Indígenas de Brasil defienden su territorio con drones

Por Martina Farmbauer (dpa)

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Bitaté Uru Eu Wau Wau, integrante de la etnia indígena de los Uru Eu Wau Wau, maneja un dron en el marco del curso impartido por las ONG Asociación de Defensa Etnoambiental Kanindé y WWF. Foto: Fernando Souza/dpa

Ciertos territorios indígenas en Brasil están sometidos a la presión de la deforestación y los incendios. Ahora, los habitantes de esas regiones están recibiendo formación para utilizar drones con el fin de detectar delitos medioambientales y proteger su tierra y el clima.

Pedro Agamenon está preocupado por la tierra de sus Arara. «Nuestro pueblo ha permitido muchas veces que los invasores conquisten su tierra. Pero ahora cuidamos el territorio en el que vivimos», señala el cacique.

Agamenon se trasladó unos 400 kilómetros desde el territorio indígena de Igarapé Lourdes a la ciudad de Porto Velho, en el noroeste brasileño. El jefe quería ver cómo los miembros de los Arara participan con otros grupos en un curso de drones para indígenas.

El curso está organizado por la asociación Kanindé, conocida por representar las preocupaciones de los indígenas y la protección de la selva tropical en la Amazonia brasileña. Recibe también el apoyo del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), la principal organización de protección del medio ambiente a nivel global.

Alrededor de ocho horas por día y durante tres jornadas, 15 indígenas reciben un curso de cómo utilizar drones, realizar mediciones y evaluar las imágenes para poder captar y vigilar su territorio desde el aire.

«El objetivo del curso es que los propios indígenas registren a los intrusos y los delitos medioambientales, como la minería ilegal del oro, la deforestación y los incendios», explica el coordinador de Kanindé, Israel Valle.

La región del sur del Amazonas está bajo presión y se encuentra especialmente afectada por la deforestación y los incendios.

Ane Alencar, directora científica del Instituto de Investigación Medioambiental de la Amazonia (IPAM), vio durante un reciente sobrevuelo por la zona algunos indicios de que se estaban ocupando tierras.

Según Alencar, se están ocupando terrenos públicos para destinarlos a la ganadería y la agricultura.

Los críticos acusan al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, de generar un clima que fomenta estas acciones. «Estamos tristes porque nuestro Gobierno y nuestro presidente están pisoteando nuestros derechos», destaca Pedro Agamenon.

Josias, de 37 años, y Bitaté, de 21, de los pueblos Gavião y Uru Eu Wau Wau, respectivamente, observan con interés cómo los integrantes del curso manejan los drones y los hacen volar. También hay mujeres que se capacitan, como Shirlei, de la comunidad Arara.

Durante el curso, el pequeño vehículo aéreo no tripulado está conectado a dos comandos a distancia: uno en la mano del alumno y otro en la del instructor.

«La tierra es todo para nosotros los indígenas», resalta Bitaté, que ya ha asumido un papel de liderazgo, como así también la activista indígena Txai del Paiter Suruí, quien pronunció un discurso en la ceremonia de apertura de la conferencia mundial sobre el clima COP26 en Glasgow.

Mientras el presidente Bolsonaro se encontraba en el norte de Italia en lugar de discutir sobre el clima con otros líderes en la COP26, el movimiento indígena de Brasil movilizaba la mayor delegación de la historia a la conferencia climática.

«No hay solución a la crisis climática sin nosotros», señaló un comunicado de la organización paraguas indígena de Brasil Apib.

La Sociedad para los Pueblos Amenazados manifestó que los retos de la lucha contra el cambio climático no pueden afrontarse con promesas a medias. La organización de derechos humanos exigió el reconocimiento de los pueblos indígenas como los más importantes protectores del medio ambiente.

Estudios de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), entre otros, demostraron que los pueblos indígenas son los mejores «guardianes de los bosques» en la lucha contra los daños medioambientales y el cambio climático.

En los lugares donde tienen garantizados los derechos sobre sus tierras se produce mucha menos deforestación que en otras zonas. A su vez, la cuenca del Amazonas desempeña un papel clave en el clima mundial.

El curso de drones conecta los territorios indígenas con el mundo exterior. Esta tecnología, utilizada para proteger y defender sus tierras, se convirtió en una herramienta cada vez más importante para ellos en los últimos años.

«El dron facilitó mucho la vigilancia de nuestro territorio», señala Bitaté, presidente de la Asociación Indígena Uru Eu Wau Wau.

El coordinador de Kanindé, Valle, sostiene que el dron ayuda a vigilar zonas remotas.

«Hay un antes y un después de los drones. Antes utilizábamos la información por satélite, que siempre llegaba con un poco de retraso. Cuando llegábamos al lugar, ya se habían provocado incendios forestales», explica.

A través de las imágenes y la información recopilada con los drones se pueden agilizar ahora los informes y actuar con mayor rapidez.

Los drones también contribuyen a una mayor seguridad, porque cuando se detecta una zona deforestada, los indígenas ya no tienen que ir al lugar y posiblemente exponerse a los madereros armados.

«Los jóvenes deben aprender que pueden defender nuestros derechos sin tener que arriesgar sus vidas», dice el cacique Agamenon.

Según el informe anual del Consejo Indígena Misionero Cimi, en 2020 se registraron más de 300 casos de violencia física contra los indígenas y 182 fueron asesinados.

dpa

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