LA MODESTIA DEL DR. MORENO CAÑAS
En cierta señorial residencia del Paseo Colón había una enferma grave y se convocó junta de médicos. Entre ellos al Dr. don Ricardo Moreno Cañas. Como era costumbre suya, esperó oír la opinión de los colegas, mientras reflexionaba sobre los síntomas que iba constatando. Al mismo tiempo ponía gran atención a las discusiones que se promovían entre los otros compañeros.-¿Qué opina Ud., Dr. Moreno Cañas?, interrogó uno.
-Siento estar en desacuerdo con Uds. Para mí se trata de una urgente operación.
Hubo dudas y se dejó pasar unos días. Pero al fin triunfó la idea del Dr. Moreno Cañas y la enferma recobró la salud.
Su éxito mereció comentarios elogiosos entre sus colegas, pero él, con gran modestia, se concretaba a decir:
-Un «chiripazo»; tuve la suerte de que se confirmara mi diagnóstico.
Tomado del Anecdotario Costarricense de Francisco María Núñez