Béla Lugosi: actor, líder sindical, antifascista

Mike Kuhlenbeck

Béla Lugosi

El actor húngaro Béla Lugosi fue coronado como el «Príncipe de las Tinieblas de Hollywood» por su interpretación del vampiro Conde Drácula en varias películas. Pero hoy pocos saben que fue un líder sindical y antifascista que luchó contra monstruos de la vida real.

Lugosi nació como Béla Ferenc Dezső Blaskó el 20 de octubre de 1882 en Lugos, Reino de Hungría, Austria-Hungría (actualmente Lugoj, Rumanía), a 80 kilómetros del castillo de Vlad III (Vlad Drácula). El joven Lugosi se sentía atraído por las artes. Expresó sus aspiraciones teatrales a su padre, un banquero conservador, que rechazó la elección de carrera de su hijo. Ya con un espíritu rebelde, Lugosi se escapó de casa para seguir sus sueños a los 12 años.

Después de trabajar en empleos esporádicos y como minero y maquinista, Lugosi debutó en los escenarios a los 20 años en 1902, adoptando el nombre artístico de Béla Lugosi al año siguiente. Los críticos le llamaron «el Laurence Olivier de Hungría», y fue invitado a formar parte del Teatro Nacional de Budapest.

Durante la Primera Guerra Mundial, Lugosi se alistó en el ejército austrohúngaro y obtuvo el rango de capitán en la Patrulla de Esquí de la 43ª División. Fue herido durante el combate. Una vez finalizado su servicio, volvió a actuar.

A medida que el cine ganaba popularidad como arte, Lugosi protagonizó algunas de las primeras películas mudas de Hungría. Permaneció en el Teatro Nacional hasta 1918, cuando respondió al reclamo de la revolución obrera.

La vida cotidiana en Hungría era una pesadilla de la que pocos podían escapar. Lugosi llevaba tiempo protestando por los bajos salarios, las condiciones de trabajo explotadoras y el trato injusto que recibían los jóvenes actores. Pronto reconoció la contribución que los artistas podían hacer a las luchas políticas.

Hungría: partidario de la revolución de 1919

Lugosi apoyó al Partido Comunista Húngaro, fundado en diciembre de 1918, y a su líder, Béla Kun. Siguiendo el ejemplo de la Rusia revolucionaria, un levantamiento de masas derrocó al antiguo régimen sometido a la clase dominante. El 21 de marzo de 1919 se fundó la República Soviética de Hungría.

Mientras la bandera roja de la incipiente república ondeaba sobre el edificio del parlamento durante sólo 133 días, el gobierno de Kun introdujo las primeras protecciones legales para las minorías étnicas, la jornada laboral de 8 horas y salarios nacionales más altos.

Lugosi lideró una manifestación de actores en marzo de 1919 y se convirtió en un organizador de alto nivel. Fue decisivo en la fundación de la Organización Libre de Empleados Teatrales, que más tarde se convirtió en el primer sindicato de actores de cine del mundo, el Sindicato Nacional de Actores.

Don Rhodes escribió en «Lugosi: His Life in Films, on Stage and in the Hearts of Horror Lovers» que «Lugosi ayudó a combinar la Organización Libre de Empleados de Teatro y los miembros de la industria cinematográfica en el Sindicato Nacional de Actores, y actuó como su secretario general».

El primer congreso estatutario de la NTUA comenzó el 17 de abril de 1919. El discurso de Lugosi incluía las palabras: «Hace medio año, inicié la lucha con la decisión de que se estableciera el sindicato nacional de actores socialistas». (Arthur Lenning, «The Immortal Count: The Life and Films of Béla Lugosi»)

Entre los artículos de Lugosi publicados en «Szinészek Lapja» («La página del actor») había uno que hablaba de la explotación de los actores: «La antigua clase dominante mantenía en la ignorancia a la comunidad de actores mediante diversas mentiras, la corrompía moral y materialmente, y finalmente la despreciaba. El actor, subsistiendo con salarios de hambre y desmoralizado, se veía a menudo impulsado, aunque de mala gana, a ponerse a disposición de la clase dominante. El martirio era el precio del entusiasmo por actuar».

Los sueños de una nueva nación duraron poco cuando la República Soviética Húngara fue derrocada el 6 de agosto de 1919. El historiador Eugen Weber, autor de «Variedades del fascismo: Doctrinas de la revolución en el siglo XX», describió el gobierno sucesivo como el «gobierno altamente conservador de gabinetes aristocráticos encabezados en su mayoría por grandes magnates terratenientes».

Cuando el brutal «Terror Blanco» arrasó el país, Lugosi huyó a Viena y trabajó en la industria cinematográfica alemana, con una temporada en Berlín. Luego emigró a Estados Unidos en diciembre de 1920.

Mientras tanto, en Hungría miles de comunistas y judíos fueron encarcelados, torturados y/o asesinados. Los comunistas llevaban una existencia precaria en la clandestinidad y sólo emergieron tras la entrada del Ejército Rojo en Hungría en 1944.

EE.UU.: organizador sindical, voz contra el fascismo

Tras atracar en Nueva Orleans, Lugosi aprendió inglés y se fue a Nueva York, donde siguió actuando. En 1927, interpretó el papel del Conde Drácula en la versión teatral de Broadway de la novela de Bram Stoker. En 1931, repitió el papel en una adaptación cinematográfica, lo que le convirtió en una estrella internacional.

Durante la Gran Depresión, Lugosi desempeñó un papel activo en el Sindicato de Actores. Como miembro fundador del SAG, formó parte de la junta consultiva del sindicato. Lugosi se organizó para el sindicato en el plató de «El cuervo», coprotagonizada por Boris Karloff, miembro del SAG y famoso por interpretar al monstruo de Frankenstein, en 1935.

En la Segunda Guerra Mundial, el dictador húngaro Miklos Horthy se alió con Adolf Hitler y los nazis. En oposición, Lugosi ayudó a formar el Consejo Húngaro-Estadounidense para la Democracia, pidiendo que «el nazismo fuera eliminado en todas partes».

Como miembro de American-Hungarian Relief Inc., Lugosi fue uno de los principales oradores en un mitin celebrado el 28 de agosto de 1944 en Los Ángeles. Exigió a Washington que rescatara a los refugiados judíos húngaros, que presionara al régimen de títeres nazis de Horthy y que suavizara las restricciones a la inmigración.

El Dr. Rafael Medoff y J. David Spurlock escribieron: «Puede que haya representado a villanos salvajes en la pantalla de cine, pero en la vida real Béla Lugosi levantó su voz de protesta contra la salvaje persecución de los judíos en su Hungría natal». (Jewish Ledger, 3 de enero de 2011)

Los años de encasillamiento llevaron a Lugosi a tener menos papeles. La falta de ingresos, combinada con una adicción a la morfina provocada por dolencias físicas, le dejó casi en la indigencia. Lugosi murió en su casa de Los Ángeles el 16 de agosto de 1956. Fue enterrado con una de sus capas de «Drácula».

Lugosi es más recordado por su trabajo en papeles principales y secundarios en más de 100 películas. Pero sus contribuciones a la lucha por los derechos de los trabajadores y la causa antifascista deben ser recordadas como parte de su legado perdurable.

Mike Kuhlenbeck es periodista de la revista Workers World, EEUU.

Fuente: https://www.workers.org/2019/03/41345/?fbclid=IwAR1fQASIpMOgARL0COWIUCLKMLA7ez1B7-NxmrdFSKR1GaiUdBXaFJRDYd4

Traducción: Iovana Naddim para sinpermiso.info

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