University of London

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

The Conversation

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