ALGO DE BOTANICA
EL Dr. Arturo Romero López, tan apreciado y querido, ciudadano de honor de Costa Rica, era íntimo amigo del hogar de don Adán Acosta, y lo visitaba con frecuencia para escuchar sus ocurrencias y celebrar sus chistes.Un buen día llegó don Adán y econtrándose al doctor lo saludó efusivamente diciéndole:
-Ya sabía yo que estaba usted aquí, mi querido doctor
El doctor, que no había anunciado su visita, sorprendido le dijo:
-No sabía yo, don Adán, que era usted adivino.
Don Adán le contestó:
-No hombre, es que hasta la esquina llegaba el olor a «Romero».
Tomado del Anecdotario del Lic. Adán Acosta V.
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