De nuevo, ¿cuándo se jodió el PLN?

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Carlos Revilla Maroto

Carlos Revilla

Después de la derrota del balotaje (segunda ronda) de Figueres/PLN del 3 abril, me puse a leer algunos de mis artículos de hace unos años sobre el Partido Liberación Nacional, y me encontré con uno que escribí el 22 de diciembre del 2013 titulado precisamente “¿Cuándo se jodió el PLN?”, y entonces se me ocurrió escribir sobre el mismo tema, pero actualizado al día de hoy, después de la derrota; manteniendo algunas de las premisas del 2013, y agregando otras nuevas que han surgido en los casi diez años desde mi publicación original. Esto, porque, aunque no la crean, todavía está más jodido que en el 2013.

Empiezo diciendo, por aquello de que alguien quiera descalificarme y decir ¿quién es este para hablar de Liberación Nacional y con que autoridad lo hace?, pues bien soy liberacionista, hijo de un miembro del Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales, precursor directo del PLN. También quiero decir, que nunca he trabajado en el gobierno, ni me ha nacido hacerlo. Y si, fui orgullosamente, en mi juventud, pegabanderas, pero no con la connotación peyorativa que le quieren dar ahora. Lo fui de corazón, sin esperar nada a cambio, porque creía (creo) en liberación y lo que hace. Y por último, soy un socialdemócrata convencido.

Pareciera que digo cosas que se dan por sentado y que son conocidas, pero la anterior declaración o aclaración es necesaria ya que escribo tanto para los liberacionistas y los que no lo son.

El PLN está jodido desde hace mucho rato. Hay muchas causas para esto, voy a hablar de algunas de las que creo son las más importantes, y que han influido para el estado actual de cosas. Y ojo, en el aspecto electoral al PLN le puede ir todavía mas o menos bien, no es de eso de lo que quiero hablar en esta oportunidad.

El PLN nació de la Revolución del 48, es decir era heredero de los valores e ideales que inspiraron esa gesta. Pero esos hechos ocurrieron ya hace 74 años y el PLN cumple en octubre 71 años de fundado. Yo soy de la primera generación de hijos del 48, es decir los que nacimos posterior a esa guerra y que de alguna forma estábamos inmersos en esa gran división que se formó en la familia costarricense entre los vencidos y vencedores.

Por muchos años la política y la sociedad gravitó sobre esa división producto de la revolución. Las familias se identificaban en bandos, había familias completas liberacionistas y otras calderonistas o «mariachis» como se les llamaba antes. Y los que no estaban alineados eran considerados «ovejas negras». Por supuesto mi familia no fue la excepción a esto y todos en el núcleo familiar primario éramos liberacionistas por influencia directa de nuestro papá, que como ya dije fue miembro del Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales.

El problema con esto, es que ya prácticamente estamos en una cuarta generación desde el 48 y se ha diluido casi totalmente esa influencia. De hecho, puedo asegurar que solo a los liberacionistas que peinamos canas, y algunos jóvenes fiebres saben y les entusiasma el “Corrido de Pepe”. Y puedo asegurar que la mayoría del pueblo ni sabe lo que es y menos les importa. Esa nostalgia no nos lleva a ningún lado. Además desde principios de los años 90 del siglo pasado se dejó de capacitar y formar con regularidad en el PLN

Todo lo anterior generó que se perdiera la cohesión dentro del partido, es decir la «goma» que nos pegaba se acabó y su reemplazo —la capacitación y la formación— dejaron de hacerla. Actualmente hay un tenue intento de rescatar la capacitación, pero a mi criterio «too little, too late» (muy poco y muy tarde). Esto básicamente lo que hace es que se pierda la lealtad partidaria y es precisamente lo que ha venido sucediendo las últimas elecciones y que de forma muy notoria se vio en las últimas campañas.

Otra gran causa para que el PLN este jodido es que la sociedad cambio. Este hecho en si mismo no es mayor problema, las sociedades cambian. El problema es que el partido no se ha adaptado, es decir no ha respondido al cambio en su entorno. Desde finales del siglo pasado (años 90) han habida muchos cambios. Se derrotó en las calles el «combo del ICE», se dio una fuerte batalla contra el TLC, y muchas otras manifestaciones de que algo estaba (está) pasando con la sociedad y que ya no somos los mismos.

El campanazo de todo esto para el PLN, fueron las derrotas en las elecciones del 2002 (primera y segunda ronda). El PLN quedó muy maltrecho y se vio ante la realidad de que tenía que hacer cambios. Estos fueron acordados ese mismo año en lo que se conoce como «La Asamblea del Nopal», así llamada porque se realizó en el antiguo salón de fiestas El Nopal en Desamparados y que ya no existe por cierto (ahora en el lugar construyeron un Centro Comercial).

En esa asamblea se dieron los lineamientos y directrices para encauzar la reforma del partido y adecuarlo a las nuevas realidades. Todas las autoridades renunciaron y se instituyó una Comisión Política que sería la encargada de modernizar al PLN.

El problema fue que al poco tiempo pasó la reelección y se abrió la posibilidad para que Oscar Arias optara de nuevo a la presidencia de la República, como efectivamente sucedió. Pero desgraciadamente el regreso de Arias a la palestra política significó el entierro de las reformas partidarias. Con Arias se creó un espejismo político que llevó de nuevo al PLN al poder, haciendo creer que todo estaba bien y que se había «rescatado» al partido, cuando era todo lo contrario. En realidad lo que se hizo fue alargar un poco más la vida del paciente, pero no se le curó.

Otros causas son:

Municipalización del partido. Corresponde al creciente poder que se les ha dado a los alcaldes, que incluso han conformado una especie de sindicato para dejarse escuchar. La municipalización ha sido fatal dado el nivel de corrupción entre los alcaldes (no todos), que queda ejemplarizado en el «caso diamante».

Alejamiento de la ética. Desde el 2003 está la propuesta final del Código de Ética, pero —vaya uno a saber porqué— fue aprobado hasta el 2015 y le cercenaron la parte más importante, cual era la conformación de una fiscalía, dizque por motivos económicos. Al final el código y el propio tribunal de ética, quedaron pintados en la pared. Tan es así que en la recién concluida campaña se tuvo que nombrar una comisión de transparencia, que al final también resultó en nada.

Alejamiento de la sociedad civil. Ahí está la propuesta de reforma estatutaria desde el 2005, donde se sugiere un cambio radical en la relación a los agentes externos (sociedad civil), pero después del Congreso las autoridades ni la volvieron a ver, dizque porque se acercaban las elecciones. Lo curioso es que ya van cinco elecciones —20 años— después de eso y nada de nada…

Las elecciones internas. Son un relajo y dan vergüenza por la cantidad de irregularidades que nadie pone en duda. Pues se les dio la solución para empezar a arreglar el problema (entre otros separar los procesos), pero tampoco hicieron nada, perdón, no es cierto, claro que hicieron algo: premiaron en una oportunidad a los miembros del TEI (Tribunal de Elecciones Internas) culpables en mucho del relajo, reeligiéndolos para otro período de cuatro años.

La miopía de la dirigencia partidaria ha sido mayúscula. Desde El Nopal en el 2002 no se ha hecho ningún cambio en el partido. Ahora, como ya dije se están viviendo las consecuencias de no hacer nada. Hay una nula relación con la sociedad civil que está harta de los partidos y los políticos tradicionales, siendo el PLN la joya de la corona.

Aunado a todo lo anterior, ahora que Figueres está fuera, ya no hay liderazgos, liberación es un partido de viejos. Hay una incipiente juventud, pero que se limita a creer que con cantar de Corrido de Pepe es suficiente.

La verdad es que la estructura esta oxidada, y como me dijo un amigo, el PLN está enfermo de gravedad, y no de cáncer, que no sería tan complicado de tratar mientras no se haya extendido. En cambio, lo que tiene el PLN es una septicemia (infección general) que solo se puede tratar con un antibiótico de amplio espectro (reforma partidaria total). Así las cosas, el PLN está en lo más bajo. El partido repuntó artificialmente en estas últimas elecciones con Figueres, pero eso es solo un espejismo. Es decir, no hay tal de que el partido sale fortalecido de esta última elección, como alguien dijo por ahí

Increíble, pareciera que el PLN no ha aprendido nada de las derrotas electorales. La gente no está viendo ningún cambio de actitud. Se sigue pensando en el corto plazo (la parte electoral), ya hay gente que habla de las municipales en el 2024, y hasta se han dejado decir el nombre de posibles candidatos para el 2026.

Lo que siguen ignorando es que alrededor del 70% del electorado le dio la espalda al partido, desde hace ya mucho rato. Sin una real voluntad de cambio, que no se ve por ningún lado, no se puede pensar en recuperar la credibilidad de la gente en el partido, y entonces la mayoría de las personas seguirán dándonos la espalda.

Entonces, ¿cuándo se jodió el PLN? Cuando la dirigencia prefirió ignorar las nuevas realidades del entorno, y mantener la misma maquinaria electoral de siempre, solo que cada vez más desgastada. También, cuando el beneficio del mayor número dejó de ser el eje central de las propuestas partidarias, y pasamos a ser el partido de la plutocracia. Cuando dejamos de ser un partido socialdemócrata, y pasamos a defender abiertamente tesis de derecha. Cuando… (la lista es casi inagotable).

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Un comentario

  1. Estas elecciones evidenciaron el fracaso total del PLN por tercera vez consecutiva. Me parece es hora de pensar, don Carlos, después de 70 años de existencia, en enterrar este partido político , y pensar en algo nuevo (y sobre todo con caras nuevas). Ya a la gente joven este partido no les dice nada. Y a la gente mayor, los tiene bien cabreados. Claro que tiene una estructura de pegadores de banderas, de politiquillos de cuarta y de empresarios de quinta con ganas de saquear más al país , de «influencers» y de comunicadores muy compacta y bastante bien organizada, que únicamente se activa cada cuatro años para ver cómo se reparten puestos y terminan de saquear a Costa Rica. Entre dos campañas, el PLN desparece por completo. Lo que tenemos, es una poderosa maquinaria electoral que ya no convence más a la mayoría de los costarricenses como partido político para gobernar a Costa Rica.

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