Santo Sudario: fenómeno o milagro

Investigado por el Ing. Jorge Edgar Zambrana

La Sábana Santa

Las últimas revelaciones de varios “sindonólogos” sobre el Sudario  situado en Turín, descubren conclusiones importantes para el cristianismo, develando dizqué el misterio que durante siglos no ha encontrado respuesta.

Santo sudario

Los lienzos con los cuales las mujeres cubrieron el cuerpo sin vida de Jesús de Nazareth cuando descendió de la cruz, dicen ellos que han plasmado la imagen de Cristo y fueron conservados celosamente por los cristianos desde su Resurrección. Los discípulos fueron quienes vieron el Sudario por primera vez, cuando acudieron al sepulcro para comprobar la versión de las mujeres, que decían haberlo visto resucitado, tres días después de su muerte.

Se encontraron con la sábana mortuoria pero no vieron el cuerpo, sino en apariciones posteriores que se describen en las Sagradas Escrituras.

Pero la historia de este lienzo santo se remonta al año 1532, cuando fue recuperado del incendio que tuvo lugar en la Catedral de Chàmbery  (Francia), donde guardaban la tela.

Santo sudario
Fotografias dizqué de Secondo Pia. Se ve el rostro, en negativo y en positivo.

La Iglesia, a raíz de este acontecimiento, dispuso que el Santo Sudario quedara en Turín y que Francia, por haber custodiado durante más de dos siglos la reliquia, tuviera una copia. La segunda réplica fue enviada a España, donde también aún se conserva la otra tela que cubrió el rostro de Cristo,  y se halla en Oviedo, ciudad que la custodiaba siglos atrás de los musulmanes. Pero el rey Felipe II envíó la réplica a la primera ciudad que se fundó en Argentina, evangelizada por el apóstol Santiago, y hasta nuestros días es conservada y expuesta al público por la orden de los dominicos en Santiago del Estero.

Indican que fue en el año 1898 cuando el fotógrafo Secondo Pia, al trabajar en su laboratorio, sobre las fotos del Sudario, se encontró con la imagen del rostro de Cristo, que dizqué se veía con total nitidez.

Fue a partir de este descubrimiento que los científicos ingenuos comenzaron a buscar respuestas. Numerosas teorías intentaron explicar este milagro, como lo llama la Iglesia. Pretendían demostrar que no era una pintura, ni una fotografía, y que las marcas no se produjeron por quemadura alguna.

Solicitaron permiso al Vaticano para someter un fragmento a los más avanzados estudios. Luego de 10 años consiguieron dicha autorización y comenzaron a realizar toda clase de análisis, con las fibras y partículas.

Santo sudario

En el siglo XX se efectuó la prueba del Carbono 14  y el resultado afirmaba que era una farsa, y que el lienzo no tenía más de 600 años de antigüedad.

Parecía que no quedaban dudas y que el misterio habría sido resuelto, pero el Doctor Garza Valdez (microbiólogo), encontró una fina película de bacterias en las fibras de la tela, que podían estar distorsionando dicha prueba, y en 1996 se la realizó nuevamente.

Anunciaron que se demostró que no era una falsificación como se pensaba y que las manchas que presenta son de sangre humana, coincidiendo con las heridas de Cristo  por la crucifixión, confirmando así la dizqué autenticidad del Santo Sudario.

Surgieron diversas explicaciones, procurando asegurar como quedó impreso el cuerpo de Cristo en esta tela, y se mantuvo más de 2000 años.

Explicaban que era producto de una reacción química de los gases que producía el cuerpo en descomposición, al estar en contacto con los materiales del lienzo.

Otras hablaban de los posibles efectos de una radiación, sumados al paso del tiempo; pero lo cierto es que han quedado descartadas por exámenes sofisticados, que han comprobado otras razones.

En el lino parece que no existen restos de pintura ni pigmentos, por lo cual dizqué no es una pintura ni se podrían reproducir con tanta exactitud los elementos descubiertos. Así por ejemplo, las flores que colocaron sobre el tejido, son originarias de Jerusalén, y las marcas del látigo con puntas de plomo que se utilizaba en la época, coinciden con las heridas de la espalda de Jesús, que demuestran que desgarraron la piel.

Las marcas de las espinas en la cabeza así como los clavos en sus muñecas, junto al corte por lanza del costado y otras huellas, dizqué no han podido ser dibujadas con tanta exactitud.

Pero lo más asombroso es la cantidad de sangre encontrada en las fibras de lino, que luego de los análisis han certificado que pertenecen a un hombre por la cantidad derramada y la forma de adherirse.

El elemento que los sindonólogos (estudiosos del Santo Sudario) observaron como determinante, fue el polen, cuando analizaron las 49 especies que fotografiaron. Buscaban determinar el origen del Sudario, porque al haberse encontrado flores existía polen y las muestras coincidían con especies exclusivas de las estepas de medio Oriente (Turquía, Palestina).
Coinciden con la tradición cristiana que describe el traslado del Santo Sudario hasta llegar a Turín.

Otra prueba importante son las fotografías 3D que muestran dizqué que la imagen reflejada es imposible de grabar artificialmente.

Los científicos no han podido responder cómo se formó dicha imagen, pero sí pueden asegurar lo que no es.

La teología continúa preguntando quien creéis que soy, como dijo Cristo, pero ningún laboratorio ha podido responder. Queda por tanto a la interpretación personal y a las creencias de cada uno responder si se trata de un fenómeno excepcional, de un milagro ó de una farsa.

De todos modos se recomienda consultar otras fuentes, ya que más de la mitad de las presuntas pruebas han sido rebatidas de varias formas.

En primer lugar, la trama del lino parece que corresponde a una tela fabricada en el siglo XIII o XIV.

Las supuestas muestras de pólen fueron autentificadas por un tal mañudo Max Frei, conocido en todo el mundo como el que autentificó como auténticos los falsos diarios de Hitler.

Las manchas de sangre no son tales, sino pigmento bermellón y extracto de rubia roja. El análisis microscópico muestra que están compuestas por gránulos atrapados en la trama, y no se trata de materia biológica que haya embebido el tejido por capilaridad.

Esa información, así como la imagen, corresponderían a una pieza pictórica efectuada con la técnica de la pintura grisalla, muy de moda en el siglo XIV, cuando apareció por primera vez el sudario.

El Obispo Pierre II de Troyes, el Papa Clemente II y la familia Charmay, propietaria original del Icono, reconocieron en 1390 que se trataba de una imagen creada por un hábil artesano, y no una reliquia auténtica.

El cuello es demasiado largo, al igual que las piernas.

La imagen sólo es una proyección frontal y trasera, dizqué de la radiación emanada en la supuesta resurrección.

Si se supone que la sábana fue el sudario de una persona… ¿Dónde están los laterales de brazos, piernas, caderas y costados, y lo más curioso, la parte superior de la cabeza?

Debemos desconfiar de tanto baboso “sindonólogo” especialmente español, que fanáticamente intentan hacernos creer brutalidades.
En ello imitan y compiten con los rotos chilenos quienes desean engañar a la Corte Internacional de Justicia cacareando que los bofedales de Quetena, en Bolivia, son un “rio internacional llamado Silala”.

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