Anecdotario Costarricense

Anecdotario Costarricense

CUESTION ESPACIAL

EN aquella aciaga época, «entreacto de nuestra vida institucional», como él mismo la califica, la Penitenciaría encerraba cientos de ciudadanos adversarios del régimen, y entre ellos don Adán ocupaba una de las peores celdas de la prisión, acompañado de su amigo y colega el poeta licenciado don José Albertazzi Avendaño.

Los visitaba, de vez en cuando, el Ministro de la Guerra, General don Joaquín Tinoco, noble y generoso con sus enemigos. Al revés de su hermano, siempre disculpaba los atropellos que le atribuían, asegurándole a los prisioneros que ocurrían contra su voluntad, y con frecuencia les ofrecía ayudarlos en sus necesidades. Desde luego, nadie le aceptaba nada, pero le manifestaban sus agradecimientos.

En una de las visitas al calabozo donde estaba el licenciado Acosta Valverde, el General le dijo que en qué podría servirle para complacerlo, y don Adán le respondió jovialmente:

-Hombre, aquí lo único que nos hace falta en este elegante y espacioso salón es un par de patines para recorrerlo a lo largo y lo ancho del brazo del compañero Albertazzi, mientras llega la hora de nuestro fusilamiento.

El calabozo tenía una superficie de cuatro por. cuatro metros …

Tomado del Anecdotario del Lic. Adán Acosta V.

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