RAJONADA
ERA nuestro don Adán, allá por el año de 1917, el abogado de confianza del almacén «La Alhambra», en donde se habían dado cita don Felipe J. Alvarado, su socio el señor Jiménez, Mr. Minor Keith y uno de los dueños del almacén, todas personas de grandes recursos monetarios.El único de escasos recursos económicos en aquella reunión, lo era don Adán, hombre de confianza de todos, como abogado honesto y honrado. Fumaban todos un gran puro habano que les había regalado Mr. Keith y que llenaba de un agradable aroma el ambiente.
Intempestivamente acertó a entrar en el recinto de la reunión otro colega de don Adán, quien al abrir la puerta dijo: «Perdonen, no sabía que estaban en reunión». Don Adán aprovechando el momento, y para hacerle la boca agua a su colega, se arrellanó en su sillón, se echó para atrás, se puso los pulgares en el chaleco, y dijo dirigiéndose a su colega, sin soltar el puro de la boca:
-¿TE HAS FIJADO QUE CUATRO CHONETES ESTAMOS AQUI?
Tomado del Anecdotario del Lic. Adán Acosta V.