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Carlos Revilla Maroto
El Partido Liberación Nacional está a las puertas de un momento crucial, algo así como el alfa y el omega, para esa organización política. Me refiero claro a la ya próxima elección de sus nuevas autoridades, concretamente su Comité Ejecutivo Superior Nacional, que incluye al presidente, secretario general y tesorero, además de sus vices. Puestos que, por cierto, deben respetar la paridad de género.Después de tres derrotas consecutivas (cinco si se le añaden las segundas vueltas), algo inédito para este partido, llegó el momento de replantearse todo. Está claro que en la situación actual , si todo sigue igual, liberación irá desapareciendo poco a poco y podría terminar como el PUSC, que ya solo se contenta con elegir algunos diputados, alcaldes y regidores, pero sin posibilidad real de acceder al poder.
Y seamos sinceros, un partido como liberación sin posibilidad de acceder al Gobierno, es dejarlo sin posibilidad de realizar o procurar realizar sus programas. Es decir, es imperativo estar en el Gobierno (Poder Ejecutivo).
Pero para volver a ganar, el partido debe cambiar, como dije, replantearse todo. Debe ganarse de nuevo la confianza y credibilidad de la gente, muy maltrecha en los últimos tiempos. No voy a profundizar en esto, ya he escrito varias veces sobre este tema. Lo menciono solo para tener el antecedente.
Lo importante es entonces, ¿qué hacer? Por algún lado hay que empezar… y como dice el refrán «la ocasión la pintan calva», y esa ocasión es la elección de las nuevas autoridades, de las cuales el puesto de presidente es trascendental.
Hace ya mucho tiempo la figura del presidente del partido, era más que todo un puesto honorífico, que tenía la representación legal. Algo así como ser presidente en un régimen parlamentario. Entonces se elegían grandes figuras como don Pepe, que lo fue siempre, salvo sus períodos presidenciales. Muy al estilo también de los partidos socialdemócratas europeos, donde el puesto importante es el de secretario general, esto en cuanto a ejecutividad y donde son la cabeza visible de los partidos.
Podría decirse que lo anterior cambió en liberación con el nuevo siglo, y la figura de la presidencia (presidente) pasó a tener mayor preponderancia. Esto es más notorio a partir de la presidencia de Francisco Antonio Pacheco (2003-2007), que incluso llegó a asumir la vocería del partido -de manera oficial-, algo que anteriormente tenía el secretario general y que se mantiene hasta la fecha.
Sin profundizar mucho, se puede hablar de un perfil para el puesto de presidente. A saber: figura nueva, eso sí con raigambre liberacionista y experiencia política. Pero también, y esto es muy importante, que sea socialdemócrata. Y especialmente que no se le relacione con el establishment, es decir que no tenga parentesco o relación con alguna de las alicaídas figuras actuales, como los expresidentes y exprecandidatos o los tan criticados dirigentes de los últimos tiempos.
Siendo entonces la figura del presidente tan importante y estando a unos quince días días de la asamblea general que elegirá las nuevas autoridades, me parece importante , así como ya el propio Cambio Político lo hizo, dar también mi opinión y decir a quién y porqué apoyamos a uno de los tres candidatos que hay hasta la fecha. Por supuesto que no es sorpresa que estamos también con Yayo Vicente Salazar, y que coincidimos en todos sus extremos con el editorial de nuestro medio, pero creí que un acercamiento más personal es importante y necesario.
Inicio diciendo que considero a Yayo un buen amigo. Lo conocí en el Grupo Raíces, al cual no pertenecía (no tenía la edad), pero siempre me invitaban a sus reuniones, y donde me relacionaba con Carlos Manuel Vicente el papá, de Yayo, aquel gran liberacionista, a quien ayudaba con la divulgación de las actividades y publicaciones del grupo. Ahí nos hicimos amigos, y llegué a conocerlo.
Posteriormente Yayo se unió al Grupo liberacionista de La Isla , del cual también formo parte. Yayo llegó a ser el coordinador del grupo, cargo que mantiene hasta la fecha, donde ha demostrado su capacidad de mando y dirección, combinado con su don de gente.
Especialmente puedo dar fe de su amor a Liberación Nacional, y de su voluntad de cambiarlo para que vuelva a ser el partido de las grandes mayorías de este país. Lo anterior puede sonar exagerado, pero es la verdad. Al igual que Yayo creo que Liberación Nacional es el vehículo para las grandes transformaciones que necesita este país. Pero primero hay que arreglar el partido , y como ya dije hacer los cambios necesarios para volvernos a ganar la confianza y credibilidad de la gente para volver a ser ese vehículo. Además Yayo conoce muy bien el teje y maneje del partido y tiene experiencia, y lo mejor de todo no está maleado o es parte de los mismos de siempre.
Por eso exhorto a las asambleístas a que apoyen a Yayo Vicente para la presidencia del partido, que es la persona que necesitamos. En esta coyuntura decisiva en que estamos, es el único que nos puede llevar a buen puerto.