La maldición francesa

Francisco Louça

Francia

Francia está en el centro de la historia política europea desde 1789. Durante más de 200 años, sus disputas han marcado el ritmo del continente: la revolución y luego las guerras napoleónicas, las convulsiones antiabsolutistas de mediados del siglo XIX, la Comuna de París, el Frente Popular, la resistencia, Mayo del 68, el Programa Común de la izquierda. El país estuvo en el apogeo del conflicto con Prusia y, en el siglo pasado, en las dos guerras mundiales. Muchas de las ideas vinieron de Francia, algunas de la cultura y no pocas veces las ambiciones modernizadoras que componen los colores del mundo contemporáneo. Los otros dos polos europeos, Alemania y Reino Unido, desafiaron esta matriz, entre alianzas y conflictos. Y a veces han triunfado, como en la economía, que no es poca cosa, pero ninguno de ellos ha tenido la misma influencia en las ideas políticas que dibujan nuestro mapa. Por eso, la descomposición del régimen francés es tan marcada, tanto a izquierda como a derecha.

Las elecciones presidenciales, dentro de tres meses, son el espejo de esta crisis. Algunos comentarios se centran en la dispersión de las candidaturas de centro e izquierda, describiendo una brecha irremediable: en la izquierda hay cinco (solo Mélenchon alcanza el 10% en las encuestas, siendo los demás testimoniales), en la zona del PSF hay dos y puede haber cuatro (Anne Hidalgo, la candidata oficial del PSF, está por debajo del 4%), además de un ecologista, Jadot (6%). La posibilidad de una convergencia es nula. En la derecha tradicional, Pécresse está en el 15%, empatado con Le Pen, a quien desafia el maestro del populismo racista, Zemmour, ahora por debajo del 12%. El rompecabezas parece indescifrable y la confusión favorece a Macron que, con solo un 25% y una alta tasa de rechazo, espera salvar su reelección enfrentándose a algunas de las figuras de la ultraderecha en la segunda vuelta.

Como se puede ver, detrás de este juego hay una doble maldición. La primera es que la vieja izquierda ha perdido su voz popular. Esto tiene enormes consecuencias, ha creado un vacio en la representación social. La segundo es otro vacio en el centro. Macron precipitó el derrumbe del PSF, en uno de cuyos gobiernos había sido ministro, y creó un partido que se disolvió mientras tanto. Ahora espera que el majestuoso poder de la presidencia dome la vida política. La consecuencia es un índice de aprobación residual, ligado a una idea venenosa en Francia, su sumisión a la soberanía europea. Esto achicó el campo de las alternativas: o Macron triunfa imponiendo su política de tierra quemada o abre la puerta a la ‘orbanización’ del país. De una forma u otra, su proyecto se ha agotado y la Unión Europea tiene que jugar sus fichas en un proyecto que la pondrá en peligro. Francia está sembrando peligro.

Francisco Louça economista y activista del Bloco de Esquerda de Portugal, es miembro del Consejo de Estado.

Fuente: https://www.esquerda.net/opiniao/maldicao-francesa/79106

Traducción: Enrique García para sinpermiso.info

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