Sin pensarlo mucho y adoptando el más fiero de sus gestos, se acercó al funcionario dicho, y desenfundando su pistolón, se lo acercó al pecho al par que le disparaba verbalmente:
«Manos arriba!!!»
El policial, con la más costarricense incredulidad en cuanto a posibilidades revolucionarias, se limitó a contestarle en tono de benigno reproche:
«No juegue, hombre, no juegue!!!»..
Anecdotario Nacional de Carlos Fernández Mora.
Usado con permiso. Todos los derechos reservados.
COMENTAR EN FACEBOOK