Perro que come huevos… (a propósito de Rolando Araya)

Carlos Revilla Maroto

Carlos Revilla

Termino de leer la “Carta al corazón liberacionista”, una misiva pública que escribió Rolando Araya, a los liberacionistas, detallando el porqué decidió no participar en la campaña presidencial del 2022, dejando «tirados» a Figueres y al Partido Liberación Nacional.

La lectura de la carta me dejó un sinsabor y desazón enorme, además de una cabreazón, que trataré de explicarles en este artículo.

Pero empecemos hablando de la convención partidaria del 2001, donde Rolando Araya quedó de candidato presidencial y que llevó al partido a una de su peores derrotas electorales de su historia, y por partida doble (en primera y segunda ronda); algo bochornoso e inédito en los anales del partido en ese momento.

Los resultados de la convención del 2001, en la que ganó Rolando Araya son muy reveladores. En esa oportunidad Rolando Araya obtuvo el primer lugar con el 51,89 % de los votos válidos, José Miguel Corrales Bolaños el 28,77 % y Antonio Álvarez Desanti el 27,4 %

Recordemos que Araya volvería a ser candidato en el 2010 por el pequeño partido Alianza Patriótica pero depondría sus aspiraciones dándole la adhesión a Ottón Solís. Y menciono también su fallida candidatura diputadil del 2018, con un partidillo de quinta provincial, que solo le deparó unos 4 500 votos.

Volviendo al 2001 ¿Ustedes creen que Araya le reconoció algo a Corrales y Alvarez Desanti? Bueno, a Corrales si, pero ni siquiera le dio el primer lugar para diputados por San José, que fue para Laura Chinchilla, a él le dio el segundo lugar. ¿Y a Antonio Álvarez?, pues nada de nada. Entonces, que no venga a reclamar ahora por cosas que ni el mismo cumplió cuando pudo hacerlo.

Curiosamente, los tres candidatos en disputa en esa oportunidad, se fueron en algún momento posterior del partido. Álvarez regresó y lo hizo como se debe, apoyando al partido e incluso siendo candidato presidencial, y siendo ahora leal con el partido y su candidato, como se debe. Corrales se fue y parece que para siempre, no me voy a referir más a él.

Rolando Araya merece comentario aparte. Se fue tirando la puerta, y dijo cosas horribles del partido y su gente. Aún así Liberación lo recibió de nuevo hace poco, y lo reintegró a la estructura partidario sin problemas, con todo y puesto en el Directorio Político Nacional. Ni siquiera se le recordó su pasado algo oscuro, sobre este particular basta recordar que fue suspendido seis meses de la militancia partidaria, después de la campaña del 2002. Si quieren saber la razón, eso se lo dejo a los lectores acuciosos que les gusta investigar.

Pero volvamos al presente ¿qué hace ahora que pierde la convención contra José María Figueres? Toma poses de diva -pero no divina- y exige un puesto de diputado para él, específicamente el primer lugar por San José, que dicho sea de paso, es el único puesto discrecional que tiene el candidato presidencial en esta oportunidad. ¿Pero quién se cree?

Si así es, ¿quién se cree él para exigir algo? Más bien debería estar agradecido con el partido que lo recibió con los brazos abiertos cuando decidió regresar, pero no, en cambio despotrica de nuevo en la susodicha carta. Pero si, hay que reconocer que en esos casi 10 años fuera del partido aprendió a serenar su carácter, seguro imbuido por las enseñanzas de Chopra, del cual él es un gran seguidor, y dizque le han dado paz de espíritu. O quién sabe, tal vez a él si le ha resultado fumar cáñamo. Pero no nos engañemos, igual que antes vuelve a despotricar, pero esta vez de una forma que parece elegante, pero en el fondo es peor que la anterior, porque se siente falso, con intención de hacerse el mártir.

Habla de mesa gallega por parte del figuerismo, pero sabemos que ya no es así. Lo que paso es que el no eligió estructura, no tenía gente en las distritales, ni en los movimientos y sectores. Un total fiasco, nulo. Y con esas credenciales viene a exigir, por favor…

Al final de cuentas, la palabra que lo describe a la perfección es la de malagradecido. Porque la verdad, después de todo lo que le ha dado el partido, incluso una segunda oportunidad, vuelve a las andadas y amenaza con irse si no le dan lo que quiere y además se victimiza.

¿Quiere un puesto de diputado? Muy sencillo que vaya a pelearlo a la asamblea del partido a ver como le va. Ah no, pero lo quiere fácil, quitándole a Figueres el único puesto que tiene el candidato. No, así no son las cosas.

¿Cuál gente tiene Rolando Araya? Sabemos que sus votos son prestados, su votación está totalmente inflada por votos que no son en realidad suyos, y que solo circunstancialmente lo fueron, pero que su finalidad, está muy claro, eran para perjudicar a Figueres; y que por cierto no lo lograron.

Rolando Araya no ha cambiado, al igual que en el 2008, no lo duden, se irá del partido, y de nuevo soltará sapos y culebras; porque perro que come huevos, ni quemándole el hocico.

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