Freddy Miranda Castro
En el Referéndum del TLC los del SI; con Oscar Arias y el PLN a la cabeza, nos plantearon que si no se aprobaba el CAFTA el apocalipsis se nos venía encima. Aplicaron el memorándum del miedo, violentaron las reglas electorales con la complicidad del Tribunal Supremo de Elecciones; y al final se impusieron. Desde entonces las puertas del paraíso se abrieron para nuestra patria. Quienes andaban en moto o en bicicleta ahora andan en BMW. Hay prosperidad donde quiera que se vaya. La pobreza ya no existe. Yo me meto por un huequito y me salgo por otro, para que usted me cuente otro…Lo del NO tampoco nos quedamos atrás en materia de imaginación negativa. Pintamos otro desastre y la cuasi desaparición de la PATRIA con mayúscula, si el TLC se aprobaba. De aquel escenario maniqueo solo queda el recuerdo. Eso pensaba hasta que inició esta segunda ronda, donde como una vuelta de rosca volvemos a aquellos tiempos en los que se anunciaban las peores desgracias para la patria. Al parecer los costarricenses somos afectos al drama, a las tragedias griegas.
Como en tiempos del TLC, los del PLN nos dicen que, si gana Rodrigo Chaves, las siete plagas de Egipto caerán sobre nuestra desvalida patria. Nuestra institucionalidad será destruida y nos convertiremos en una especie de Corea del Norte tropical con un Kim Il Sung criollo. Un ser deshumanizado, poco menos que un engendro del infierno, destruirá nuestro paradisíaco edén.
En esa tesitura apocalíptica los medios de comunicación dominantes se llevan las palmas. Han logrado transformar la campaña electoral en una cosa tóxica. El último debate de Columbia, fue algo horrible. Un auténtico duelo de insultos. Donde lo discutido no fue el tema de la enorme deuda pública; la calidad del gasto estatal; cómo reducir realmente la pobreza. Como encarar el desastre de la educación pública. Que alternativas tiene una economía como la nuestra, chirriquitica y tomadora de precios, en un mundo a punto de la debacle con una inflación galopante; después de la pandemia y con una guerra en Ucrania que puede escalar en nuclear. Nada eso estuvo presente.
Al contrario, salieron a pasear temas relacionados con mujeres, madres y esposas agredidas. Quién es más mentiroso que quién. Y cuál era más audaz en la esgrima escatológica. ¿Cómo se deslizó esta campaña hasta las alcantarillas? La culpa principal la tiene la prensa que la puso en ese nivel, al desatar una cacería inquisitorial contra uno de los candidatos. Y en esa pendiente resbaladiza hacia el fango, todo se vale, hasta jugar con el suicidio como un recurso de propaganda para agredir al adversario. O competir por ser campeón en la defensa de las mujeres, aunque el PLN tenga en sus filas a Oscar Arias a quien no le han hecho ni un reproche por las acusaciones de múltiples mujeres en su contra. O con el techo de vidrio que tienen Figueres y Chaves en esa materia. Es una competencia de horror.
En ese contexto, decidir un voto razonado parece misión imposible. Por lo que el escenario al que asistimos es uno de bifurcación mental colectiva, donde los argumentos no importan, no valen, son las pulsiones emocionales más bajas las que priman. Se nos sale el primate y todos vamos por sangre. A ver quién inflige la herida más sangrienta al adversario. La patria, la colectividad y el bienestar común no importan. Se vale cualquier argumento con tal de que no gane el otro. El tremendismo se impone y se deshumaniza al adversario. Se les convierte en una especie de Frankenstein construido con las partes recogidas de un vertedero municipal. No se vota por unas ideas; se vota contra el monstruo que cada grupo ha construido en un imaginario colectivo lleno de frenesí y de odio.
En esa bifurcación mental cada grupo usa un filtro mágico para reducir los defectos y el pasado de su candidato elegido y enaltecer sus méritos reales o imaginados. Y un filtro maligno para agrandar los defectos del adversario hasta deshumanizarlo.
Esta semana nos quedan tres chances para tratar de enmendar un poquito este aquelarre electoral. Los tres debates. Creo que en la primera ronda fue REPRETEL el que nos dio un modelo de un debate bien llevado, en el que primó la discusión de propuestas y quedó poco espacio para la escatologia. En cambio, el de Ignacio Santos en Canal 7 fue para el olvido, eso fue un pleito de perros azuzado por el moderador. Los organizadores de los debates pendientes nos harían un gran favor si los mantienen dentro de los límites de la decencia.