A propósito de la renuncia de un diplomático ruso en Ginebra
En estos últimos días del mes de mayo del 2022, se difundió en algunos círculos diplomáticos y en algunos medios de prensa (véase por ejemplo nota de Le Point y nota de The Guardian) la carta de renuncia del diplomático ruso Boris Bondarev, quien fuera consejero diplomático de la Misión Permanente de Rusia ante las Naciones Unidas en Ginebra.
Es, al parecer, el primer integrante del aparato diplomático ruso en renunciar a sus funciones oficiales desde el inicio de la agresión militar de Rusia al territorio de Ucrania iniciada el pasado 24 de febrero del 2022. La carta extraída de la red social twitter se reproduce a continuación traducida al español:
“Declaración
Mi nombre es Boris Bondarev, en el MFA de Rusia desde 2002, desde 2019 hasta ahora – Consejero de la Misión Rusa ante la Oficina de la ONU en Ginebra.
Durante veinte años de mi carrera diplomática he visto diferentes giros de nuestra política exterior, pero nunca me he sentido tan avergonzado de mi país como el 24 de febrero de este año. La guerra de agresión desatada por Putin contra Ucrania, y de hecho contra todo el mundo occidental, no es solo un crimen contra el pueblo ucraniano, sino también, quizás, el crimen más grave contra el pueblo de Rusia, con una letra Z en negrita Tachando todos esperanzas y perspectivas de una sociedad libre y próspera en nuestro país.
Aquellos que concibieron esta guerra solo quieren una cosa: permanecer en el poder para siempre, vivir en palacios pomposos e insípidos, navegar en yates comparables en tonelaje y costo a toda la Armada Rusa, disfrutando de poder ilimitado y completa impunidad. Para lograrlo están dispuestos a sacrificar tantas vidas como sea necesario. Miles de rusos y ucranianos ya han muerto solo por esto.
Lamento admitir que durante todos estos veinte años el nivel de mentiras y falta de profesionalismo en el trabajo del Ministerio de Relaciones Exteriores ha ido en aumento todo el tiempo. Sin embargo, en los últimos años, esto se ha vuelto simplemente catastrófico. En lugar de información y análisis imparciales y pronósticos sobrios, hay clichés de propaganda en el espíritu de los periódicos soviéticos de la década de 1930. Se ha construido un sistema que se engaña a sí mismo.
El ministro Lavrov es un buen ejemplo de la degradación de este sistema. ¡En 18 años, pasó de ser un intelectual profesional y educado, a quien muchos de mis colegas tenían en tan alta estima, a una persona que constantemente emite declaraciones contradictorias y amenaza al mundo (es decir, a Rusia también) ¡con armas nucleares!
Hoy, el Ministerio de Relaciones Exteriores no se trata de diplomacia. Se trata de belicismo, mentiras y odio. Sirve a los intereses de unos pocos, de muy pocas personas, contribuyendo así a un mayor aislamiento y degradación de mi país. Rusia ya no tiene aliados, y no hay nadie a quien culpar sino a su política temeraria y mal concebida.
Estudié para ser diplomático y soy diplomático desde hace veinte años. El Ministerio se ha convertido en mi hogar y mi familia. Pero simplemente ya no puedo compartir más esta ignominia sangrienta, estúpida y absolutamente innecesaria.”
BREAKING: 🇷🇺 Russia’s Counsellor to the United Nations in Geneva has resigned.
Boris Bondarev: “Never have I been so ashamed of my country.”
UN Watch is now calling on all other Russian diplomats at the United Nations—and worldwide—to follow his moral example and resign.
— Hillel Neuer (@HillelNeuer) May 23, 2022
La agresión de Rusia a Ucrania: un callejón sin salida desde la estricta perspectiva legal
Desde el 16 de marzo del 2022, una decisión preliminar de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) ordena a Rusia cesar de inmediato su oficialmente denominada «operación militar especial» en Ucrania: véase al respecto para mayores detalles nuestra breve nota al respecto titulada «Ucrania / Rusia: las medidas provisionales ordenadas a Rusia por la Corte Internacional de Justicia (CIJ) puestas en perspectiva«.
Se trata de una primera ordenanza del juez internacional en el asunto que opone Ucrania a Rusia irrespetada, y que coloca ahora a Rusia en una situación de abierto desafío a la autoridad de la justicia internacional: sin lugar a dudas, este desacato a esta decisión de la CIJ produce sus consecuencias desde el punto de vista jurídico.
En efecto, al cumplirse el pasado 24 de mayo tres meses desde el inicio de las operaciones militares rusas en territorio ucraniano, que violentan las reglas más básicas del ordenamiento jurídico internacional, es probable que Ucrania prepare una nueva acción ante la justicia internacional tendiente a obtener reparaciones por los graves daños causados por Rusia en su territorio: diversas entidades trabajan desde ya en Ucrania y probablemente también fuera de ella, en aras de calcular y de cuantificar los daños ocasionados por Rusia en Ucrania (véase enlace con cálculos y estimaciones al 27 de abril del 2022).
Rusia y la justicia internacional: el significado de su no comparecencia
Siempre con relación a la demanda interpuesta por Ucrania contra Rusia el 26 de febrero del 2022 ante el juez de La Haya (véase texto de la demanda y texto de la solicitud de medidas provisionales), cabe recordar que, al convocarse a audiencias públicas en La Haya realizadas el 7 de marzo para escuchar los argumentos de Ucrania y los de Rusia, Rusia optó por no comparecer ante los jueces de La Haya: para mayores detalles, véase nuestra breve nota al respecto titulada «Ucrania / Rusia: la fuerza del derecho ante el derecho a la fuerza. A propósito de la no comparecencia de Rusia ante la CIJ«.
Esta actitud del aparato diplomático de Rusia evidencia la situación incómoda, desde el punto de vista jurídico, en la que está colocada desde el 24 de febrero del 2022 Rusia.
Las acciones bélicas se han mantenido desde entonces entre las fuerzas militares de Rusia y de Ucrania, con avances y retrocesos de unos y otros, pérdidas en vidas humanas cuantiosas tanto en las tropas de una como de otra. El saldo en muertes y heridos de gravedad en el seno de la población civil ucraniana aumenta día tras día, así como el flujo de refugiados y de desplazados internos.
A la fecha no se vislumbra mayor esfuerzo o iniciativa para reiniciar canales de negociación en aras de que cesen las hostilidades.
En su misiva, el diplomático ruso explica, sin contemplación para sus ahora ex autoridades en el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso que:
«Today the Ministry of Foreign Affairs is not about diplomacy. It is all about warmongering, lies and hatred. It serves interests of few, the very few people thus contributing to further isolation and degradation of my country«.
A modo de conclusión
Es posible que esta primera renuncia de un alto funcionario diplomático de Rusia sea seguida de otras, dado el aislamiento cada vez más pronunciado de Rusia en el seno de una comunidad internacional que observa a uno de sus integrantes ignorar las bases fundacionales del mismo ordenamiento jurídico existente desde 1945.
En la precitada nota de The Guardian el ahora ex funcionario ruso explica que su decisión estaba tomada desde el mismo 24 de febrero y que debió proceder a arreglos de diversa índole antes de hacerla efectiva. Resulta de interés señalar que, en su carta de renuncia con fecha del 23 de febrero del 2022, uno de los asesores legales de larga data de Rusia ante el juez internacional de La Haya, el jurista francés Alain Pellet, señaló en el último párrafo que:
«I have enjoyed working with you to defend the interests of your country, which I love dearly. I appreciated that while defending them together, we could exchange freely on the limits not to be crossed. I have seen the scruples of some of you and understood the unwavering commitment of others. But enough is enough. Yesterday I sent my letter of resignation to the competent authorities: lawyers can defend more or less questionable causes. But it has become impossible to represent in forums dedicated to the application of the law a country that so cynically despises it
/
J’ai aimé travailler avec vous pour la défense des intérêts de votre pays, que j’aime profondément. J’ai apprécié que tout en les défendant ensemble, nous puissions échanger librement sur les limites à ne pas franchir. J’ai constaté les scrupules de certains d’entre vous et compris l’engagement sans faille d’autres. Mais, trop c’est trop. J’ai adressé hier ma lettre de démission aux autorités compétentes : des avocats peuvent défendre des causes plus ou moins discutables ; il est impossible de représenter dans des enceintes vouées à l’application du droit un pays qui le méprise si cyniquement» (véase carta publicada en inglés en el sitio EJIL-Talk y en francés en su sitio personal).
Esta nota fue escrita por Nicolas Boeglin, Profesor de Derecho Internacional Público, Facultad de Derecho, Universidad de Costa Rica (UCR)