Por Fabian Hoberg (dpa)
El plan era audaz y Albert Friedrich debió hacer algunos trucos cuando ideó hace 75 años un nuevo vehículo.
Para obtener el permiso después de la Segunda Guerra Mundial, el antiguo director de desarrollo de motores de avión en Daimler-Benz se comprometió a crear solo un vehículo utilitario agrícola que no tuviera uso militar.
Friedrich dibujó y desarrolló a grandes rasgos un vehículo todoterreno con cabina para el conductor, con tracción en las cuatro ruedas grandes iguales y con una plataforma, que desarrollaba velocidades mucho más rápidas que un tractor agrícola.
Así, su Universal Motor Gerät (máquina a motor universal), abreviado luego Unimog, no cumplía del todo con los requisitos con que se había comprometido.
Es que el Unimog fue concebido como un vehículo que todo lo puede, y lo sigue siendo hasta el día de hoy.
El Unimog es útil en la industria de la construcción, en el trabajo de los bomberos, de los agricultores e incluso es usado por los ejércitos en su dura labor diaria.
Y los particulares también confían en el Unimog, aunque sea un vehículo de segunda mano más antiguo. La mayoría de ellos solo compra el vehículo utilitario cuando tiene 15 años o más.
Su versatilidad lo convierte en el vehículo de los sueños para muchos de sus dueños. Casi ningún otro vehículo con ruedas llega tan lejos en terrenos difíciles y profundos como un Unimog todoterreno.
«¿Qué vehículo agrícola puede alcanzar los 80 km/h y funcionar con varios implementos, piso de carga o remolques? El Unimog puede», dice Daniel Müller, director técnico del Museo del Unimog de la ciudad alemana de Gaggenau.
Para el experto, el Unimog es el vehículo ideal para el bosque, la pradera y la aventura. «El Unimog cuenta con un modelo adecuado para cada gusto o necesidad de uso», asegura Müller. «El Universal Motor Gerät es más versátil que cualquier otro vehículo».
Pero no es barato. Los vehículos interesantes se consiguen a partir de los 20.000 euros, unos 24.000 dólares.
Los modelos 404 S, sedientos de gasolina, fabricados entre 1955 y 1980, se ofrecen más baratos. Pero, dependiendo de cómo se conduzcan, consumen entre 25 y 30 litros de combustible cada 100 kilómetros.
Con un motor diésel, el Unimog es más eficiente en el consumo de combustible y más barato de conducir, como el sucesor 416 o el modelo de construcción paralela 411 destinado al uso agrícola.
El problema con el Unimog es que debido a sus muchos tipos, los largos tiempos de construcción y los diversos accesorios y piezas complementarias, hay una multitud de modelos y nombres.
En los últimos 75 años se han construido 30 series de modelos y más de 400.000 vehículos especiales.
La empresa Boehringer fabricó unos 600 vehículos hasta 1951, cuando Daimler-Benz compró la empresa.
Entonces se construyó el U2010, que funcionó hasta 1953 y fue sucedido por el U401 y el U402. En 1955 le siguió el 404, y en 1956 el U411, a partir de 1962 la serie mayor 406, y desde 1974 se añadió una serie aún mayor.
«El Unimog es uno de los vehículos más complicados de la agricultura», afirma Dirk Schüler. «Aquel que esté interesado en Unimog debería antes leer de forma intensiva sobre el vehículo y asesorarse con un experto», sostiene el jefe de redacción de la revista alemana especializada en tractores «Oldtimer Traktor».
«Antes de comprarlo, el interesado también debería tener bien en claro qué uso quiere darle al vehículo», agrega.
Schüler también considera que el Unimog es un vehículo excepcional: «Puede utilizarse como tractor para el transporte, como máquina agrícola y como herramienta de trabajo, y con su tracción en las cuatro ruedas y sus ejes pórticos que brindan mayor distancia al suelo puede pasar por cualquier sitio.»
Le gustan los tipos 406, 416 y 411, este último disponible a partir de 10.000 euros en condiciones de funcionamiento, aunque a menudo necesita reparaciones.
Quienes quieren trabajar con un Unimog y desean un vehículo con mucha fuerza, eligen un motor con seis cilindros, como los Unimog 406, 417, 424, 427 y 435.
«Modelos como el 411, 421 y 407, sin embargo, pueden cargar hasta 3,5 toneladas, por lo que los propietarios sin licencia de conducir camiones también pueden conducirlos», señala Daniel Müller.
Los trotamundos suelen elegir a menudo vehículo del tipo 435. Cuenta con una relación de ejes larga, puede circular a una velocidad de hasta unos 90 km/h, consume entre 15 y 20 litros de diésel y puede matricularse con menos de 7,5 toneladas, por lo que sus propietarios no tienen que pagar peajes para la categoría de camiones en muchos países.
Walter Huhn, maestro mecánico de vehículos de motor y maquinaria agrícola de la localidad alemana de Schermbeck, lleva más de 40 años dedicado a los vehículos Unimog, tanto a nivel particular como profesional.
«Con la tracción en las cuatro ruedas, el sistema de aire comprimido, el sistema hidráulico y la plataforma plana, el Unimog está equipado para cualquier propósito, ya sea para trabajar en el sector maderero como en el agrícola, o como vehículo para una excursión relajada el fin de semana», dice Huhn.
«Los modelos históricos descapotables, especialmente, impresionan más que un Porsche clásico», asegura.
Según Huhn, quien esté interesado en un Unimog histórico debería fijarse en los modelos U600 y U900, es decir, U421 (1966-1989) y U406 (1963-1989), ya que ofrecen una buena relación entre calidad y precio y están disponibles con un habitáculo abierto.
«Quien no lo conduzca todo el tiempo en invierno, sino que utilice el vehículo sobre todo en verano, le irá bien», dice el maestro mecánico. Para ser un vehículo comercial, el U406 alcanza altas velocidades y ofrece una capacidad todoterreno muy elevada.
Al experto le gustan especialmente el U406 convertible y el U1400. «Pero luego, con un equipamiento completo, como un sistema de toma de fuerza y un sistema hidráulico de tres puntos, para poder manejar casi cualquier implemento».
En cambio, los conductores experimentan en el histórico U411 (1956-1974) todo el anacronismo de los años 60 y 70, como por ejemplo el estrecho interior y el motor apenas aislado.
«Los propietarios de Unimog deberían ser capaces de usar un destornillador, algo que ayuda a mantener los vehículos históricos, aunque la tecnología sea robusta y fiable», dice Schüler.
El suministro de piezas de repuesto es bueno, aclara, con varias empresas que producen piezas de desgaste y de repuesto, además de las provistas por Mercedes-Benz Classic.
En el caso de los vehículos ya restaurados, la mayor parte del trabajo no es necesario, pero son mucho más caros, según explica el experto.
La ventaja es que en el uso que le da un aficionado la máquina de trabajo no es llevada al límite, por lo que la tensión y el desgaste se mantienen dentro de los límites.
Huhn aconseja especialmente a quienes quieran comprar vehículos históricos que antes comprueben que la caja de cambios esté en perfecto estado.
«Es el corazón de los modelos y es muy difícil de acceder en los vehículos antiguos. Para repararla hay que desmontar la mitad del vehículo, lo que cuesta mucho dinero», alerta.
Pero el motor y la dirección también deben funcionar perfectamente, al igual que las ruedas y los ejes. En cambio, la corrosión en la chapa y el chasis suele ser fácil de reparar.
Los futuros compradores no deben olvidar tampoco el espacio necesario para aparcar el vehículo porque, a diferencia de un coche, un vehículo utilitario necesita más espacio. A excepción de la versión descapotable 411, el Unimog no cabe en ningún garaje estándar.
dpa