Tiempo al tiempo…

Aramis K. Vidaurre A.

Natalia Díaz

La llegada de Natalia Díaz Quintana como futura ministra de la Presidencia puede ser un arma de doble filo para la administración Chaves Robles si sus cartas no están sobre la mesa.

Y no es porque no sea capaz; como exdiputada, conoce la importancia de las relaciones entre Ejecutivo y la Asamblea Legislativa y la dinámica de negociación que hay dentro del órgano legislativo, aunque abro paréntesis: ya tuvimos en gobiernos PAC dos exdiputados como ministros de ese ramo que ni fu ni fa, no dieron la talla.

Pero no me refiero a las calidades de Natalia, sino a sus aspiraciones políticas, a ese instinto de sobrevivencia en política que ha demostrado. Recordemos que aun siendo jefa de lo que quedaba de la fracción del Movimiento Libertario, dio su adhesión a Antonio Álvarez Desanti de cara a la primera ronda de 2018; luego de su salida de la Asamblea y evidentemente del Libertario, creó casa aparte; logró conformar una estructura partidaria y se aventuró a participar en las elecciones municipales de 2020, lo cual fue un calentamiento para presentarse con doble postulación para 2022.

Mantener sus aspiraciones para volver a la Asamblea o aspirar a la primera magistratura son totalmente legítimas, pero ¿siendo ministra de la Presidencia?

¿En qué momento establecerá el límite entre seguir la línea del presidente y seguir su propia imagen política?

El ministro de la Presidencia no sólo es el primer escudero del mandatario, quien recibe los balazos y quien enfrenta el mayor desgaste político y por ende la figura política más vulnerable para ser “quemada”. De modo que, ante un desgaste de su imagen, Natalia no dudaría en hacer mutis por la derecha, no pun intended…

Y si le va bien, que ojalá así sea, igualmente saldrá cuando sea el momento para cumplir con el requerimiento legal para postularse legítimamente a lo que sea que quiera aspirar.

Y claro está, si desde la oposición huelen esas aspiraciones, no tardarán desde el seno legislativo y dentro del juego político también legítimo la “operación desgaste”, lo cual evidentemente impregnará la imagen del gobierno Chaves Robles.

¿Tendrá claro el presidente electo cuáles son las aspiraciones de Natalia?, ¿o será que sí lo tiene claro y quiera más bien aprovechar esas aspiraciones?

Por eso, hay que darle tiempo al tiempo…

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