La linda oratoria del señor presidente en su informe del 2023

Welmer Ramos González

Welmer Ramos

El Presidente hace malabares para hacer un buen discurso, montado en la oratoria y la retórica de persuasión, más que en hechos concretos, si bien muestra algunos, las causas son confusas, porque más obedecen a las circunstancias generales del entorno que a las decisiones de política tomadas por su gobierno. Por otro lado, deja muchos temas muy relevantes sin comentar siquiera.

Veamos:

La menor inflación en el último año, fue consecuencia de la caída, de un 30%, en los precios de los hidrocarburos, de la menor evolución de los precios de los bienes y servicios y materias primas importadas, junto con los menores costos del transporte de mercancía a nivel mundial.

El exagerado aumento de las tasas de interés del Banco Central, fue mucho menos efectivo que los factores arriba expuestos en explicar la menor inflación. Pero, si fuera efecto del accionar de la política monetaria del Banco Central, el Presidente se estaría apropiando del resultado de una entidad desconcentrada, sobre la cual no tiene injerencia alguna (vestirse con ropa ajena).

El costo de la vida no ha disminuido, ni la plata le está alcanzando mejor a la gente. Lo que ha sucedido es que los precios han crecido menos, pero siguieron creciendo, con un agravante mayor, que los salarios se congelaron y esto sí que hace difícil la vida de la gente.

Habla el Presidente de cifras fiscales positivas, pero no dice la causa, que fue, porque se recortaron los programas sociales como: bonos de vivienda, Cen Cinai, hogares para adultos mayores, a las asociaciones de desarrollo, becas escolares, la red de cuido, el dinero para la infraestructura vial correspondiente a las municipalidades, en vez de cobrar bien los tributos.

Esconde el presidente la vergüenza de la evasión tributaria y no aporta ninguna cifra, pero entre 6% y 8% del PIB, se pierden anualmente por evasión, así lo confirman los informes de los Panamá Papers, los Pandoras Papers y cifras publicadas de los grandes contribuyentes tributarios que, año tras año, reportan cero ganancias por pérdidas: empresas cerveceras, bancos, almacenes de electrodomésticos, etc. Si bien esta es una deuda vieja, no se debe seguir alcahueteando la evasión, por inmoral, mientras la población y las pymes pagan altos tributos, unos cuantos tagarotes impunemente van gratis por la vida empresarial.

No dijo nada el Presidente de que la Unión Europea, nos tiene en la lista de paraísos fiscales, por validar un régimen tributario que permite esconder impuestos y reportar ganancias en otras latitudes para eludir al fisco nacional y de otros países. Ni dijo como sacar a Costa Rica de esa innoble lista.

En temas de agro fue evasivo y confuso en su discurso, no habla de seguros agropecuarios generalizados, de intervenir los injustos mercados que pagan ruina a los agricultores y luego le cobran precios abusivos a los consumidores, no habla de centros de valor agregado, de aplicación de ciencia y tecnología a la producción, ni siquiera tiene este gobierno un índice de precios de insumos agrícolas que permita alguna comparación.

El discurso es omiso en cuanto mostrar soluciones a la congoja, que viven cientos de miles de ciudadanos por el sobre endeudamiento a que han sido sometidos, consecuencia de la pandemia de COVID-19 y del enorme desempleo que esto acarreo. Urge un plan nacional de refinanciamiento de deudas a tasas de interés decentes y a largo plazo, si no tal situación se va a convertir en una bomba que le explotará en las narices al sistema financiero.

No habla de las enormes pérdidas del sistema de pensiones complementarias (ROP), que no parecen contenerse, y de cómo resolverlas. Es más ni habla de cómo contener el juego de los grupos financieros que las administran, que pasan los fondos de colones a dólares y se ganan el diferencial cambiario a su antojo y luego, pasan los fondos de dólares a colones y vuelven a ganarse el diferencial cambiario, privatizando y acumulando miles de millones en operaciones improductivas y onerosas para los cotizantes.

El Presidente ha dicho y redicho que la CCSS está quebrada, entonces por responsabilidad debió decir cuál es la solución que plantea. Al no hacerlo, salta la duda de si el interés será la privatización de la salud, que sería el negoció más vulgar posible.

No propone el Presidente con claridad políticas para reactivar la producción, solo atina al viejo truco de atracción de inversión extranjera, zonas francas y tratados comerciales, y ya sabemos la leche que da esa vaca. Hay que apostar por reactivar la demanda interna, sanear los mercados oligopólicos encarecedores del nivel de vida, impulsar los encadenamientos productivos internos, en utilizar las compras de Estado para crearles mercado a las pymes nacionales, hay que bajar las tasas de interés a través de los dos bancos comerciales de Estado, hay que invertir más en infraestructura, entre otras acciones. Y mejorar el poder adquisitivo de la ciudadanía con políticas salariales justas.

Es un discurso de retórica, pues la distribución del ingreso sigue deteriorándose, la pobreza crece en número de personas, y el discurso y el informe de Rendición de Cuentas no mencionan ni siquiera aspiraciones converger a un nivel de distribución de ingresos (coeficiente de Gini semejante al promedio del OCDE), no habla de aspiraciones en llevar la pobreza a un nivel específico en los próximos años, o la erradicación de la pobreza extrema, o de participación de pymes en el PIB, de aspirar a un salario mínimo creciente en términos reales con la productividad, entre otros indicadores sociales, esto son las cosas que importan al pueblo. Lo macroeconómico es falaz cuando no hay distribución justa de la riqueza que se genera.

Economista

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